tag:blogger.com,1999:blog-9418754715683048582024-03-14T12:11:56.891+01:00Dormidas en el cajón del olvidoEstoy recogiendo las palabras dormidas en el cajón del olvido, los viejos poemas, los relatos, los diarios de mis viajes… , los quiero acompañar de algunas de las citas y las lecturas que más me gustaron.Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.comBlogger319125tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-74135732758013610242024-02-15T21:23:00.003+01:002024-02-15T21:23:39.403+01:00Caminando por la memoria (2 de 2)<p style="text-align: left;"><br /></p><span id="docs-internal-guid-f2c36777-7fff-4acd-4b0a-fcb6872e8e01"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En la entrada que escribí ayer en el blog hablaba de las historias y los personajes que fui conociendo cuando inicié la investigación histórica para la novela que llevo escribiendo desde hace más de una década. Pero lo que me motivó a caminar la Marcha de la Desbandá es la memoria de mis familiares que la sufrieron. Su historia, que se había ido transmitiendo de forma oral a lo largo de las generaciones, se certificó el día que encontré la Auditoría de Guerra de mi abuelo. Todos los presos republicanos debían firmar ese documento cuando eran detenidos, que explica los detalles de su guerra particular. El resto de los detalles aparecen en decenas de libros que leí sobre estos hechos…</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">A las tres de la madrugada del viernes 22 de enero partió de la carrera del Genil y del Paseo del Salón en <b>Granada</b> una larga columna de camiones. Transportaba un tabor de Larache, un batallón de Lepanto, dos compañías de milicias, dos escuadrones, dos baterías y una sección de zapadores. Sus órdenes eran claras: “la marcha se hará lo más rápidamente posible, a fin de lograr el objetivo principal (Alhama) en una jornada. Caso contrario, las columnas armonizarán su desplazamiento a fin de coincidir ante este objetivo”. Había comenzado el avance franquista por el noreste hacia Málaga.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Solo unos días antes mi tía abuela Ángeles, su hermano Paco y un amigo al que llamaban el Chico Pericas decidieron “pasarse” al territorio republicano. Desde el fusilamiento de hermano Paco a finales de octubre vivían con el miedo en el cuerpo. Una mañana en la que iba desde su casa en Churriana, un pueblo de la vega, hacia Granada, donde estaba la fábrica de tabaco en la que trabajaba, recibió el aviso de que los falangistas estaban deteniendo por el camino a todos los que consideraban que podían tener simpatías por la República. Ángeles se escondió entre las altas cañas de un campo de maíz. Su dueño había sido asesinado y la cosecha estaba aún sin recoger. Estuvo horas escondida hasta que, con la primera oscuridad de la noche, regresó a casa de sus padres. Esa madrugada debió de ser larga. Hubo discusiones sobre qué hacer. Al final decidió huir con su hermano. Antes de que amaneciera su padre los escondió en un carro de bueyes, bajo por una pequeña montaña de estiércol. Ya en las afueras del pueblo comenzaron a caminar atravesando Las Gabias -la Chica y la Grande- y luego La Malahá, escondiéndose cada vez que intuían algún peligro. Llegaron a la línea del frente ya de noche y se encontraron con los primeros soldados republicanos.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Con la luz de la mañana Ángeles vió la actividad frenética que había en el campamento. Habían llegado municiones y todos andaban agitados esperando el inminente avance del ejército nacional. Cuando pudieron quitarse el olor espantoso de encima, les dieron de desayunar. Los víveres estaban en cajas con letras escritas en ruso. Ella nunca olvidó el color de la mantequilla azul, tan diferente de la que ella estaba acostumbrada. Después continuaron la marcha con destino a </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Jayena</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, el pueblo del sur de la provincia donde vivía su hermana María. En la mayoría de los campos ya se había realizado la siembra, si bien aún había hazas donde no se había segado el trigo. La aceituna ya había sido recogida y sus frutos se amontonaban en muchas casas. Ellos entonces aún no lo sabían, pero ése era el mismo camino por el que solo unos días más tarde iba a avanzar el enemigo del que estaban huyendo.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ese mismo día, 22 de enero, mi abuelo José Castro Peregrina entraba en Málaga al frente de un rebaño de ganado que había estado requisando durante varios días por las sierras. A pesar de su juventud, era tratando de ganado y tenía experiencia con los animales. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Edward Norton</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, un americano que vivía en Málaga y sentía ciertas simpatías por los franquistas recoge en su diario la impresión que causó entre los hambrientos habitantes de Málaga: “Trajeron a Málaga una gran manada de ganado, para impedir que las bestias cayeran en manos de las tropas de! general Franco, según nos dijeron. Cuando pasaban por La Caleta, oímos un gran coro de mugidos, relinchos, rebuznos y gruñidos, junto con gritos y blasfemias de los impacientes y temerosos arrieros, que les metían prisa para que avanzaran. Estos animales venían del noreste de la provincia donde los nacionales avanzaban en un ataque sorpresa desde Granada.” La ciudad estaba sumida en el caos y apenas quedaba comida. No quedaba aviación que la defendiera y estaba a merced del enemigo.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Las noticias del avance de los fascistas ya habían llegado a Jayena. Mi abuela María Álvarez López cogió a su hija María, mi madre, que entonces apenas tenía un año y medio y comenzó la huida. Cuando sus hermanos llegaron al pueblo no la encontraron. Las calles estaban vacías, llenas de la remolacha que se había recogido para plantar trigo. La aceituna estaba a medio recoger y los campos estaban llenos de sacos con la que había sido recogida. Jayena cayó en manos de los fascistas el 24 de enero. Entonces comenzó un fuerte temporal que hizo mucho más difícil el avance, pero que también paró las operaciones militares. El enemigo aprovechó para incorporar importantes refuerzos: las tropas italianas del <b>Corpo Truppe Volontarie (CTV)</b> que contaba con cuatro divisiones, la primera de ejército regular y las otras tres de milicianos fascistas.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En cuanto las malas noticias llegaron a Málaga y a pesar del temporal, José decidió regresar a Jayena para salvar a su mujer y a su hija. El </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">boquete de Zafarraya</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> parecía la puerta hacia el infierno. Una marabunta descendía serpenteando entre las curvas de la carretera. Pese a las advertencias de lo que huían José decidió seguir adelante hasta que la realidad se impuso a su voluntad. Primero encontró un grupo de cadáveres. debían haber sido asesinados por alguna avanzada. Más tarde divisó tropas enemigas que avanzaban con rapidez. Tuvo que volver sobre su pasos, manchar su cuerpo con la sangre de los muertos que había encontrado en el camino y tumbarse entre los cadáveres.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Durante varios días María caminó con su pequeña en brazos, mientras su marido y sus hermanos las buscaban. Sus rastros se pierden en la locura de La Desbandá. Mi abuelo siempre la recordó como una enorme e inútil masacre. Ángeles y Paco tuvieron que esconderse entre los cañaverales para evitar la metralla de los aviones. Algunos de los que se escondieron nunca se levantaron. Fueron días de muerte, horror y locura.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUwSAmvSqzEl3SKY-H3Fp5MC341d9VIQ-2BHDM_kLfTqTOa1js9RgBIg0Wez_Zy7s8ju5vZpkmHGk8a4N4KGxc0cps_ywAiJR8Eb5pnr9NHLfFMTdds7lDn6Iz-GCSrvwouyyU1x2il3JEXq38VBIHjRO0eit5kNNxweTd9vPa0mufB5HN752YwhW4q8ae/s320/2.2.7.%20Maria%20Alvarez%20Lopez%20y%20Jose%20Castro%20Peregrina.%20Retrato%20de%20juventud.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="198" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUwSAmvSqzEl3SKY-H3Fp5MC341d9VIQ-2BHDM_kLfTqTOa1js9RgBIg0Wez_Zy7s8ju5vZpkmHGk8a4N4KGxc0cps_ywAiJR8Eb5pnr9NHLfFMTdds7lDn6Iz-GCSrvwouyyU1x2il3JEXq38VBIHjRO0eit5kNNxweTd9vPa0mufB5HN752YwhW4q8ae/w396-h640/2.2.7.%20Maria%20Alvarez%20Lopez%20y%20Jose%20Castro%20Peregrina.%20Retrato%20de%20juventud.jpg" width="396" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;">Mis abuelos José Castro y María Álvarez</span></td></tr></tbody></table><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Todos se acabarían encontrando algunos días más tarde. La línea del frente quedó establecida en <b>Castell del Ferro</b> y se establecieron cerca de allí: en <b>la Rábita</b>. El desastre de la caída de Málaga provocó la calidad de <b>Largo Caballero</b>. Fue sustituido en la Presidencia del Gobierno por <b>Juan Negrín</b>, un hombre más culto y preparado. Se reorganizó el ejército y José fue llamado a filas. Formó parte del cuerpo de Intendencia de la <b>85 Brigada</b> que se estableció en Berja. Su misión siguió siendo requisar ganado, sobre todo caballos.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ya al final de la guerra estuvo varios días y noches sin dormir. Le dieron unas pastillas rusas que le quitaron el sueño y le ayudaban a combatir el cansancio, Debería conseguir el mayor número de caballos posible. ël no lo sabía pero su misión formaba parte del </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Plan P</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, diseñado por el </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">General Rojo</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> como el último y desesperado intento por cambiar el curso de una guerra que se estaba perdiendo. El plan fue abortado en el último momento por desacuerdos entre diferentes miembros del alto mando.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2009/12/el-plan-p-el-ultimo-intento-de-la.html" style="text-decoration-line: none;"><span style="color: #1155cc; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2009/12/el-plan-p-el-ultimo-intento-de-la.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Tras la guerra mi abuelo fue encarcelado primero en la prisión del Alhama. De allí fue trasladado a la </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">cárcel de Granada</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> y luego al </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">campo de concentración de La Espartera</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, cerca de Baza. Cuando fue liberado se unió a la partida de </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">los hermanos Quero</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> que continuaron luchando en los primeros años de posguerra en la ciudad de Granada.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/03/los-secretos-del-abuelo-desconocido.html" style="text-decoration-line: none;"><span style="color: #1155cc; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/03/los-secretos-del-abuelo-desconocido.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Mi abuela les dió cobijo en su cueva del Barranco del Abogado. Cuando la Guardia Civil se enteró, la torturó -estaba embarazada de su tercera hija- y la puso frente a un pelotón de fusilamiento para que confesara dónde se escondía su marido con el resto de miembros de los Quero. Nunca lo hizo. Siguieron contra ella un consejo de guerra: </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">la Causa 595</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> que la acabó condenando a 10 años. Pasaría casi ocho años en las cárceles de Granada y Málaga.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/07/la-causa-595.html" style="text-decoration-line: none;"><span style="color: #1155cc; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/07/la-causa-595.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Mi abuelo huyó y vivió durante décadas en Holanda. El resto de los Quero tuvo un final dramático</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/12/los-hermanos-quero-el-dramatico-final.html" style="text-decoration-line: none;"><span style="color: #1155cc; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/12/los-hermanos-quero-el-dramatico-final.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No hay una única Desbandá. Hay tantas como historias de los que la sufrieron, diferentes rutas de huída, con finales muy distintos. Todas ellas son igual de importantes y todas merecen la pena ser recordadas. Caminando por la memoria también los rescatamos del olvido.</span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-8437833953163150542024-02-15T00:24:00.004+01:002024-02-25T22:19:52.998+01:00Caminado por la memoria (1 de 2)<p style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">El sol calienta la mañana de febrero en la terraza del hotel en Castell del Ferro. Es martes y trece. A lo largo de los últimos días hemos caminado tres etapas -casi 60 kilómetros- de la <b>VIII Marcha La Desbandá</b>, que se celebra en memoria de los centenares de miles de personas que huyeron de Málaga durante la Guerra Civil. Llevaba demasiado tiempo deseando participar y al hacerlo he saldado una vieja deuda personal. Ha sido un honor y un placer compartir sendero con tanta gente de lugares tan dispares. Me ha sorprendido la cantidad de personas venidas de lejos de Málaga: vascos, navarros, catalanes, madrileños, franceses… con los que he tenido ocasión de conversar a lo largo de la ruta, contando y escuchando historias que se entrelazaban tejiendo complicidades.</span></p><span id="docs-internal-guid-8d0ed4c1-7fff-1f60-6025-09a1cc659200"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">He caminado por la memoria de mis familiares que sufrieron esta masacre hace justo ahora 87 años, por la memoria de centenares de miles de personas, en su mayoría mujeres y niños, que caminaron más de doscientos kilómetros a lo largo de la carretera de Málaga a Almería huyendo del terror fascista mientras eran perseguidos por la infantería italiana, ametrallados por la aviación alemana o bombardeados por los barcos franquistas.