15 junio, 2020

Miliciana a caballo


El confinamiento ha sido como un largo domingo de primavera. El desempleo y la pandemia me han regalado tiempo para volver a escribir y, diez años más tarde, continuar la investigación histórica de la novela. He vuelto a buscar información en internet con la grata sorpresa de encontrar datos que actualizaban o complementaban los hechos sobre los que escribo o me han permitido descubrir otros nuevos.

Y uno de ellas me cautivó ayer… ¿Qué relación tienen una fotógrafa alemana (Gerda Taro), una periodista francesa (Simone Téry) , un escritor estadounidense (Ernest Hemingway) y una actriz sueca (Ingrid Bergman) con una misteriosa brigadista fotografiada en plena Guerra Civil en un pueblo costero de Granada?

Gerda Taro


De Gerda Taro he escrito dos veces en este blog http://tiny.cc/7hzuqz  y http://tiny.cc/7jzuqz . El 14 de febrero de 1937 llegó a Almería acompañada de su compañero Robert Capa con la  intención de fotografiar la tragedia de los cientos de miles refugiados malagueños que habían huido de las tropas franquistas. Sobre la conocida como La Desbandá he escrito aquí porque la sufrió mi familia de forma directa http://tiny.cc/vmzuqz y es un hecho histórico que me interesa mucho http://tiny.cc/pozuqz, http://tiny.cc/oqzuqz. También sobre diversos personajes que se vieron envueltos en aquel torbellino como el médico canadiense Norman Bethune http://tiny.cc/oqzuqz, la Escuadrilla España del escritor francés André Malraux http://tiny.cc/wszuqz, el piloto holandés Jan Frederikus Stolk http://tiny.cc/y70uqz, el escritor y espía húngaro Arthur Koestler http://tiny.cc/ra1uqz, el zoólogo británico Sir Peter Chalmers Mitchell http://tiny.cc/ef1uqz o diversos testigos de la caída de Málaga http://tiny.cc/xg1uqz como la brigadista rusa Elisabeta Parshina, la escritora inglesa Gamel Woosley o el americano Edward Norton. También he escrito sobre las circunstancias de la huida http://tiny.cc/bt1uqz y http://tiny.cc/c21uqz, http://tiny.cc/f41uqz, sobre los que debieron defender la ciudad como el cobarde Coronel Villalba http://tiny.cc/700uqz  y http://tiny.cc/2y0uqz,  o los asesinos como el General Queipo de Llano que ordenó los mayores crímenes http://tiny.cc/430uqz o los periodistas que los callaron o los contaron desde la distancia http://tiny.cc/bq1uqz...

Ficha de corresponsal Gerta Pohorylle, nombre verdadero de Taro
Pero volviendo a la historia que quería contar… Gerda Taro y Robert Capa fotografiaron en Almería a los desvalidos refugiados malagueños. Aunque la verdadera tragedia ya había sucedido en la carretera unos días antes  y se conservan muy pocas imágenes tomadas por Hazen Sise, uno de los integrantes del Servicio Canadiense de Transfusión de Sangre que dirigía Norman Bethune. Se trasladaron al frente, donde Gerda tomó una foto icónica. Más allá de la desgracia, del hambre y de la muerte en la huida, retrató a una brigadista a caballo. El mensaje era claro y poderoso: la República no se rinde y, a pesar de todo, sigue luchando.



Era la primera que firmó Gerda Taro con su propio nombre, sin Robert Capa y formaría parte de un reportaje que escribió la periodista francesa Simone Téry para la publicación Regards. Simone era una mujer moderna, con carácter que se abrió paso como reportera en un mundo muy masculino y cerrado. Las descripciones la dibujan alta y bien formada, con cabello castaño corto y ojos verdes. Se había afiliado al Partido Comunista francés unos años antes tras visitar la Unión Soviética. Sus artículos le habían llevado a viajar por Irlanda,  China, Japón, USA y Alemania. Había llegado a Valencia sólo unos días antes y acudió adonde creía que estaba la noticia. El reportaje con las fotos de Taro y Capa fue publicado el 18 de marzo de 1937. "El éxodo de los habitantes de Málaga y de la región, tras la toma de la ciudad por los fascistas, constituye uno de los episodios más atroces de la guerra española. Ninguna relación tan precisa, ni tan verídica como la presente de esta atroz tragedia que ésta que nuestra colaboradora Simone Téry ha retransmitido desde España y que publicamos aquí junto a las emocionantes fotos de Capa y Taro".

Unos días después de publicarse el artículo, Margarita Nelken le hizo una entrevista en el frente de Madrid en la que le preguntó si se consideraba valiente. Téry le respondió que no lo sabía, pero que tenía conciencia profesional. Otra valiente, Gerda Taro moriría solo unos meses más tarde, arrollada por un tanque en la Batalla de Brunete.

