21 marzo, 2017

Trayectoria de duelo

Hace ahora poco más de un año acudí a la poesía como los borrachos acuden al bar: buscando consuelo para la soledad y el miedo. Los poemas de los maestros velaron mi duelo. De aquel magma de sentimientos nacieron unos versos. Como siempre, no me gustaron y los olvidé en el cajón. Hace unas semanas los rescaté, les saqué brillo y tiré lo mucho que no servía. Siguen sin gustarme, pero -pese a todo- aquí están. Sirvieron para ahuyentar los fantasmas. Entendí por qué llevaba tanto tiempo sin escribir poesía. Duele. Creo que tardaré en hacerlo de nuevo. Es mejor vivir.

Hoy -un año más tarde- soy un hombre feliz. Acaba el 21 de marzo, día mundial de la poesía, no sé si será un mal día para que vean la luz.


Así que cuando sufras –y lo harás-
por alguien que te amó, procura siempre
acusarte a ti mismo de su olvido
porque fuiste cobarde o quizás ingrato.
Y aprende que la vida sólo tiene un precio
que no puedes pagar continuamente.
Y aprende dignidad en tu derrota
Agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura
Felipe Benítez Reyes

1
La soledad camina
por los pasillos de la noche insomne
vestida de fantasma.

Arrastra los pies fríos
y esconde los retratos incómodos
que duermen boca abajo.

Testigos de pasados
recientes que duelen como un mordisco
y siempre deja marca.

  
2
Puedes borrar la queja de tu boca,
musa de los versos que no existieron.

Eras afortunada.

La felicidad nunca te convierte
en personaje de un poema.

Aunque sigas sin creerme,
yo insisto una vez más:
es mejor no enamorarse de mí.

Desnudo sentimientos
amargos sólo para sobrevivir.


3
Hay cosas en la vida
que se aprenden muy tarde,
cuando la solución ya no es posible.

No se deben ignorar los avisos,
descuidar los geranios,
ni malversar el tiempo de los besos
en cosas que no importan.

Pero no se puede domesticar
el alma loca del poeta
que necesita su espacio
para soñar
y no dejar de soñarte.


 4
La vida es un bolero
triste y desafinado
que no siempre alcanza el final previsto.

Los horóscopos nunca
se cumplen en el amor.

  
5
No es verdad. Se equivocan.
Los poetas nunca le escriben al amor:
maldicen las ausencias.

Por eso odio los versos que te escribo.
Me parecen manuales de autoayuda.

Mienten, el brillo infame del espejo
devuelve unos ojos vacíos.

La cura está en la herida.

  
6
Como las ramas secas del invierno
podamos el viejo amor
maldiciendo el recuerdo de los frutos
que saboreamos juntos.

No todos los versos le sobreviven
a mi memoria sorda.
Te agradezco los besos,
las caricias, la pasión que se nos fue.

Soy un hombre agazapado
que huele la primavera.