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Comenzamos la marcha en la 4ª etapa que partió de la Catedral de Málaga. La emoción sólo necesitó unos pasos para aflorar, los pocos que tardaron las mujeres que encabezaban la marcha en cantar el himno de La Desbandá. Más de setecientas personas avanzamos por el parque, el paseo marítimo y las playas de El Palo hasta llegar al Peñón del Cuervo. La etapa acabó en el llamado Paseo de los canadienses, que recuerda la labor desarrollada por <b>Norman Bethune</b>, uno de esos personajes fascinantes que se vieron envueltos por los acontecimientos y del que he hablado en este blog:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/02/el-heroe-desconoocido.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/02/el-heroe-desconoocido.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La 5ª etapa se inició en Almuñécar y, tras atravesar Salobreña, acabó 18 kilómetros más adelante en la desembocadura del río Guadalfeo. Todo el rato fui justo detrás de Manolo Teniente, el hombre que siempre encabeza la columna con una bandera republicana sobre sus espaldas. Estaba vez acompañada por la bandera palestina, ya que esta marcha -que recuerda una masacre que sucedió hace casi nueve décadas- no podía olvidar otra que está sucediendo en nuestros días. Y al igual que ocurrió entonces, con la completa pasividad de las democracias occidentales. Manolo sabe muchas cosas sobre los hechos históricos que rodean La Desbandá. No sólo los grandes acontecimientos políticos, sino también las pequeñas historias de las personas sencillas que los sufrieron y que son las que a él más le interesan. Para mí, que llevo años obsesionado con este tema, fue un lujo compartir pasos y conversación con Manolo. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Desde la vanguardia podía ver cómo se alargaba la columna, formada por 537 personas, serpenteando entre las curvas. Al llegar al <b>río Guadalfeo</b> charlamos con una mujer francesa que nos explicó la historia de su padre. Podíamos ver la emoción en sus ojos cuando hablaba del comandante del ejército republicano que pudo huir en el último barco que zarpó del puerto de Alicante para acabar en un campo de prisioneros en Argelia, donde ella vivió muchos años antes de trasladarse a Toulouse. Junto a la desembocadura de ese río ahora casi seco que, 87 años antes, bajaba crecido por las lluvias, murieron muchas personas intentando atravesarlo:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-puente-sobre-el-rio-guadalfeo.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-puente-sobre-el-rio-guadalfeo.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La 6ª etapa arrancó en Torrenueva. Está vez me quedé en la cola esperando a mi primo Ernesto, que se incorporaba a la marcha. Desde allí los senderistas parecían una larga fila de hormigas que avanzaban entre los rayos del sol por las crestas de los acantilados. Tras el fin de semana, el número bajó a las 154 personas que nos avituallarnos con naranjas, higos secos y pastelitos de guayaba en el <b>Castillo de Carchuna</b>. Otro lugar que guarda una de esas historias que tanto me fascina, ya que allí se produjo la primera operación de comandos de un ejército regular, cuando una treintena de guerrilleros republicanos, entre cuyas filas había bastantes combatientes de las <b>Brigadas Internacionales</b>, asaltó la prisión liberando a más de 300 presos asturianos:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2009/11/los-hijos-de-la-noche.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2009/11/los-hijos-de-la-noche.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Continuamos caminando por la playa en la que sucedió una maravillosa historia que también he contado en este blog, la de la <b>Escuadrilla España</b> formada por <b>André Malraux</b>:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-final-de-la-escuadrilla-espana.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-final-de-la-escuadrilla-espana.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/01/la-palabra-del-aviador.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/01/la-palabra-del-aviador.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y donde se produjo la muerte de un brigadista holandés J<b>an Frederikus Stolk</b>, uno de esos personajes que vinieron desde tierras lejanas a luchar por la República Española</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2014/12/el-heroe-desconocido.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2014/12/el-heroe-desconocido.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Justo cuando el camino comenzó a empinarse apareció por sorpresa mi primo Antonio. En ese momento nos juntamos 4 primos descendientes de personas que sufrieron La Desbandá: el cuarto Pepe Enguix colabora con la organización de la Marcha y es un histórico que cada año camina todas las etapas. Fue un momento especial porque, a pesar de la dureza de la cuesta que sube hasta las trincheras del frente que se estableció tras el avance franquista y que duraría hasta el final de la guerra (el del Almería fue el último frente en rendirse) las conversaciones sobre la historia de nuestra familia hicieron más leve el esfuerzo.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxgaUpfo0mxOFpsVxn_30RQPr2zkVNs2KvVowdkyBCFtESdqnw93Wnb6aONEMDmD6rUj0y-VA2eF-Z1I_37gQXoNu1oTj5lwmcSEGiF5Bpyn1VZY_PEqTV9HJkF3NOzCWeue5CLYLlenhoh5ifWVw2kCRfxSGt_IeK_4mbIjk_1td9pzdDVmwOx6BztKQN/s1600/IMG-20240212-WA0007.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxgaUpfo0mxOFpsVxn_30RQPr2zkVNs2KvVowdkyBCFtESdqnw93Wnb6aONEMDmD6rUj0y-VA2eF-Z1I_37gQXoNu1oTj5lwmcSEGiF5Bpyn1VZY_PEqTV9HJkF3NOzCWeue5CLYLlenhoh5ifWVw2kCRfxSGt_IeK_4mbIjk_1td9pzdDVmwOx6BztKQN/w640-h360/IMG-20240212-WA0007.jpg" width="640" /></a></div><br /><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span><p></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Para nosotros la Marcha acabó en Castell del Ferro, el pueblo hasta donde llegaron los primeros soldados republicanos que lograron parar el avance. Tampoco me pude resistir a contar hace unos años la historia del <b>Batallón Chapaiev de la XIII Brigada Internacional.</b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><a href="https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2013/03/el-final-de-la-huida.html" style="text-decoration-line: none;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #1155cc; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2013/03/el-final-de-la-huida.html</span></a></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Todas esas historias se mezclan con las de mi familia: mi madre María, que apenas tenía un año y medio en aquellos dramáticos días de febrero de 1937, mis abuelos José Castro y María Álvarez, y dos hermanos de ésta: Pepe y Ángeles. Pero ésa es otra historia que contaré mañana….</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">NOTA.- Publico esta entrada en el blog el día en el que e</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;">l ministro de Política Territorial y Memoria Democrática ha informado de la publicación este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del inicio del procedimiento de declaración de 'La Desbandá' como lugar de memoria democrática. </span><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;">Hace unos días mientras caminaba junto a mi primo Pepe Enguix, que colabora con la organización de la Marcha, me explicaba cómo los pueblos por los que pasa la ruta y que están gobernados por el PP no permiten que se señalicen con marquesinas que expliquen la historia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;">Pepe: ¡Ve preparando esas marquesinas! Vuestro trabajo y esfuerzo para que se conozca el </span><span style="font-size: 14.6667px; white-space-collapse: preserve;">sufrimiento</span><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;"> de centenares de miles de personas acabará dando resultados!!!!</span></span></p></span>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-2906017819444878002023-11-26T18:48:00.001+01:002024-01-27T18:42:34.839+01:00La batalla del cabo Machichaco<p style="text-align: left;"><br /></p><span id="docs-internal-guid-49a7b5ea-7fff-b52e-efaa-9eaada56cd86"><span style="font-family: arial;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;">Hace una semana visité el cabo Machichaco, azotado por los fuertes vientos y lluvias de la borrasca Ciarán. En la punta más septentrional del país descubrí una de las historias más maravillosas de la </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline;">Guerra Civil</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;">. En aquellas aguas embravecidas había tenido lugar una batalla naval en la que hubo heroísmo y cobardía por ambos bandos, una de esas historias que tanto me gustan y que no he podido resistirme a explicar en este blog que llevaba tanto tiempo abandonado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Tenemos que situarnos a principios de marzo de 1937 en un País Vasco dividido. La línea del frente estaba situada a la altura de Ondárroa, quedando buena parte de la provincia de Guipúzcoa en manos de los golpistas, mientras Vizcaya aún permanecía en territorio republicano. Las dudas de los nacionalistas vascos al comienzo de la guerra sobre la posición a tomar quedan reflejadas de forma magnífica por </span><span style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ramiro Pinilla</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> en </span><span style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Las cenizas del hierro</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, la tercera parte de su trilogía </span><span style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Verdes valles, colinas roja</span><span style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">s</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, la novela que me acompaña durante este viaje.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">PNV</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> mostró una postura tibia durante los primeros meses. Los nacionalistas navarros y alaveses incluso se posicionaron a favor del bando rebelde. Quizás se vieron obligados por el triunfo del golpe de estado en sus territorios, pero tampoco se puede obviar que compartían con ellos ideas católicas y conservadoras. Tras la aprobación del Estatuto y el nombramiento del lehendakari Aguirre a principios de octubre de 1936, éste creó el </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Euzko Gudarostea</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, el ejército vasco al servicio de la República.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El bando nacional tenía superioridad naval y algunos de los buques que permanecían fieles a la República estaban al mando de oficiales que simpatizaban con los sublevados y se encargaron de sabotearlos. Es el caso del destructor </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">José Luis Díez</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, que aparece en la novela de Pinilla como “Pepe el del puerto”, el nombre que usaban con sorna porque, con la excusa de permanentes averías, siempre estaba atracado. Ante esa situación, Aguirre creó la </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Para ello, incautó barcos de pesca pertenecientes a la </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">empresa PYSBE</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> (Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España), con sede en Pasajes. A esos pesqueros de arrastre les llamaban bous. Sus tripulantes, marinos mercantes y pescadores, estaban acostumbrados a pasar meses faenando en las peligrosas aguas de Terranova y Groenlandia para regresar dos veces al año a los puertos vascos con las bodegas repletas de bacalao salado. Eran hombres que,a pesar de no tener ninguna formación militar, iban a tener sobradas ocasiones de demostrar su valentía. Los barcos fueron armados de forma precaria con dos pequeñas piezas de artillería Vickers de 101 mm a proa y popa. A los marinos que los mandaban les dieron el rango de teniente de navío para que pudieran tener a todos los efectos el estatus de barco de guerra, aunque distaban mucho de poder serlo.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La flotilla de bacaladeros realizó varias misiones exitosas durante sus primeros meses de actividad, especialmente de escolta a barcos mercantes en la ruta de Bayona a Bilbao, pero donde pudieron demostrar su heroicidad fue en la Batalla del Cabo Machichaco.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Al alba del 4 de marzo los bous </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Gipuzkoa, Bizkaia, Nabara y Donostia</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> zarparon de Portugalete. Su misión era escoltar al mercante </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Galdames</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, que llevaba dos meses en Bayona esperando una oportunidad para transportar 173 pasajeros y tres toneladas de monedas acuñadas para el Gobierno Vasco. El destructor José Luis Díez debía zarpar previamente para ayudarles en su misión de protección al convoy.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQrEddvn6v6QVjj5VWnoJ54rTmr-jQdtjnOqsWuvdbiIir79e-vz4iVeq8mG84VP3RS7UiRtTVbC-BqY53DT71DiskYnlXkTqPIfgyWDSEqgycp4kzjUy4dZjq2jN3deB0y0WWE4djijRjBcCWcGKZ9-NCBHaIXUM3SGdx14Irfuw-YqItBj93b-_f3QUT/s2076/Mercante%20Galdames.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1342" data-original-width="2076" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQrEddvn6v6QVjj5VWnoJ54rTmr-jQdtjnOqsWuvdbiIir79e-vz4iVeq8mG84VP3RS7UiRtTVbC-BqY53DT71DiskYnlXkTqPIfgyWDSEqgycp4kzjUy4dZjq2jN3deB0y0WWE4djijRjBcCWcGKZ9-NCBHaIXUM3SGdx14Irfuw-YqItBj93b-_f3QUT/w640-h414/Mercante%20Galdames.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="white-space-collapse: preserve;">El mercante Galdames</span></td></tr></tbody></table></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">A las ocho de la noche se encontraron con el Galdames en el lugar concertado, unas millas al nordeste del puerto de Bayona. El Nabara y el Donostia se posicionaron a estribor mientras los otros dos lo hacían a babor. El destructor republicano que debía ayudarles no apareció. En ese momento el tiempo era aún apacible y tenían previsto llegar a su destino al mediodía siguiente, pero se levantó marejadilla de nordeste que rápidamente evolucionó a fuerte marejada. A medianoche la borrasca arreció, evolucionando a mar muy gruesa. El viento de poniente y las intensas lluvias obligaron a la flotilla a ralentizar su avance. Como debían navegar en silencio, con las radios y luces apagadas, se fueron dispersando a lo largo de la madrugada. Con las primeras luces de la mañana el Gipuzkoa y el Bizkaia, que habían mantenido el rumbo previsto, se encontraban a unas 28 millas al nordeste del Cabo Machichaco. En ese momento se dieron cuenta de que habían perdido el contacto con el resto del convoy e iniciaron su búsqueda: el primero continuó navegando por la derrota indicada hacia el oeste, mientras el segundo regresó hacia el este. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Pasada la una de la tarde y navegando unas 20 millas al norte de la costa vizcaína se abrió un claro entre los chubascos por donde divisaron al </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">crucero Canarias</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. El navío más potente de los golpistas, repleto de cañones y con más de un millar de tripulantes, había llegado una semana antes al puerto de El Ferrol para arreglar unas pequeñas averías. Una vez arregladas, recibió la orden de peinar el Cantábrico para detener a los mercantes que intentaban aprovisionar a la República. En el momento del encuentro escoltaba al </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Yorkbrook</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, un buque de bandera estonia que había interceptado a la altura de Santander unas horas antes.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjajxQ_3j0atyFIYqGRh2-oeqNc0HOyxPCI1OEbl6egCROxsCko1sfHnzmZxswIPWVZLXv0bVwG1Cg_aM3pJtSXikDTU2HsFpBaBlfWhJIZaeU7vyY84dX99_FQWQVIG1vqGrWnhfiLUcjbJi4jLDy-pE6qMm0Yz8WetgDC1mv1e3HOah1kEshgMMCzgu85/s800/Canarias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="494" data-original-width="800" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjajxQ_3j0atyFIYqGRh2-oeqNc0HOyxPCI1OEbl6egCROxsCko1sfHnzmZxswIPWVZLXv0bVwG1Cg_aM3pJtSXikDTU2HsFpBaBlfWhJIZaeU7vyY84dX99_FQWQVIG1vqGrWnhfiLUcjbJi4jLDy-pE6qMm0Yz8WetgDC1mv1e3HOah1kEshgMMCzgu85/w640-h396/Canarias.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El crucero Canarias</td></tr></tbody></table><br /><span style="white-space-collapse: preserve;">El capitán del Bizkaia encendió entonces la radio para dar la alarma al resto de los barcos y, como dejó escrito en el parte de campaña, “tocó zafarrancho de combate, ordenando a la máquina forzar al máximo, reforzando la guardia de fogoneros y el resto de la tripulación cada uno en sus puestos, con toda la artillería preparada”.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El Canarias aumentó la velocidad hasta la máxima de 30 nudos acercándose al Gipuzkoa que fue el primero al que había divisado, pero cuando ya lo tenía a distancia de tiro, todos quedaron sorprendidos por la ausencia de disparos -desconocían que en ese momento el crucero enemigo trataba de reglar sus baterías de mayor calibre-. El bacaladero puso proa hacia el puerto de Bilbao a toda máquina, pero media hora más tarde ya se encontraba al alcance de las baterías de mediano calibre que abrieron fuego.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El Gipuzkoa no se amilanó y respondió con sus dos baterías. Unos minutos más tarde recibió un impacto en el cañón de proa que causó la muerte de dos artilleros y varios heridos. A pesar de su inferioridad no dejó de disparar su pequeño cañón de popa, llegando a alcanzar al enemigo y a ocasionarle incluso una baja. Una salva del Canarias barrió entonces el puente de mando provocando nuevas bajas. Otro impacto hizo estallar una caja de granadas provocando un gran incendio. Pese a la desesperación del momento y cuando la tripulación esperaba ya lo peor, el comandante republicano, Manuel Galdós, herido y con la cara completamente ensangrentada, gobernó el timón de popa y condujo el barco hasta la altura de las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero, que comenzaron a disparar contra el Canarias, incluso antes de tenerlo a tiro. Goliat no había podido derrotar a David y se vio obligado a retirarse. El Gipuzkoa, incendiado y con serias averías, pudo alcanzar el puerto de Portugalete una hora más tarde. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6BqChxHT1aIIDF62sIPGeWgITZLAXAPBzDzpNgH6Jpzog2dxaorHckrJGQMFDNPzcSIRoeE_1w2uieF6MuxM-qkAnZ5tT2wHHkKDPyLD73laTtZAbuT7WRAGM96gdrKvdYsAEBB-xkL7ELzCdMvX-eJ6-R3RfmhPCVkZ5eDI8pscN0jGnhY-JM6SrhaGx/s286/El%20Gipuzkoa%20incendiado%20entra%20en%20Portugalete.%20David%20Cobb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="176" data-original-width="286" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6BqChxHT1aIIDF62sIPGeWgITZLAXAPBzDzpNgH6Jpzog2dxaorHckrJGQMFDNPzcSIRoeE_1w2uieF6MuxM-qkAnZ5tT2wHHkKDPyLD73laTtZAbuT7WRAGM96gdrKvdYsAEBB-xkL7ELzCdMvX-eJ6-R3RfmhPCVkZ5eDI8pscN0jGnhY-JM6SrhaGx/w640-h394/El%20Gipuzkoa%20incendiado%20entra%20en%20Portugalete.%20David%20Cobb.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="white-space-collapse: preserve;">El Gipuzkoa incendiado entra en Portugalete. David Cobb</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="white-space-collapse: preserve;">Mientras se producía este enfrentamiento, el Bizkaia había aprovechado la situación para liberar al mercante estonio Yorkbrook y entrar con él en el puerto de Bermeo. El destructor José Luis Díez -el famoso Pepe el del puerto- recibió por radio la orden de auxiliar a sus compañeros, pero con el pretexto del mal tiempo y de una falsa avería, tomó rumbo norte y sus mandos acabaron aprovechando la situación para desertar.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcLl2GLv0MVFCFnBDexD7jKuH9Pue5ApyOX0urOKDJbYsjT4D0YRASDiwNIqwrnNrWcZM6IvIk8YpJJGG-V8JwZdCM7mbiIKS66m59VPlYUJxs7gh8cehvYwifZ36zuXqqHh2fSAm4zWNXbFAWfNf5G_7QduC3CMYu8pFe3Hif3h7W5dLWfSNqXncdY-wP/s1801/El%20Bizkaya%20custodiando%20al%20Yorkbrook.%20David%20Cobb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1294" data-original-width="1801" height="461" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcLl2GLv0MVFCFnBDexD7jKuH9Pue5ApyOX0urOKDJbYsjT4D0YRASDiwNIqwrnNrWcZM6IvIk8YpJJGG-V8JwZdCM7mbiIKS66m59VPlYUJxs7gh8cehvYwifZ36zuXqqHh2fSAm4zWNXbFAWfNf5G_7QduC3CMYu8pFe3Hif3h7W5dLWfSNqXncdY-wP/w640-h461/El%20Bizkaya%20custodiando%20al%20Yorkbrook.%20David%20Cobb.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="white-space-collapse: preserve;">El Bizkaia custodiando al Yorkbrook. David Coob</span></td></tr></tbody></table><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Sobre las dos de la tarde el Canarias se alejó de la costa navegando hacia el norte y veinte minutos más tarde avistó al resto del convoy, a los que se le habían añadido dos pesqueros de arrastre. El crucero se acercó a 25 nudos al Galdames y le ordenó parar. Éste no obedeció y recibió varios disparos a estribor que causaron la muerte de una mujer, tres niños y varios heridos, logrando así inmovilizar al mercante; momento que aprovecharon los pesqueros para escapar, incluido el Guipuzkoa, el más pequeño de los bous y el que estaba peor armado.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El Nabara estaba al mando de </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Enrique Moreno Plaz</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">a, un murciano de La Unión de 30 años, que decidió enfrentarse en una lucha desigual -no olvidemos que se trataba de un pesquero contra el barco más potente de la flota nacional, que multiplicaba por diez su peso- y comenzó a disparar alcanzando la amura de babor y algunas antenas del Canarias. El comandante de éste, </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-weight: 700; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Salvador Moreno</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, dejó reflejado en el parte de campaña que pasados diez minutos de las dos de la tarde dió orden de batirlo con toda su artillería cuando se encontraba a 7000 metros de distancia.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU6VnGSNNy6Tq9X09gadmh_mXp02i35nyniLYaH2mS7Sa-9EZzzV0hVu2S6eloEPGPD3oi-LPAJk2keo9-zENt-2orWyVWBiK88LftAkMR5mKUuqXtKfmXhYE5N7w8ksiYqibOX6sBns57cUTTaNTaY2GAAQrNIKW46OYaX_UXovhb67xki28xmPgqrnkW/s1788/Bou-Nabarra-Vista-de-perfil-Febrero-37.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1319" data-original-width="1788" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU6VnGSNNy6Tq9X09gadmh_mXp02i35nyniLYaH2mS7Sa-9EZzzV0hVu2S6eloEPGPD3oi-LPAJk2keo9-zENt-2orWyVWBiK88LftAkMR5mKUuqXtKfmXhYE5N7w8ksiYqibOX6sBns57cUTTaNTaY2GAAQrNIKW46OYaX_UXovhb67xki28xmPgqrnkW/w640-h472/Bou-Nabarra-Vista-de-perfil-Febrero-37.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Nabara</td></tr></tbody></table><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La metralla produjo en el Nabara la primera baja y, poco después, el puente fue alcanzado por un impacto que mató al timonel y dejó malherido al segundo oficial. Durante más de una hora el bacaladero mantuvo el combate zigzagueando, escondiéndose del fuego enemigo entre las altas olas que provocaba la fuerte marejada del oeste. Su capitán y parte de la tripulación, conscientes de su desesperada situación, habían jurado luchar hasta la muerte y estaban dispuestos a hundirse con su barco antes de entregarse a un enemigo dispuesto a fusilarlos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAhxbGE5SmM-a5H9gilYX5kWbA5_u_1wCE6sg6uVqvb-6ctgfKgcofqXFX69rgs4VZypMDdcrGc2yQ8g_KFl8Hem41cbGfwT1y79Ic_xEPBoHm3I3pyBkHvvS4X9gj-iPE1sDuzwXyYRVyGzMgFq-Gl_U5vm2V-KvjeetZCXo6y0w3WKl8mQ3_cMxODQYF/s1777/El%20Nabara%20alcanzado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1129" data-original-width="1777" height="406" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAhxbGE5SmM-a5H9gilYX5kWbA5_u_1wCE6sg6uVqvb-6ctgfKgcofqXFX69rgs4VZypMDdcrGc2yQ8g_KFl8Hem41cbGfwT1y79Ic_xEPBoHm3I3pyBkHvvS4X9gj-iPE1sDuzwXyYRVyGzMgFq-Gl_U5vm2V-KvjeetZCXo6y0w3WKl8mQ3_cMxODQYF/w640-h406/El%20Nabara%20alcanzado.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="white-space-collapse: preserve;">El Nabara alcanzado. David Cobb</span></td></tr></tbody></table><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Su valentía queda reflejada incluso en el parte de campaña que escribió el comandante del Canarias:“el bacaladero, cubierto por la mar a ratos, se defendía alternando constantemente su rumbo sin temor a que se estrechase con exceso la distancia para obtener mejor partido posible de sus dos cañones bastante bien dirigidos y manejados”.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La sala de máquinas del Nabara fue alcanzada por un disparo, matando a todos los maquinistas que subieron al puente con sus cuerpos ardiendo entre las llamas. El barco estaba sin gobierno a merced del enemigo. El cocinero desesperado por los efectos del alcohol retaba a los marinos del Canarias con un puñal entre los labios. Pasaban de las seis y la oscuridad de la noche avanzaba rápido. Con todo ya perdido, más de una veintena de hombres, cinco de ellos heridos, cortaron las amarras de los dos botes salvavidas y se lanzaron a un mar embravecido.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNUN4Tx7J5u6wj1x2kGnzrrjFAzWrRp3RzhWM9ciXx8xnH8eTo6X3uxgPvawsy8mj62WYipqpWTh49dHWRoptHiUoSaa8YGwFb64lETw8a5wa6H-DWAW8Pfns8KTIM72xBVO4NYLNXjaOh5Ki-dMv0D_VQzzscatQDiU9PaReHSsyErBjfTPtqBMngxd8e/s1801/El%20Donostia%20intenta%20ayudar%20a%20sus%20compa%C3%B1eros%20de%20Nabara.%20David%20Cobb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1319" data-original-width="1801" height="468" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNUN4Tx7J5u6wj1x2kGnzrrjFAzWrRp3RzhWM9ciXx8xnH8eTo6X3uxgPvawsy8mj62WYipqpWTh49dHWRoptHiUoSaa8YGwFb64lETw8a5wa6H-DWAW8Pfns8KTIM72xBVO4NYLNXjaOh5Ki-dMv0D_VQzzscatQDiU9PaReHSsyErBjfTPtqBMngxd8e/w640-h468/El%20Donostia%20intenta%20ayudar%20a%20sus%20compa%C3%B1eros%20de%20Nabara.%20David%20Cobb.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="white-space-collapse: preserve;">El Donostia intenta ayudar a sus compañeros de Nabara. David Cobb</span></td></tr></tbody></table><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El Donostia, ignorando el peligro que suponía la cercana presencia del Canarias, se acercó a recoger a sus compañeros, pero éstos les dijeron que se pusieran a salvo. Mientras el crucero fascista recogía a los primeros náufragos se produjo una enorme explosión en el Nabara que se hundió con rapidez. Su comandante, Enrique Moreno Plaza, el primer oficial, Ambrosio Sarasola y los 31 compañeros que habían muerto en combate se hundieron con su barco. Lo hicieron con la bandera tricolor republicana alzada en el pico de popa y la ikurriña vasca en el bauprés de proa. Moreno llevaba solo tres meses casado y murió sin saber que su viuda estaba embarazada.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6rCYU-fDv9w5bJ_-oTJ_3TrYxRLpF-8deCKuVzc4QDVZBzJp9RLLyFWsWRtq2NZs1X1JkSS_BG0wqj08ycVqONypmThuyS1Ct29i-BPb9Hemz1XOjYApMKwcDrAdBFOOrAMzoinarrhsfJSJ8611xrMV_kVAy41F9iqZFGn2GAE5pSQzc3J51AwfOez-D/s269/Enrique%20Moreno%20Plaza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="187" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6rCYU-fDv9w5bJ_-oTJ_3TrYxRLpF-8deCKuVzc4QDVZBzJp9RLLyFWsWRtq2NZs1X1JkSS_BG0wqj08ycVqONypmThuyS1Ct29i-BPb9Hemz1XOjYApMKwcDrAdBFOOrAMzoinarrhsfJSJ8611xrMV_kVAy41F9iqZFGn2GAE5pSQzc3J51AwfOez-D/w278-h400/Enrique%20Moreno%20Plaza.jpg" width="278" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Enrique Moreno Plaza</td></tr></tbody></table></span></p><div><br /></div></span><span style="font-family: arial;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los supervivientes fueron llevados al Canarias. Estaban empapados. El capitán del crucero les dijo que no temieran, a lo que el tercer oficial del Navara, le respondió que temblaban de frío, pero no de miedo. Luego fueron encarcelados y juzgados en San Sebastián. A los guipuzcoanos los condenaron a muerte, por estar su provincia bajo dominio nacional, y a los vizcaínos a 30 años de prisión. Tras la caída de Bilbao, fueron juzgados de nuevo y condenados también a la pena capital. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No obstante la historia les tenía reservado un inesperado giro: el capitán de corbeta Manuel de Calderón, director de tiro del crucero Canarias, fue nombrado asesor naval de Franco. Impresionado por la valentía de los hombres contra los que había luchado, intercedió en varias ocasiones ante el dictador. No paró hasta que éste, harto de las peticiones, les concediera el indulto. Calderón fue personalmente a la cárcel a liberarles el 30 de noviembre de 1938 y, según se cuenta, invitarles a chipirones.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La relación de esos hombres con su salvador se alargó durante décadas. Manuel Calderón les protegió durante los años más duros y peligrosos de la posguerra, les ayudó a conseguir trabajo a pesar de sus antecedentes políticos, facilitó que el segundo oficial, que había perdido toda su documentación en el hundimiento del Nabara, obtuviera el título de piloto primero y de capitán más tarde. Llegó incluso a avalar a uno de los marineros para que le concedieran un préstamo bancario. Cuando murió en 1979 no tenía hijos, pero era padrino de 39 descendientes de los hombres que habían sobrevivido a la batalla del Cabo Machichaco.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPEcCzQ0xqy4nGPtfr9ZEF9M_ZcpsGDOVcuaZlZqyslU7Ocy-PbF-0RouFoF5zsUZWnjRR7BLRu_8CfncXewGDY18VQ0zLvcsktpeqLECXJtxCVDXB3m3ub_2zgJ6NxM92eNighGQ-srgIYAztj1JzgqveGyufDSt-V3HZES5bVyeaYuY0CdrH6rsydbTv/s1795/Manuel-Calderon-oficial-del-CANARIAS-y-Pedro-De-la-Hoz-marinero-del-NABARRA-en-1975-AD003710.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1192" data-original-width="1795" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPEcCzQ0xqy4nGPtfr9ZEF9M_ZcpsGDOVcuaZlZqyslU7Ocy-PbF-0RouFoF5zsUZWnjRR7BLRu_8CfncXewGDY18VQ0zLvcsktpeqLECXJtxCVDXB3m3ub_2zgJ6NxM92eNighGQ-srgIYAztj1JzgqveGyufDSt-V3HZES5bVyeaYuY0CdrH6rsydbTv/w400-h266/Manuel-Calderon-oficial-del-CANARIAS-y-Pedro-De-la-Hoz-marinero-del-NABARRA-en-1975-AD003710.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Manuel Calderón, segundo oficial del Canarias