Téry se casó con Juan Chabás, un escritor de la Generación del 27. El matrimonio se celebró en el Madrid cercado por las tropas franquistas. La pareja se exilió en la republica Dominicana y luego en México. Tras separarse de Chabás, Simone regresó a Francia y escribió un libro titulado Front de la liberté. Espagne 1937-1938. Años más tarde escribiría una novela basada en esas experiencias.

La foto de la miliciana desconocida impresionó mucho a Ernest Hemingway, tanto que decidió que la heroína de la novela que estaba escribiendo, basada en sus propias experiencias como corresponsal en la Guerra Civil, la María de Por quién doblas la campanas, tendría su rostro y su personalidad.

La novela fue publicada en 1940 y obtuvo un éxito inmediato. Solo un año más tarde Hemingway le vendió a la Paramount los derechos para llevarla al cine. Los secretos del rodaje se hicieron legendarios. El novelista eligió la Paramount porque quería que su amigo Gary Cooper, que había protagonizado otra película basada en una novela suya, Adiós a las armas, interpretara a Robert Jordan. Para el papel de la idealista María los estudios eligieron a Vera Zorina, una bailarina que había enamorado al productor Samuel Goldwyn, el cual le había firmado un contrato para hacer siete películas. Tras varias semanas de rodaje, se hizo cada vez más evidente que no era la idónea para el personaje y Hemingway exigió que se lo dieran a Ingrid Bergman, que en ese momento estaba preparando su papel para una película presuntamente menor y que acabaría convirtiéndose en una de las más míticas de la historia: Casablanca.

Hemingway se negó a que la dirección corriera a cargo de Cecil B. de Mille. El director finalmente elegido para la película fue Sam Wood, un derechista cuyas ideas retrógradas destrozaron el espíritu de la novela. También el Gobierno de Franco presionó para adulterar la adaptación cinematográfica a través del ministro de Asuntos Exteriores y del cónsul en Los Ángeles. No en vano la censura franquista consideraba a Hemingway como "una amenaza a la moral conservadora de España".



Lo cierto es que cuando Gerda Taro tomó esa impresionante foto en Calahonda, un pueblo de la costa granadina donde se combatía al fascismo, no podía imaginar todo lo que sucedería a partir de la imagen de una mujer, que hoy sigue siendo una desconocida.

La exposición Taro y Capa en el frente de Málaga  exhibió la fotografía en el Centro Andaluz de Fotografía (CAF) entre julio y septiembre de 2019. En esa exposición también se pudo ver el audiovisual ¡Hasta pronto hermanos! Las Brigadas Internacionales en La Desbandá. Afortunadamente, ese magnífico documental está disponible en internet: https://www.youtube.com/watch?v=jG8nMSS4b0Q


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11 junio, 2020

El Regimiento de Zamora


Hace unas semanas contacté con la Biblioteca del Ministerio del Ejército para solicitar información sobre el Regimiento de Zamora nº 8 en el que combatió mi tatarabuelo Antonio López Martín durante la Tercera Guerra Carlista. Diez años más tarde volvía a retomar la investigación histórica sobre la novela que tenía en el abandono. Había pasado una década desde que la magia de internet me permitió acceder a revistas y libros de la época que narraban con detalles muy precisos aquella guerra, pero aunque aparecían referencias concretas sobre el Regimiento, sus acciones se perdían en la confusa narración de las batallas.

En cuanto las administraciones volvieron a abrir después de la pandemia, recibí la diligente respuesta en la que, con toda amabilidad, me adjuntaban documentación. Con ella he actualizado algunas entradas de este blog relacionadas con la Batalla de San Pedro de Abanto y, en breve, lo haré con las de Monte Muro. Entre el material recibido, me enviaron una copia del libro Historia del Tercio de Zamora y Regimiento de Infantería del mismo nombre, escrito en 1903 por Maximino de Barrio Folgado.

Su lectura me ofreció una maravillosa lección de historia que arranca en el 1580. Ese año se formó el Tercio de Bobadilla con 3000 hombres de la comarca de Zamora. Los soldados, repartidos en 12 compañías, estaban al mando del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla. Los viejos tercios españoles tomaban el nombre de las ciudades o provincias que nutrían sus filas o también de sus comandantes. Su enseña de color bermejo llevaba las armas de la ciudad de Zamora, consistente en el brazo de Viriato y el puente de Mérida. Su bautismo de fuego se produjo en la conquista de Portugal que libraba Felipe II.