y Pedro de la Hoz superviviente del Nabara</span></td></tr></tbody></table></span></p><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Nota.- Hay bastante información y artículos sobre estos maravillosos acontecimientos en internet, pero cabe destacar la web </span><a href="http://marinavasca.eu/es/index.php" style="text-decoration-line: none;"><span style="color: #1155cc; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">http://marinavasca.eu/es/index.php</span></a><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> sobre La marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, donde puede descargarse el libro con el mismo título. Escrito por Juan Pardo San Gil, relata con detalle y documentación precisa la historia de los voluntarios que lucharon en el mar para defender a la República. En la web he encontrado también los partes de campaña del crucero Canarias y del bacaladero Bizkaia, las pinturas de David Cobb y las fotografías que he tomado prestadas para este texto.</span></div></span></span>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-15399858501861330822022-10-27T16:41:00.004+02:002024-01-18T19:11:10.182+01:00Un año y tres meses<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Descubrí a Luis García Montero a mis veinte años. Desde que mis dedos abrieron las páginas del ejemplar del Diario Cómplice que me esperaba en el estante de la librería ha sido el libro de poemas al que he vuelto más veces y con mayor felicidad. Meses más tarde el azar me ofreció la oportunidad de conocerle. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siempre le agradeceré a mi primo que me lo presentara. Ernesto tenía, con su hermano Paco, un bar con billares junto a la facultad de letras de Granada. Su interior había servido tanto para guardar folletos y carteles del Partido Comunista en los últimos años de la dictadura, como para charlas animadas por las bebidas sobre la política y la vida a las que habían acabado por asistir varios poetas jóvenes entre los que se encontraba el propio Luis o Javier Egea. A "Quisquete", que era como conocían a Javier, le conocería meses más tarde, una nublada tarde de finales de verano en su casa del Zaidín granadino. Luis me recibió en la suya, en la avenida Cervantes, esa misma tarde de nochebuena.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Recuerdo que jugó con las palabras tarde y buena, cuando se dió cuenta de la fecha que escribió debajo de una cariñosa dedicatoria en aquel libro rojo que dibujaba en su portada una pareja abrazada. La tarde fue más que buena, voló gozosa hablando de poesía. Yo entonces era muy joven y aún soñaba con ser poeta. Luís me habló de sus primeras lecturas con un libro que le había regalado su padre, una antología de los mejores mil poemas de la lengua castellana, una curiosa selección de clásicos y de poetas no tan conocidos. También me contó anécdotas con Rafael Albertí y me recomendó leer una novela: Un invierno en Lisboa que me descubriría a otro autor, Antonio Muñoz Molina, que no ha dejado de acompañarme desde entonces.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En Diario cómplice yo encontré mis sentimientos descritos en las palabras de otra persona, una poesía maravillosa que me hacía disfrutar, aún lo hace, de una nueva sentimentalidad, la etiqueta que le pusieron a aquellos jóvenes poetas que hablaban del amor y de la vida con metáforas e imágenes que demostraban una complicidad tan cercana con el lector, tan diferentes de las palabras rimbombantes y presuntuosas de otros poetas aislados en sus torres de marfil. Los mejores poemas son los que nos susurran nuestros sentimientos como si hubieran sido escritos pensando en nosotros. Desde entonces los versos de Luis han ido acompañando mi vida: después del amor casi juvenil de Diario Cómplice se han ido sucediendo, entre otros magníficos poemarios, la ruptura de Habitaciones separadas, el redescubrimiento de la pasión de Completamente Viernes, la llegada de la madurez de Vista cansada y ahora el dolor, la enfermedad y la muerte de Un año y tres meses.</span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim0ADynNBfbJ4Qh5oBkv6uXlan_diJ5dqHj9YcjHBkaGZYrdl-N1ulHafJ242P7nxI7586EWpTl3FGO2hXrCi0GTfv6kjviTrMIHGgVLLG_K8E6rvVwXwX5U4RrGdE6y3KRXPK8B75MutImQmuITZHc07iRdiVEOR3PqEezD2rhMn1BGeMOjv08sb1zg/s340/1540-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="340" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim0ADynNBfbJ4Qh5oBkv6uXlan_diJ5dqHj9YcjHBkaGZYrdl-N1ulHafJ242P7nxI7586EWpTl3FGO2hXrCi0GTfv6kjviTrMIHGgVLLG_K8E6rvVwXwX5U4RrGdE6y3KRXPK8B75MutImQmuITZHc07iRdiVEOR3PqEezD2rhMn1BGeMOjv08sb1zg/w400-h400/1540-1.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Un poeta se va dejando la vida a lo largo de las páginas y algunos convertimos sus palabras en parte importante de nuestras vidas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si en Diario cómplice la ropa de la amada nos vigilaba como un gato tendido al final de la cama, en su último libro las zapatillas simulan espera con su tranquilidad de buen rebaño y entre ambos versos simplemente ha transcurrido una vida. Han pasado más de tres décadas desde aquella lejana tarde de nochebuena, pero mi admiración incondicional por la poesía de Luis no ha dejado de crecer, como también lo hizo años más tarde por las novelas de Almudena Grandes, la persona que marca Un año y tres meses. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siempre he pensado que no hay poemas de amor, los poetas siempre escriben sobre el desamor, el recuerdo de la felicidad perdida aunque solo haya sido de forma momentánea, el dolor de la ausencia. Y la ausencia en este libro es enorme. En esos momentos de soledad absoluta es cuando solo nos queda un arma con la que luchar: la poesía. Ésa fue la respuesta que dió Joan Margarit en una entrevista que le hicieron antes de recibir el Premio Cervantes cuando preguntaron para qué servía la poesía.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Luis usa el arma de los valientes que no tienen miedo a desnudar sus sentimientos para poder seguir sobreviviendo. Él que hizo viajar el amor en los taxis ¡cuántos idiotas con pretensiones lo criticaron por describir así un amor cotidiano, por democratizarlo al alcance de todos! ahora lo refleja en palabras que pueden parecer poco poéticas como radioterapia o hemoglobina. Nos describe la muerte como un animal doméstico que ronda por las habitaciones, el eco de un monólogo despiadado, porque "dialogar con la vida no es sencillo/ si la memoria del amor nos sirve / platos precocinados" . Pese a confesar que la muerte no es un asunto literario, adentrarse en ella es, según imagina, como hacerlo en largo viaje en un avión trasatlántico</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y sin en su Diario cómplice ya nos decía…</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quizás sólo se trata de que no estás aquí,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">de que perder es duro para todos</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">y el amor me hace falta, como sabes.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quizás contigo estuve </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">tan demasiado cerca de su reino,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">que necesito ahora desmentirme,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">utilizar los trucos que uno tiene</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">para poder seguir.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora nos confiesa…</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Supongo que este modo de sentirse</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">definitivamente hundido</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">es una forma mía de estar enamorado</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">para empezar de nuevo</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">una vida distinta</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">con el amor de siempre.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A Luis García Montero, como a su amada Almudena Grandes, no le faltaran nunca los aliados en las trincheras últimas de sus palabras, que seguiremos usando como armas para combatir los golpes de la vida y celebrar la eternidad del amor, porque más allá de los pésames torpes, no pueden ser de otra manera, "una historia de amor es un viajero / que se sienta en la mesa a hablar de la vida". Y a pesar de todo, ese año y tres meses lo recuerda como los días más felices de su vida.</span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-1399977056296099102022-02-10T00:35:00.004+01:002024-01-18T19:10:32.406+01:00La desbandá. Un pequeño homenaje 85 años después<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En febrero de 1937 mis abuelos sufrieron la terrible </span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: arial;">experiencia de lo que se ha conocido como la desbandá. Mi madre entonces aún no tenía dos años y por tanto no podía recordarlo, pero mi abuelo siempre lo tuvo en su memoria. En el interrogatorio que siguió a su detención tras el final de la guerra quedan reflejadas sus palabras. Llevó una partida de ganado a Málaga cuando la ciudad estaba a punto de ser tomada por las tropas fascistas -el hecho queda reflejado en un libro de Arthur Koestler- </span></span><span style="font-family: arial; text-align: left;">y al enterarse de la gravedad de la situación decidió regresar a Jayena, el pueblo donde se encontraban su mujer y su hija. El avance enemigo lo impidió y no puedo reencontrarse con ellas hasta varios días más tarde.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando en el 2008 comencé a escribir la novela que llevaba dentro desde hacia mucho tiempo, me puse a ordenar las historias que quería contar: la guerra del tatarabuelo Antonio contra los carlistas, la que años más tarde le llevó a combatir en Cuba, la maravillosa historia de amor de los bisabuelos, la esperanza que supuso la República, la increíbles hazañas de los hermanos Quero en las que se involucró mi abuelo, los años de cárcel que por ese motivo sufrió mi abuela... Y también lo que ellos y centenares de miles de personas sufrieron durante aquellos días de febrero de 1937, que queda reflejado en uno de los capítulos ya escrito, pero no acabado, de esa novela que se eterniza...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Durante un año visité todas las bibliotecas que pude y consulté todos los textos que encontré para intentar ser fiel a los hechos y estar a la altura de los personajes. En 2022 sigo en esa lucha. Ahora que se cumplen 85 años de esos trágicos sucesos y hay gente que aún rinde homenaje a los asesinos, a los que dedican calles y monumentos, quiero rendir un pequeño homenaje a las victimas. Ésta es quizás una de las escenas más dramáticas y mas duras de mi novela. En su recuerdo...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El caos de Vélez volvió a retrasarle antes de continuar con la huida. La carretera serpenteaba a lo largo de la costa. Una sucesión de curvas muy cerradas la adentraba entre las colinas de roca gris y la devolvía junto al mar apenas unos metros más adelante, donde los acantilados descendían de forma brusca hacia la espuma de las olas. A la derecha se abría la inmensidad de las aguas y a la izquierda las laderas eran un enorme secarral donde sólo crecían las pitas y las chumberas. Ya no quedaba rastro de la caña dulce que apaciguó el hambre en las primeras horas, la multitud la devoró como una plaga de langostas. No tuvieron otra cosa que llevarse a la boca y el sabor dulzón, fibroso, les acompañó durante todo el recorrido. Las hojas secas y las fibras mordidas quedaron por el suelo, se convirtieron en la alfombra del hambre que fueron pisando miles de pies. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cada cierto tiempo un puente estrechaba el paso, entonces los grupos se hacían más compactos y la pena se apretujaba entre las barandas. Desde allí el mar se divisaba tranquilo, calmado tras varios días de lluvia. La brisa comenzaba a desdibujar los jirones de una fina niebla que había dejado el levante y a lo lejos podían verse las siluetas difusas de los cruceros enemigos que los acompañaban en la huida como una presencia inquietante.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Con el paso de las horas, el avance se hizo más penoso, apareció el cansancio y el camino se fue llenando de enseres que habían perdido ya toda utilidad. Sobre el pavimento quedó un rosario de colchones, sillas, maletas, sartenes, pucheros, bultos de ropa, incluso una gramola silenciada para siempre. Parecían los restos de un naufragio, el tesoro abandonado de los más pobres. Trataron de ponerlo a salvo hasta que se dieron cuenta del peligro que corrían sus vidas. La impedimenta les retrasó el paso hasta que les alcanzaron los rumores: las tropas enemigas, cada vez más cercanas, avanzaban con prisa. Aterrorizados, comenzaron a desprenderse de las pertenencias según una extraña jerarquía, un orden difícil de entender que hizo aparecer los objetos más insospechados.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Con la oscuridad de la noche regresó el miedo. Las familias continuaron caminando y se disgregaron en mitad de una negrura espesa. El silencio duró apenas un instante. El aire se convirtió en un lamento de nombres. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">− ¡Juanito, Carmen, Fali, Ana, Pedro! − las madres llamaban a sus hijos, les ataban para no perderlos, como si se tratase de un cordón umbilical − ¡Venid aquí y no os alejéis! </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pero fue inevitable, las familias comenzaron a disgregarse y un montón de niños perdidos comenzaron a caminar solos. A los gritos le siguió el llanto, un eco permanente que duró hasta bien entrada la madrugada cuando, hambrientos y exhaustos, la mayor parte de los fugitivos ya no aguantó más y decidió dormir, aunque sólo fuera un rato. La soledad se agrandó en compañía de miles de desconocidos que compartían el mismo miedo y el futuro adquirió una extraña apariencia de zozobra. José decidió levantarse y seguir caminando antes de que llegara la primera claridad del alba. Una luz violeta rompía el horizonte.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El día amaneció limpio de nubes y el calor suave avivó un poco los ánimos, pero, en cuanto el sol comenzó a apretar, los buques giraron de forma inesperada y se enfilaron a toda máquina hacia la multitud que se desparramaba junto a la orilla. Al principio nadie pareció notar el cambio de rumbo, todos tenían la vista puesta en el camino, pero, conforme se fueron acercando y su presencia se hizo más y más grande, creció el nerviosismo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">−Esos barcos me dan miedo −le susurró a su madre una jovencita de apenas unos quince años.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">−No te preocupes hija, aquí sólo quedamos viejos, mujeres y niños. Casi todos los soldados ya pasaron.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El presagio no tardó en hacerse realidad, aunque no dispararon el primer obús hasta que estuvieron muy cerca. José vio cómo el fogonazo salió por la boca del cañón. Pasó por encima de los que le precedían, unas décimas antes de que una lluvia de piedras y arena cayera sobre ellos. Los artilleros no habían fallado el tiro, sabían que así iban a provocar más daño. Las rocas quedaron en mitad del asfalto y lo convirtieron en una ratonera. Entonces el tiempo se ralentizó hasta casi detenerse. Las madres corrían despavoridas con sus hijos en brazos. La mayoría abandonó los últimos pertrechos y trató de encontrar refugio detrás de una curva, pero los más viejos, los más débiles quedaron abandonados a la suerte de los obuses que continuaban impactando en la colina. José se alejó del mar que traía la muerte. En sus oídos se mezclaban los lloros de los pequeños, los gritos de los heridos, el estruendo que provocaban los enormes pedruscos al caer. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El paisaje se convirtió en una deriva de ojos sin mirada, un ir y venir de piernas que buscaban un lugar donde ponerse a salvo. Las embarcaciones estaban ya tan cerca que podía ver las caras de los marineros que se movían por la cubierta y saltaban de alegría cada vez que acertaban un objetivo. Una vieja camioneta quedó aplastada por el alud sin que ninguno de sus ocupantes tuviera tiempo para dispersarse por las zanjas cercanas. Un mulo asustado estalló por los aires convertido en un amasijo de vísceras. Durante varios minutos las explosiones reverberaron en un eco continuo, ensordecedor, que se esparcía entre los barrancos. Era el sonido del infierno. La distancia entre la vida y la muerte dependía de unos segundos, de unos metros; los que elegía el azar para caer con todo su ímpetu. La muerte barrió el aire con un fragor ronco acompañado por la intermitencia de los resplandores. El zumbido de los proyectiles resonaba por todas partes. Las siluetas caían, quedaban tendidas sobre el asfalto. La tierra sacudida granizaba sobre los cuerpos ya inmóviles mientras la angustia estallaba como un caballo desbocado hacia el abismo. Las caras de lo que corrían se emborronaban entre los terrones sin otra escapatoria que buscar refugio lejos de los barcos. Los cañones continuaron tronando durante un tiempo interminable y el fuego graneado no cesó de buscar su presa.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">José se transformó un ovillo escondido y fue arrastrándose con la boca pegada al suelo durante un tiempo imposible de contar. Tenía el sabor seco de la tierra en el paladar cuando por fin pudo levantarse.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los barcos se marcharon dejando un paisaje desolador. La carretera estaba repleta de rocas, de cadáveres destrozados, de personas malheridas. Junto a él encontró un carrito volcado, sólo le quedaba una rueda que seguía girando sin parar. Del interior asomaba la manita de un niño. Luego la rueda por fin se detuvo. Más allá una mujer reía histérica mientras mostraba el cuerpo inmóvil de su hija. Un carabinero se lanzó por el acantilado cuando descubrió a su esposa muerta. Un chiquillo corría como loco, gritaba buscando a su abuelo. Los ruidos habían cesado, pero no regresó el silencio. Lo impedían los gemidos de los que pedían ayuda, las lamentaciones de los que habían perdido a sus familiares. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El mundo se redujo a un universo muy pequeño de cosas precarias. Todo podía desaparecer en un momento, nada era seguro. Un trozo de pan, un breve instante de calma, un rayo de sol, un trago de agua fresca, se convirtieron en grandes tesoros que bastaban para certificar que la vida continuaba, un lujo fuera del alcance de los que quedaron sobre la calzada. Pero ni siquiera había tiempo para llorar a los caídos. Los que podían andar se levantaron despacio y siguieron avanzando.</span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-46492666453123583332022-01-22T17:39:00.001+01:002024-01-27T18:43:08.100+01:00La vergonzosa memoria del crucero Baleares<p style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="text-align: justify;">El 9 de febrero de 1937
centenares de miles de personas, la mayoría ancianos, mujeres y niños, huyen
despavoridos por la carretera en dirección a Almería. La ciudad de Málaga acaba
de caer en manos de las tropas de Franco y se ha iniciado el que probablemente
va a ser el mayor crimen de toda la Guerra Civil.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><b>Jesús Majada</b> publicó en el año 2006 el libro <b>Carretera Málaga-Almería</b>, donde recogió los testimonios de decenas
de supervivientes de la masacre que permanecían con vida. Muchos de ellos aún
recordaban algunos de los momentos más terribles de su huida, cuando el Crucero
Baleares y su buque gemelo, el Canarias, se dirigieron hacia la costa para
bombardear a la población civil que huía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;">En Torre del Mar, nada más abandonar las últimas casas, en una curva
situada a la izquierda del camino, la escuadra comenzó a cañonearnos. Aquello
era terrible, los cadáveres en la cuneta, las personas mayores, los niños que
llamaban a sus madres y no le podían contestar porque estaban muertas.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;">Para ellos era como un juego, el tiro al plato contra gente que no
podía defenderse. Disparaban contra las rocas, y comprendimos que lo hacían así
para que estallasen y nos cayesen las piedras encima o que cortasen la
carretera. No teníamos escapatoria, atrapados entre aquellas paredes de roca y
los acantilados. Moríamos de hambre, sed agotamiento, ametrallados. Si hay un
infierno, aquello era lo más parecido que uno pueda imaginar. Fue un milagro
que consiguiésemos llegar a Almería, pero nunca he visto tanta muerte, tanta
sangre, tanto desprecio por la vida humana.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;">Fue horrible, nunca lo olvidaré. Eran militares profesionales, de la
Marina o la Aviación contra civiles, ancianos, niños, mujeres, sabían a dónde
disparaban. Los pocos soldados que iban con nosotros iban en retirada,
desarmados. Nos bombardeaban a mansalva. Veíamos sus caras, ellos sabían que
éramos civiles indefensos, nos veían perfectamente. Estaban tan cerca, que
cuando le acertaban a un burro o a un autobús, podíamos ver sus caras, les
podíamos ver cómo saltaban en sus cubiertas, celebrándolo.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;">Nos tiraban bombas incendiarias desde los aviones, y aquellos barcos
enormes de Franco no cesaban de dispararnos con sus cañones. Veíamos a los
marineros perfectamente, cómo se movían por cubierta, los cañones cómo se
movían y nos apuntaban antes de disparar, es algo que si no lo has vivido no lo
puedes comprender. Si los barcos se hubiesen acercado un poco más hubiesen
chocado con las rocas, para ellos era como un macabro juego de feria, nos mataban
como si fuésemos chinches.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;">Había gente aplastada por las piedras que caían cuando disparaban desde
los barcos a los acantilados. Vi muchos niños muertos en las cunetas. Me
acuerdo de una mujer que había muerto y todavía tenía un niño pequeño en
brazos. El conductor que nos llevaba a Almería paró varias veces para apartar a
los muertos de la carretera. Cada vez que paraba, los niños nos asomábamos a
ver. Había trozos de personas por todos lados.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi7KVQQg0RRlP68qCnAXInRtCnhtvVwI3MeZWk3siMk7xkuXsSWi6bUMtF0xxQl7ZE820McAUat45AhwHpLFOuzkMRZG-eaRQm1Ozb7QwdtJBQpOOTUMNlWaUD25GMj0MPhL0mIep1Wj93hcx5Baf9-Oi7Emv0__aQLATcbajwa7SfUjyCwiPV0ra_i0w=s597" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="271" data-original-width="597" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi7KVQQg0RRlP68qCnAXInRtCnhtvVwI3MeZWk3siMk7xkuXsSWi6bUMtF0xxQl7ZE820McAUat45AhwHpLFOuzkMRZG-eaRQm1Ozb7QwdtJBQpOOTUMNlWaUD25GMj0MPhL0mIep1Wj93hcx5Baf9-Oi7Emv0__aQLATcbajwa7SfUjyCwiPV0ra_i0w=w640-h290" width="640" /></a></i></div><i><br /><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></i><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><b>Elizaveta Pashina</b>, una joven rusa de 20 años que servía como
traductora, nos relata: <i>Los obuses
estallaban entre las rocas, sobre la carretera empezó a caer una lluvia de
pedruscos. La gente corría llevando a los niños en brazos y abandonando los
últimos restos de sus pertenencias. Se oían los llantos y los gemidos de los
heridos. Todos intentaban llegar a alguna curva donde la carretera se alejara
del mar. Los viejos, con lágrimas en los ojos suplicaban para que los
abandonasen allí e intentasen salvar a los niños.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><b><i>Cristobal Criado</i></b><i>, que tenía en ese momento 17 años, nos
cuenta en su libro “Mi juventud y mi lucha”: Nunca antes había sentido con
tanta intensidad el miedo y la muerte tan cercana, protegido tras un malecón que daba al borde mismo del
profundo acantilado. Unas bombas caían sin cesar sobre al asfalto ya destrozado de la carretera; otras
directamente en el acantilado. Pero al pasar a la altura que ocupaba yo, tras
el malecón, el silbido terrorífico que producía en mis oídos su caída, sentí
tal pavor que, por unos instantes, pensé que era el último día de mi vida.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">El cuaderno de bitácora de los
buques recoge las acciones:<i> “A las 12
horas dispararon los cañones de 12cms. De estribor sobre grupos que huían de
Málaga por la carretera”.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Tuve muy pocas conversaciones con
mi abuelo José, pero recuerdo un comentario breve sobre lo que él vivió en ese
episodio conocido como “la desbandá” y que definía como la mayor masacre que
había vivido y visto en su vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Hace unos días el alcalde de
Madrid Martínez Almeida dedicó una calle de su ciudad al Crucero Baleares. La
Asociación La Desbandá elevó sus quejas no solo al Ayuntamiento de Madrid. El
Ayuntamiento de Málaga o el Consejero portavoz de la Junta de Andalucía también
fueron interpelados. Pero ninguno de ellos se ha manifestado en contra. Todas
esas administraciones están gobernadas por el Partido Popular.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">La historia no es un juego de
blancos y negros, sino una realidad de infinidad de grises que matizan las
verdades. En la Guerra Civil hubo personas decentes y asesinos en ambos bandos,
pero es una conducta vergonzosa e intolerable que, a día de hoy y a pesar de la
Ley de Memoria Histórica, haya partidos que sigan ensalzando a los asesinos. El
alcalde de Madrid argumenta que hay que recuperar la memoria en ambos bandos,
también la de los marineros del Crucero Baleares que murieron unos meses más
tarde. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">En la madrugada del 6 de marzo de
1938 buques de la Armada Republicana avistaron a tres cruceros nacionales
(entre ellos el Baleares y el Canarias) a 75 millas náuticas al nordeste del
Cabo de Palos. El enemigo rehuyó el enfrentamiento a la espera de la luz de la
mañana que le permitiera aprovechar su mayor potencia de fuego. Los barcos de
la República no desistieron en su persecución y, a pesar de su falta de
experiencia en combate nocturno, consiguieron que dos torpedos impactaran en el
Crucero Baleares que se hundió con rapidez mientras los otros dos barcos
nacionales continuaban su huida.<o:p></o:p></span></p>
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: helvetica;">Las palabras de Almeida equiparan a las víctimas
civiles de una masacre con los marineros asesinos del Baleares que celebraban
su muerte.</span></span>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-60126521212841782042021-11-28T15:03:00.005+01:002024-01-18T19:11:36.143+01:00La felicidad es una manera de resistir<p><span style="font-family: helvetica;"><i style="text-align: justify;">Porque la felicidad es una manera de resistir</i><span style="text-align: justify;">… Fue la dedicatoria
que me escribió en un ejemplar de </span><b style="text-align: justify;">Las
tres bodas de Manolita</b><span style="text-align: justify;">. Ahora puedo recordar la fecha exacta porque ella se
encargó de anotarla: Barcelona 11-3-2014.</span></span></p><p><span style="font-family: helvetica;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: helvetica;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2GSYQoV0i70BL_ESIYJeJdKba6nmsbuF_7emRoTIuGrMNbxJFpfaBjOY0UTN-Qnl3VLlUP5_UrqzuV_-RlQJa1uuRgaQ-YEVnduGlDU-mEk9CL6ffAUOji2YimxDGIQjLNPCn0H629A9Q/s1812/260514752_10218901341917388_7312863398946808778_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1812" data-original-width="1359" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2GSYQoV0i70BL_ESIYJeJdKba6nmsbuF_7emRoTIuGrMNbxJFpfaBjOY0UTN-Qnl3VLlUP5_UrqzuV_-RlQJa1uuRgaQ-YEVnduGlDU-mEk9CL6ffAUOji2YimxDGIQjLNPCn0H629A9Q/w480-h640/260514752_10218901341917388_7312863398946808778_n.jpg" width="480" /></a></span></div><span style="font-family: helvetica; text-align: justify;">Tres años antes había hablado con
ella solo unos minutos. Como cada diada de Sant Jordi, Barcelona lucía
primaveral, las calles andaban abarrotadas de gente con rosas rojas y libros.
Recuerdo la larga cola de lectores que zigzagueaba en uno de esos puestos de
libros que colapsan el Paseo de Gracia, esperando pacientemente a que </span><b style="font-family: helvetica; text-align: justify;">Almudena Grandes</b><span style="font-family: helvetica; text-align: justify;"> les firmara su autógrafo.</span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Había publicado <b>Inés y la alegría</b> unos meses antes. Iba
a ser la primera novela de un total de seis que había titulado <b>Episodios de una guerra interminable</b>.
Al ver las páginas gastadas por la lectura me preguntó si me había gustado. Mi respuesta
le sorprendió cuando ya había empezado a escribir. Entonces alzó la vista y vi
sus ojos muy fijos por encima de sus gafas algo bajadas. Yo le dije que me
había encantado su novela porque me apasionaban las historias relacionadas con
la Guerra Civil y la posguerra, que mi abuelo había sido maquis y mi abuela lo
pagó con ocho años en una cárcel franquista y que llevaba tres años escribiendo
una novela que contase su historia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">¡Los Quero! ¡Eran la Champion
League del maquis! ¡Vaya personajes, los más grandes! Me dijo que conocía la
historia de esos hombres que pusieron Granada patas arriba durante los años
cuarenta, en lo más duro del régimen de Franco porque su marido, que era de
Granada, se la había contado. Le respondí que conocía a Luis. Me recibió una
tarde de nochebuena en su casa de la avenida Cervantes cuando aún vivía en
Granada y no eran pareja. Fue en 1988 cuando yo tenía veinte años y aún soñaba
con ser poeta y <i>Luis García Montero </i>me
firmó su dedicatoria en su<i> Diario
cómplice </i>después de una tarde que pasó volando mientras charlábamos de
poesía. Pero ésa es otra historia…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Entonces Almudena me preguntó
cómo se llamaba mi abuela y acabó la dedicatoria que había dejado a medias
incluyendo una referencia a su memoria. Tienes que escribir esa historia,
estaré encantada de poder leerla algún día, fueron sus palabras de despedida. La
espera del resto de lectores no pudo alargar la conversación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNURZnZhXQophoSu9JXQeMcqUnrE0_skmgXd8F9tjWGltDwb4GsXjsx1E4PxxVlSh3yoAAuPQHFBwLxhfnxJoYqwd1JXJDPYVXakqXnGBnKt2zFX-sW7EVuxxRSZh98anmfxeFschgdaS8/s2048/2011.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNURZnZhXQophoSu9JXQeMcqUnrE0_skmgXd8F9tjWGltDwb4GsXjsx1E4PxxVlSh3yoAAuPQHFBwLxhfnxJoYqwd1JXJDPYVXakqXnGBnKt2zFX-sW7EVuxxRSZh98anmfxeFschgdaS8/w480-h640/2011.jpeg" width="480" /></a></div><span style="font-family: helvetica;">Antes del primero de los
episodios de esa maldita guerra interminable yo había leído </span><b style="font-family: helvetica;"><i>Los
aires difíciles, El corazón helado</i>.</b><span style="font-family: helvetica;"> Luego vendrían </span><b style="font-family: helvetica;"><i>El lector de Julio Verne, Las
tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García y La madre de
Frankestein</i>.</b><span style="font-family: helvetica;"> Cada una de esas lecturas produjo en mí esa felicidad de
la resistencia.</span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Tres años después, otra vez por Sant Jordi, volvió de firmarme una dedicatoria cariñosa. Esta vez en presencia de mi hija que a sus 12 años se quedó sorprendida de que "tuviéramos tanto en común"</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJL138pWb1drn3AZ8I_63MdxbOT19_k8UOATlw50xpfQZesamqAXnuaSTNT7FGOwvEdoYFms7D5Fd5nxjt2qfERy2sOsN-GjUJAoIjYpU6-34hT1bCwGxrLXLylVKBF6qnSwglnmWEfMTm/s2048/2017.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJL138pWb1drn3AZ8I_63MdxbOT19_k8UOATlw50xpfQZesamqAXnuaSTNT7FGOwvEdoYFms7D5Fd5nxjt2qfERy2sOsN-GjUJAoIjYpU6-34hT1bCwGxrLXLylVKBF6qnSwglnmWEfMTm/w480-h640/2017.jpeg" width="480" /></a></div><span style="font-family: helvetica;">Detrás de una lectura amena se esconde
mucho oficio al escribirla. No conozco a nadie que escriba mejor las
acotaciones de los diálogos. Lo que para algunos es una mera acción entre dos líneas,
para Almudena Grandes era otra oportunidad de aportar más detalles, de
engancharnos a la lectura:</span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">-¿Y tú que miras? –al escucharla,
la palmera se dio cuenta de que estaba borracha, seguramente drogada, pero lo
que le impresionó no fue eso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">-¿Yo? –sino descubrir que nunca,
en su vida, había visto tanta rabia en los ojos de nadie-. Nada<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Pero si hay algo en sus libros que
nos hiela el corazón son sus personajes. En sus descripciones se puede sentir el
amor y la pasión que siente por ellos, ese universo de vencidos que negaban la
derrota. <b>Manolita</b>, que en el peor de
los tiempos se casó con un preso para que pudieran funcionar dos multicopistas.
<b>La Palmera</b>, el flamenco feo que con
la proclamación de la república sintió que había llegado su hora, la de los
miserables, las de los pobres, la de los humillados, la de los maricones… y a
través de las palabras escritas por Almudena podemos sentir todo su orgullo. <b>Nino</b>, el pequeño para el que las
paredes de la casa cuartel no sabían guardar secretos porque no podían ocultar el
sonido de las torturas de aquellos maquis con apodos inolvidables. <b>Germán Velázquez</b>, el psiquiatra que
regresa del exilio para tratar a sus pacientes con la humanidad que les había
negado el siniestro <b>Antonio Vallejo
Nájera</b> que tanto dolor causó en la cárcel de mujeres de Málaga, donde mi
abuela acabaría por penar su condena. Incluso podía hacer que en ciertos
aspectos sintiéramos simpatía por tipos tan ruines como <b>Julio Carrión</b>, antiguo divisionario de oscuro pasado que construyó
su fortuna al elegir en el momento adecuado el bando ganador. Inés que, desde
su exilio en Tolouse mientras cocina platos suculentos y lee las novelas de Galdós,
nos cuenta la invasión del Valle de Arán. (A la muerte de Franco se supo, por
la información que guardaba en su archivo personal, que en los largos cuarenta
años de su dictadura solo hubo dos cosas que le habían preocupado: la invasión
del valle de Arán y la lucha de <b>los hermanos Quero en Granada</b>).</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Nuestros abuelos perdieron la
guerra y también estuvieron a punto de perder la historia. Tras cuarenta años
de noticias vacías, narradas por la voz engolada del NODO para mayor gloria del
dictador y su régimen de asesinos, la llegada de la democracia impuso un manto
de silencio. Los derrotados se fueron a la tumba sin contar todo su dolor, negándose
a dejar esa herencia difícil a sus hijos y nietos, avergonzados a veces de su
propio sufrimiento. Pero esas vidas tan duras no explican solo nuestro pasado,
son también fundamentales para entender nuestro presente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;">Esas vidas apasionantes son un
arsenal muy poderoso, porque sus biografías de lucha, de dolor, de silencio son
mucho más interesantes que la ignominia que podemos oír en labios de los
vencedores. <i>Javier Cercas</i> lo describe
muy bien cuando narra, casi con vergüenza, la historia de su tío abuelo
falangista en <b><i>El monarca de la sombras</i></b>.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-size: 11pt; text-align: left;">Almudena Grandes supo contar con mucho oficio las historias
de nuestros derrotados. No fue la única, ni </span><span style="font-size: 11pt; text-align: left;">siquiera la primera en hacerlo, pero sí la que
posiblemente lo hizo con más empeño. Nos deja un legado maravilloso, un puñado
de novelas imprescindibles, un camino por el que estoy seguro de que nos
seguirán llegando </span><b style="font-size: 11pt; text-align: left;"><i>otras malditas novelas sobre la Guerra Civil, </i></b><span style="font-size: 11pt; text-align: left;">parafraseando la
ironía de </span><b style="font-size: 11pt; text-align: left;">Isaac Rosa</b><span style="font-size: 11pt; text-align: left;">.</span></span></p>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-64581786719330277852020-12-31T16:29:00.002+01:002024-01-27T18:43:28.588+01:00Una historia de 1898 para desearte un maravilloso 2021<p><span style="text-align: justify;">Hay años duros que quedan
marcados para siempre en la memoria colectiva e individual de mucha gente por
las enormes dificultades a las que debieron enfrentarse. Cuentan que la navidad
del año 1898 fue una de las más tristes que se recuerdan. La derrota en una tierra</span><b style="text-align: justify;"> </b><span style="text-align: justify;">caribeña y lejana hizo que el país perdiera
algo más que las últimas colonias de un imperio decadente.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Yo puedo imaginar a mi bisabuela
Antonia, que por entonces era una niña de once años, matando el tiempo con sus
labores de costura. Con cada alfiler ha ido clavando en el acerico un deseo y
así, a lo largo de los tres últimos inviernos, ha pedido centenares de veces el
regreso de su padre de una guerra que se libraba al otro lado del océano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En Málaga, diciembre suele tener
algunos días agradables y soleados, pero durante las últimas semanas el tiempo
había sido desapacible, con viento y frío. Podemos saberlo a través de las
páginas de La Unión Mercantil, el periódico vespertino fundado por empresarios
catalanes que editaban en la ciudad y que también nos cuenta que, al igual que
en los dos años anteriores, no se han cantado villancicos por las calles o que
la suerte de la lotería ha vuelto a ser esquiva, una vez más, con los
malagueños. </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Al final de ese verano habían empezado a llegar los
primeros barcos repletos de heridos y todos pudieron descubrir el estado
lamentable en el que volvían sus soldados, el sufrimiento que contaban sus
historias de hambre, fiebres y fatigas. Poco a poco, los nombres sueltos del
principio se convirtieron en largas listas agrupadas por unidades que
publicaban cada día los periódicos: el regimiento de San Fernando, el de la
Reina, el batallón de La Habana, el de Simancas, la Infantería de Marina, pero en
ellas nunca aparecía el teniente de primera de Administración Militar que su
madre Feliciana andaba buscando.</p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y mientras sigo imaginando a
Antonia puedo ver su preocupación, la de su madre, la de sus hermanas por la
falta de noticias de Cuba. Imagino a las mujeres de la casa sin ánimos para <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>visitar los escaparates de los grandes
almacenes de Gómez Hermanos y deslumbrarse con sus esclavinas de pañete
bordadas, sus ricos cheviot de pura lana, sus astracanes, pelerinas, nubes de
madroño y sayas. El desánimo de Feliciana tampoco invita a acercarse a La
Imperial, la pastelería de la esquina de la calle Nueva con Cintería, y comprar
borrachuelos o un bonito surtido de patos de dulce, esos deliciosos pasteles de
pasta de galleta y huevo que cuestan <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuatro reales la unidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esa nochebuena ni siquiera han