Terminada la pacificación de Portugal y de las Azores, el Tercio de Bobadilla, también conocido como el de Zamora, fue enviado a Flandes a combatir bajo las órdenes de Alejandro de Farnesio. Como los británicos dominaban los mares, tuvieron que atravesar medio continente en largas marchas a pie hasta su destino. Nada más llegar participó en la Batalla de Empel. Durante los días 7 y 8 de diciembre de 1858, los hambrientos soldados se vieron acorralados por la subida del agua. Los holandeses habían abiertos los diques obligándoles a refugiarse en el islote de Bommel, situado entre los ríos Mosa y Waal  y cercado por una armada de cien barcos. La helada congeló las aguas. La leyenda cuenta que la intercesión de la Inmaculada Concepción tuvo un papel relevante en la victoria y por ello, desde entonces, fue proclamada patrona de los viejos Tercios y de la actual infantería.

El milagro de Empel, obra del pintor Augusto Ferrer-Dalmau
Tras esa batalla, participaron en acciones militares en ciudades como Amberes, Colonia o Brabante y, más tarde, en las guerras de Religión en Francia luchando contra los protestantes. Tomaron parte en el sitio de Cambrai, la toma de Amiens o el sitio de Ostende.

Décadas más tarde, en 1643 para ser exactos, participaron en la Batalla de Rocroi, la más dolorosa derrota de los tercios y la más heroica, donde todos los soldados del Tercio de Bobadilla murieron en el centro del combate que fue barrido por la metralla enemiga.


Rocroi, el último tercio, por Augusto Ferrer-Dalmau

Durante la Guerra de los 9 años o del Palatinado, en la que la Gran Alianza conformada por la mayoría de los países europeos luchó contra la Francia de Luis XIV, el Tercio combatió en las batallas de Fleurus, Steinkerque, Neerwinden. Finalizó con la Paz de Riswick en 1697 por la que Francia devolvió a España las plazas que había ocupado en Cataluña y Flandes.

Durante la Guerra de Sucesión defendieron los intereses de los Borbones en Flandes luchando contra los ingleses. Las reformas que trajeron la llegada de Felipe V al trono supusieron el fin de los Tercios. Así nació el Regimiento de Zamora que participó en la desastrosa batalla de Ramillies, junto a las tropas francesas que combatían contra un ejército inglés, alemán y flamenco. A lo largo del siglo XVIII combatió en la Campaña de los Pirineos, en las guerras contra Inglaterra y Portugal y en campañas africanas.

La Guerra de Independencia de los EEUU llevó al Regimiento al continente americano, donde más tarde sofocaría revueltas en varios países como México, Santo Domingo o Perú.

Las guerras napoleónicas llevaron a los soldados de Zamora a combatir junto a los franceses en remotas regiones del Norte de Europa como Pomerania o  la península danesa de Jutlandia. Cuando Napoleón invadió España, se encontraron a miles de kilómetros de nuestro país, bajo órdenes del que había pasado a convertirse en el enemigo. Las tropas comandadas por el Marqués de la Romana juraron lealtad a los intereses españoles y, tras un azaroso periplo por varias islas danesas, lograron escapar en botes pesqueros y llegar al puerto de Goteborg, desde donde embarcaron hasta Santander.


El Juramento del Marqués de la Romana, obra de Manuel Castellano
A partir desde entonces el Regimiento fue conocido como El Fiel y bordaron en su bandera su lema La patria es mi norte, la fidelidad mi divisa. Sus soldados estuvieron entre los primeros que combatieron a la invasión napoleónica. Durante meses de marchas y contramarchas se refugiaron en El Bierzo y en Galicia y combatieron junto al Duque de Wellington al ejército francés que por orden de Napoleón iba a conquistar Portugal.

Con el regreso del vergonzoso Fernando VII, el Regimiento fue enviado a Veracruz para luchar contra la independencia de México. Años más tarde, combatió en Cataluña durante la Primera Guerra Carlista, quedando establecido en Barcelona al final de la misma. Bajo las órdenes del General Prim pacificó algunas poblaciones catalanas como Mataró o Reus. Durante el reinado de Isabel II embarcó hacia la Campaña de África siendo uno de los primeros cuerpos en asaltar la trinchera marroquí en la Batalla de Tetuán, distinguiéndose también en la batalla de Wad Ras.


La Batalla de Wad Ras, obra de Mariano Fortuny
Tras participar en los diferentes enfrentamientos cantonales, en 1874 el Regimiento de Zamora estaba al mando del Coronel José Serrano Dávila. El 1er Batallón tenía su sede en Málaga, mientras el 2ª estaba en Granada. Desde ambas ciudades emprendieron su marcha en tren hacia el Norte para levantar el sitio de Bilbao por parte de las tropas carlistas.



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