tenido la cena en casa de los García Trevijano. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El primo hermano de Feliciana había dejado su
cargo de Gobernador Civil de Málaga en abril, cuando tomó posesión del escaño
196 de Diputado a Cortes por el Partido Liberal, que ganó en dura pugna con el
candidato oficialista gracias al apoyo incondicional que le había brindado el
mismísimo Práxedes Mateo Sagasta. La reina regente María Cristina estuvo
presente en la solemne sesión de apertura de las Cortes. Mi imaginación, que a
estas alturas de la historia ya anda algo desbordaba, me quiere hacer creer
que, dado que el Gobernador era la única familia que tenían en Málaga, les
habría invitado a pasar en su casa la nochebuena de los dos años anteriores. Imagino
que la casa sería bonita porque se sabe que era un hombre culto que atesoró una
importante biblioteca y que, años más tarde, el propio rey Alfonso XIII
llegaría a pernoctar en otra de sus casas señoriales. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero volvamos a Antonia, su historia
forma parte las narraciones orales que se han transmitido a lo largo de las
generaciones de mi familia. Cuando era niño mi madre me contaba el sufrimiento que
a ella le había descrito su abuela mucho tiempo después. Como también le contó
que, a pesar de todo, siempre guardaría un recuerdo maravilloso de Málaga, la
ciudad donde vivió los tres años más inolvidables de su infancia. En los
momentos más duros en mi familia siempre se recitaba aquella letanía: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Más se perdió en Cuba. </i>A mí me encanta
seguir con la tradición familiar y por eso se la sigo recitando a mi hija y
sigo guardando un recuerdo maravilloso de la ciudad del paraíso de mi infancia.<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhcsA4O2jK4fmU4Dg-y1l1-wvftT0-k92_nvSWoBfDeQfXGddPoi4Mdvzbl6tcWxPMoOcIaXkbgGJE-BRG72kaFntAEaRR3h3mekhTWZ2THhzGG52IorutKwbUXvPsbI7aJfHoyK_rrlFv/s1536/La+bisabuela+Antonia+en+M%25C3%25A1laga.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="1005" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhcsA4O2jK4fmU4Dg-y1l1-wvftT0-k92_nvSWoBfDeQfXGddPoi4Mdvzbl6tcWxPMoOcIaXkbgGJE-BRG72kaFntAEaRR3h3mekhTWZ2THhzGG52IorutKwbUXvPsbI7aJfHoyK_rrlFv/w418-h640/La+bisabuela+Antonia+en+M%25C3%25A1laga.jpg" width="418" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: x-small;">Antonia López García</span></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Al final del funesto año de 1898
acabó llegando la esperanza, la ansiada carta que Antonio López envió desde el
puerto de Cienfuegos, donde permanecía a la espera de embarcar con parte de las
últimas tropas que aún quedaban en la isla. El teniente regresó enfermo a
Málaga el 28 de enero de 1899 en el vapor Chandernagor. Y no resulta muy difícil
imaginar los abrazos tan largamente esperados que debieron producirse ese día
en la casa.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Unos meses más tarde la familia
regresó a Churriana, el pueblo de la vega granadina, del que Antonio había
estado alejado muchos años por su carrera militar. Aunque Antonia era una
señorita de posición confortable para la época se acabaría enamorando de un
campesino pobre, analfabeto y bastantes años mayor que ella con el que se casó,
a pesar de la fuerte oposición de su madre Feliciana, que llegó incluso a
desheredarla. El campesino se llamaba José y lo conocían en el pueblo por “el
Mitaílla”, la curiosa unidad de medida con la que pedía el anís que debía
calentarle del frio del campo en invierno. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">2020 ha sido un año lento,
extraño y difícil. Me quedé sin trabajo a principios de la pandemia, pero eso
me ha permitido volver a retomar la escritura de mi novela después de algunos
años, la historia de “los Mitaillas”, la más dolorosa, pero también la más
maravillosa que nunca me han contado. La escena en la que el barco de Antonio
llega al puerto de Málaga fue precisamente la primera que logré emborronar en
un papel allá por el mes de abril <a href="https://bit.ly/3hvPL43">https://bit.ly/3hvPL43</a><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A pesar de todo, me quedo con la
alegría que siempre llega después de la dificultad. No dudo que en el 2021
volverán los abrazos y los reencuentros. Una de las cosas buenas de este año es
que nos ha hecho valorar las cosas que de verdad importan. Con este relato de
unas navidades tristes en un tiempo sombrío pero con un final esperanzador quiero
desearte un nuevo año lleno de abrazos y de momentos felices, como feliz, sin
duda, fue el reencuentro de Antonia con su padre.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div style="text-align: justify;"><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;" /></a></div><div style="text-align: justify; text-indent: 47.2667px;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 32px;"></span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-17674010298764923502020-11-23T20:38:00.000+01:002024-01-27T18:43:45.109+01:00El regreso de Cuba<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La llegada de la pandemia y del confinamiento me permitió volver a escribir. Después de limitarme a corregir escenas ya escritas durante demasiado tiempo, por fin me enfrenté de nuevo al miedo ante el papel en blanco. Ésta fue la primera escena que escribí al inicio de la primavera. Detrás de ella hay un minucioso trabajo de investigación de muchos años, casi obsesivo. El exceso en detalles históricos está buscado y reconozco cierto estilo decimonónico y algo anticuado, pero se trata de un hecho del ultimo año del siglo XIX. Debo confesar que siempre imaginé la llegada de ese barco como <b>Flaubert</b> imaginó zarpar al <b>Ville de Montereau</b> en el maravilloso inicio de <b>La educación sentimental</b>.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">El vapor Chandernagor llegó al
puerto de Málaga a las 10 de la mañana del 28 de enero de 1899. Apareció un día
antes de lo previsto, en medio de un temporal que azotaba el mar desde el día
anterior y que unas horas antes había obligado a regresar a varios navíos de
guerra que zarparon con rumbo a Cartagena. Su llegada sorprendió a todos los
que pensaban que habría buscado refugio en Cádiz ante las dificultades de
embocar el estrecho. Entre los 38 oficiales que habían partido del puerto
cubano de Cienfuegos dieciocho días antes se encontraba el Teniente de
Administración Militar Antonio López. A bordo viajaban también 18 sargentos, 42
cabos y 919 soldados, incluidos la totalidad del Regimiento de Alfonso XII y
bastantes familias de la oficialidad. Entre sus pasajeros 478 estaban enfermos,
la mayoría de paludismo y disentería, treinta de ellos de gravedad y durante la
navegación habían muerto seis soldados y un cabo, según informaría la edición
de periódico vespertino La Unión Conservadora de ese día.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A pesar de que el barco venía
repleto de heridos y de lo inesperado de su aparición, subieron a bordo las
diferentes autoridades. La lista de las cuales incluyó al Gobernador Militar y
su ayudante, el Gobernador Civil y el Alcalde, ambos con su secretarios
particulares, el Comandante de Marina, los jefes de Sanidad y Administración
Militar, el teniente de carabineros que estaba de servicio esa mañana, el
Comandante de la Guardia Municipal y varias personas más, entre los que se
encontraba el Jefe de Servicios de la Compañía Trasatlántica, que había venido
de Cádiz “con el exclusivo de esperar”, y que fue el primero en subir. Todos
ellos fueron obsequiados con pastas, vinos y tabacos y se reunió a los
oficiales en el salón con la intención de leerles el telegrama de felicitación
enviado por el Regente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Después de tres horas de espera
por fin comenzaron a bajar los primeros hombres en mitad de una lluvia
torrencial que alargó el desembarco durante más de dos horas. La vista que
había desde lo alto de la escalerilla junto al Muelle Transversal del Este era
desoladora. Un ejército de soldados abatidos se movía con lentitud por el
muelle. Más de una treintena necesitaron la ayuda de los camilleros militares
que los llevaron hasta las ambulancias y los diferentes coches dispuestos por
la Cruz Roja. A la caseta de dicha institución llegaron varias damas
pertenecientes a esa orden de caridad, acompañadas de trece enfermeros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los que podían valerse por sí
mismos vagaban sin saber a dónde ir, envueltos en sucios harapos, incluso
descalzos. Antonio los miraba, veía los hombres famélicos, bronceados por el
ardor de un sol tropical y era incapaz de reconocer a los jóvenes que partieron
con él a la guerra. Tampoco el ambiente que los recibía era el mismo que los
despidió tres años antes. Esta vez el encargado de darles la bienvenida era la
lluvia pertinaz y un enorme silencio. Fue abriéndose paso entre rostros
macilentos, tratando de no tropezar con ninguna muleta, con ningún cuerpo
desfallecido por el cansancio del viaje, ni con los bultos de material de
artillería y de impedimenta que habían comenzado a depositar sobre la dársena,
ya que el paquebote debía zarpar al día siguiente sin falta hacia Marsella. Su
estado de salud no le permitía caminar más deprisa, pero, tras una larga
convalecencia, por fin estaba a punto de regresar junto a su familia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Antes de dejar atrás el puerto se
giró para ver por última vez el buque que le había traído a casa. El<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Chandernagor era un vapor de la naviera
francesa Compagnie Nationale du Navigation, con sede en Marsella, con la que había
cerrado un contrato la Compañía Trasatlántica para que hiciera dos viajes desde
Cuba. La goleta, que pesaba más de tres mil toneladas, había sido construida en
1882 por la empresa William Denny and Brothers Limited en la localidad escocesa
de Dumbarton, tenía dos palos y una chimenea central y contaba con una máquina
de vapor que tenía una fuerza de mil ochocientos caballos. Durante varios años
había realizado la travesía entre Nápoles y Nueva York, transportando a
emigrantes italianos, que esperaban la cuarentena en la isla de Ellis. <o:p></o:p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7SpaQLIl9y-Prt5xV8Ass_Fz_lEWrV9LPpvDy0kZB_rEmnBKIc-RRC4Uc1qs_JZ3ODC_L4eOfSWD_Eykca4YCWUMm8b19CR7XAtVRnQaaX-t8EGPJ4K0LDhCftBtKZJjZNrOFWw1jjhoU/s990/Chandernagor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="569" data-original-width="990" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7SpaQLIl9y-Prt5xV8Ass_Fz_lEWrV9LPpvDy0kZB_rEmnBKIc-RRC4Uc1qs_JZ3ODC_L4eOfSWD_Eykca4YCWUMm8b19CR7XAtVRnQaaX-t8EGPJ4K0LDhCftBtKZJjZNrOFWw1jjhoU/w640-h368/Chandernagor.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Chandernagor<br /></td></tr></tbody></table><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El barco disponía de 990 literas,
según la carta manuscrita con una letra pulcra y esmerada que se adjuntaba al
acuerdo, noventa y seis de ellas se repartían entre los camarotes de la primera
y segunda cámara y la tercera preferente. En los sollados de tercera también se
situaba la enfermería y los camarotes donde se agolpaban las 290 literas
destinadas a los convalecientes y las 638 ordinarias donde dormían los sanos.
El servicio de fonda y farmacia había corrido de cuenta del armador y el trato
a la tropa estaba estipulado en base al reglamento de los transportes
franceses.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La Trasatlántica había contratado
también los servicios de un capellán, un médico cuyo objeto había sido “la
mejor asistencia y mayor inteligencia por el idioma y el trato a los enfermos”
y dos cocineros con “el cometido a la vez de auxiliar al personal de comida
francés y dedicarse a la preparación de comidas al gusto de nuestro país”. Se
había comprado también diverso material para la realización del servicio de
transporte. Se adquirieron 4 lavabos dobles, 16 jarritos, 150 escupideras, 50
taquillas y 8 palanganas para el hospital. En cubierta contaban con 6 botes,
cada uno de ellos con 8 remos, 10 chumaceras y un achicador. El gasto destinado
al culto no había sido menor: un capilla, un confesionario, una mesa de altar y
un cajón con diferente efectos. Entre la larga lista aparecían cuatro casullas,
cada una de un color diferente, una campanilla, un misal, una caja para hostias,
un cáliz, hijuelas y varios cuadros de santos y vírgenes y crucifijos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Habían gastado tanto dinero en
velar por las almas que descuidaron los estómagos. A pesar de haber cobrado
unos precios inflados por el transporte, la Compañía Trasatlántica hizo prevalecer
sus intereses sobre las condiciones del pasaje y convirtió el negocio de la
repatriación en un enorme beneficio. La naviera, que tenía su sede en
Barcelona, gozó del monopolio por parte del Gobierno para el transporte de las
tropas que regresaban de Cuba, enriqueciendo con ese contubernio aún más la
fortuna de su dueño que, aunque también se llamaba Antonio López, era un
antiguo esclavista sin escrúpulos y sin ninguna relación con el teniente.
Mientras éste dejaba atrás el barco no podía evitar mirar con pena a sus
compañeros y sentir cómo la tristeza siempre camina arrastrando los pies cuando
se aleja.<o:p></o:p></p>Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-77776959314039623142020-06-15T21:23:00.001+02:002024-01-27T18:43:57.931+01:00Miliciana a caballo<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El confinamiento ha sido como un
largo domingo de primavera. El desempleo y la pandemia me han regalado tiempo
para volver a escribir y, diez años más tarde, continuar la investigación histórica
de la novela. He vuelto a buscar información en internet con la grata sorpresa
de encontrar datos que actualizaban o complementaban los hechos sobre los que
escribo o me han permitido descubrir otros nuevos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Y uno de ellas me cautivó ayer…
¿Qué relación tienen una fotógrafa alemana (Gerda Taro), una periodista francesa
(Simone Téry) , un escritor estadounidense (Ernest Hemingway) y una actriz
sueca (Ingrid Bergman) con una misteriosa brigadista fotografiada en plena
Guerra Civil en un pueblo costero de Granada?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZZW0HXXC7B72G14HQeSguNrZMk9MS9ZQX2JDjSaIurLbgRWGfvdASHHHg988I3unJTojdfCBXD-QwZZFPBUKTl5cs_6PtyIno2oiBIiTJ26H0oS41-zVBFFdD7pLKCiG-zqb0uAL5lq-B/s1600/taro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="549" data-original-width="976" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZZW0HXXC7B72G14HQeSguNrZMk9MS9ZQX2JDjSaIurLbgRWGfvdASHHHg988I3unJTojdfCBXD-QwZZFPBUKTl5cs_6PtyIno2oiBIiTJ26H0oS41-zVBFFdD7pLKCiG-zqb0uAL5lq-B/s640/taro.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gerda Taro</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">De <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue; mso-themecolor: text1;">Gerda Taro</span></b><span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> </span>he escrito dos veces en este
blog <a href="http://tiny.cc/7hzuqz">http://tiny.cc/7hzuqz</a> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y <a href="http://tiny.cc/7jzuqz">http://tiny.cc/7jzuqz</a>
. El 14 de febrero de 1937 llegó a Almería acompañada de su compañero <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Robert Capa</span></b> con la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>intención de fotografiar la tragedia de los
cientos de miles refugiados malagueños que habían huido de las tropas
franquistas. Sobre la conocida como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">La Desbandá</span></i></b> he escrito aquí porque
la sufrió mi familia de forma directa <a href="http://tiny.cc/vmzuqz">http://tiny.cc/vmzuqz</a>
y es un hecho histórico que me interesa mucho <a href="http://tiny.cc/pozuqz">http://tiny.cc/pozuqz</a>,
<a href="http://tiny.cc/oqzuqz">http://tiny.cc/oqzuqz</a>. También sobre
diversos personajes que se vieron envueltos en aquel torbellino como el médico
canadiense <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue; mso-themecolor: text1;">Norman Bethune</span></b><span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> </span><a href="http://tiny.cc/oqzuqz">http://tiny.cc/oqzuqz</a>,
la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue; mso-themecolor: text1;">Escuadrilla España</span></b><span style="color: #2e75b6; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #2E75B6; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent1; mso-themecolor: accent1; mso-themeshade: 191;"> </span>del escritor francés <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue; mso-themecolor: text1;">André Malraux</span></b><span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> </span><a href="http://tiny.cc/wszuqz">http://tiny.cc/wszuqz</a>,
el piloto holandés <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Jan Frederikus Stolk</span></b>
<a href="http://tiny.cc/y70uqz">http://tiny.cc/y70uqz</a>, el escritor y espía
húngaro <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Arthur Koestler</span></b> <a href="http://tiny.cc/ra1uqz">http://tiny.cc/ra1uqz</a>, el zoólogo británico <span style="color: blue; mso-bidi-font-weight: normal;"><b>Sir Peter Chalmers Mitchell</b></span> <a href="http://tiny.cc/ef1uqz">http://tiny.cc/ef1uqz</a> o diversos testigos de
la caída de Málaga <a href="http://tiny.cc/xg1uqz">http://tiny.cc/xg1uqz</a>
como la brigadista rusa <span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Elisabeta
Parshina</span>, la escritora inglesa <span style="color: blue; mso-bidi-font-weight: normal;"><b>Gamel
Woosley</b></span> o el americano <span style="color: blue; mso-bidi-font-weight: normal;"><b>Edward Norton</b></span>.
También he escrito sobre las circunstancias de la huida <a href="http://tiny.cc/bt1uqz">http://tiny.cc/bt1uqz</a> y <a href="http://tiny.cc/c21uqz">http://tiny.cc/c21uqz</a>, <a href="http://tiny.cc/f41uqz">http://tiny.cc/f41uqz</a>, sobre los que debieron
defender la ciudad como el cobarde <span style="color: blue; mso-bidi-font-weight: normal;"><b>Coronel
Villalba</b></span> <a href="http://tiny.cc/700uqz">http://tiny.cc/700uqz</a> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y <a href="http://tiny.cc/2y0uqz">http://tiny.cc/2y0uqz</a>,
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o los asesinos como el <b><span style="color: blue;">General <span style="mso-bidi-font-weight: normal;">Queipo de Llano</span></span></b> que ordenó los mayores
crímenes <a href="http://tiny.cc/430uqz">http://tiny.cc/430uqz</a> o los
periodistas que los callaron o los contaron desde la distancia <a href="http://tiny.cc/bq1uqz">http://tiny.cc/bq1uqz</a>...</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1JB1qxI6AGPujNLEIbY6fpJRtOAj5k48ee2eUj4P1fOS-gEEddNTsC_agivNBk7Jc42U1D59f7XerdTVSQ2zZsqmAXa_-OdUOZFcpo5vXs6Ky1gnpomxbcECj1sYhMIm9cRPrlgNCkDf0/s1600/Figura-4-Ficha-de-Gerta-Pohorylle-Gerda-Taro-Entre-las-diez-fichas-de-los-reporteros+%25281%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="347" data-original-width="500" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1JB1qxI6AGPujNLEIbY6fpJRtOAj5k48ee2eUj4P1fOS-gEEddNTsC_agivNBk7Jc42U1D59f7XerdTVSQ2zZsqmAXa_-OdUOZFcpo5vXs6Ky1gnpomxbcECj1sYhMIm9cRPrlgNCkDf0/s640/Figura-4-Ficha-de-Gerta-Pohorylle-Gerda-Taro-Entre-las-diez-fichas-de-los-reporteros+%25281%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ficha de corresponsal Gerta Pohorylle, nombre verdadero de Taro</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Pero volviendo a la historia que
quería contar… Gerda Taro y Robert Capa fotografiaron en Almería a los desvalidos
refugiados malagueños. Aunque la verdadera tragedia ya había sucedido en la
carretera unos días antes </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">y se conservan
muy pocas </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">imágenes</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> tomadas
por <b><span style="color: blue;">Hazen Sise</span></b>, uno de los integrantes del <b><span style="color: blue;">Servicio Canadiense de Transfusión
de Sangre</span></b> que dirigía Norman Bethune. Se trasladaron al frente, donde Gerda
tomó una foto icónica. Más allá de la desgracia, del hambre y de la muerte en
la huida, retrató a una brigadista a caballo. El mensaje era claro y poderoso:
la República no se rinde y, a pesar de todo, sigue luchando.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjskDAm_sHgQF5M6LSGkSLB_b5IBhhpwCSul8nRmL6fW5M2vLa7I6TlO81Hpe0YvrJA9pS_uYo6e8CfEgp1MCSQwyDjbVGbzMqx3l2HxETExgvJ2P5yhh8ROWnjsD9enRuDdezA-28QWZH3/s1600/15642376588380.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="1249" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjskDAm_sHgQF5M6LSGkSLB_b5IBhhpwCSul8nRmL6fW5M2vLa7I6TlO81Hpe0YvrJA9pS_uYo6e8CfEgp1MCSQwyDjbVGbzMqx3l2HxETExgvJ2P5yhh8ROWnjsD9enRuDdezA-28QWZH3/s640/15642376588380.jpg" width="624" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Era la primera que firmó Gerda
Taro con su propio nombre, sin Robert Capa y formaría parte de un reportaje que
escribió la periodista francesa <span style="color: blue;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Simone
Téry</b> </span>para la publicación <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">Regards</span></i></b>. Simone era una mujer
moderna, con carácter que se abrió paso como reportera en un mundo muy
masculino y cerrado. Las descripciones la dibujan alta y bien formada, con cabello
castaño corto y ojos verdes. Se había afiliado al Partido Comunista francés
unos años antes tras visitar la Unión Soviética. Sus artículos le habían
llevado a viajar por Irlanda, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>China,
Japón, USA y Alemania. Había llegado a Valencia sólo unos días antes y acudió adonde
creía que estaba la noticia. El reportaje con las fotos de Taro y Capa fue
publicado el 18 de marzo de 1937. "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
éxodo de los habitantes de Málaga y de la región, tras la toma de la ciudad por
los fascistas, constituye uno de los episodios más atroces de la guerra
española. Ninguna relación tan precisa, ni tan verídica como la presente de
esta atroz tragedia que ésta que nuestra colaboradora Simone Téry ha
retransmitido desde España y que publicamos aquí junto a las emocionantes fotos
de Capa y Taro</i>".</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9GPak1Xg11DB7T0rMc4feShZlO6DqRjrYOYt71cLB9VsEN4J7RR7lPpYq47zCzVwacFLvgm9yqBhwVW2FmzfTuEjErX01q9sLyuwbVAgH32sM4doFnT_EeADu_LUnPYQ0yiB2DyZll1KE/s1600/simone-tery.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1061" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9GPak1Xg11DB7T0rMc4feShZlO6DqRjrYOYt71cLB9VsEN4J7RR7lPpYq47zCzVwacFLvgm9yqBhwVW2FmzfTuEjErX01q9sLyuwbVAgH32sM4doFnT_EeADu_LUnPYQ0yiB2DyZll1KE/s400/simone-tery.jpg" width="265" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Unos días después de publicarse
el artículo, </span><b style="background-color: white; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="color: blue;">Margarita Nelken</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> le
hizo una entrevista en el frente de Madrid en la que le preguntó si se
consideraba valiente. Téry le respondió que no lo sabía, pero que tenía
conciencia profesional. Otra valiente, Gerda Taro moriría solo unos meses más
tarde, arrollada por un tanque en la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: blue;">Batalla
de Brunete.</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Téry se casó con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Juan Chabás</span></b>, un escritor de la
Generación del 27. El matrimonio se celebró en el Madrid cercado por las tropas
franquistas. La pareja se exilió en la republica Dominicana y luego en México.
Tras separarse de Chabás, Simone regresó a Francia y escribió un libro titulado
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Front de la <span style="color: black; mso-themecolor: text1;">liberté</span>. Espagne 1937-1938</i>. Años más tarde
escribiría una novela basada en esas experiencias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La foto de la miliciana
desconocida impresionó mucho a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Ernest
Hemingway</span></b>, tanto que decidió que la heroína de la novela que estaba
escribiendo, basada en sus propias experiencias como corresponsal en la Guerra
Civil, la María de <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; mso-themecolor: text1;">Por quién doblas la campanas</span></i>,
tendría su rostro y su personalidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La novela fue publicada en 1940 y
obtuvo un éxito inmediato. Solo un año más tarde Hemingway le vendió a la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Paramount</span> </b>los derechos para llevarla al
cine. Los secretos del rodaje se hicieron legendarios. El novelista eligió la
Paramount porque quería que su amigo <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">Gary
Cooper</span></b>, que había protagonizado otra película basada en una novela suya, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">Adiós
a las armas</span>, </i></b>interpretara a Robert Jordan. Para el papel de la
idealista María los estudios eligieron a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Vera
Zorina</span></b>, una bailarina que había enamorado al productor <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Samuel Goldwyn</span>,</b> el cual le había firmado un contrato para hacer
siete películas. Tras varias semanas de rodaje, se hizo cada vez más evidente
que no era la idónea para el personaje y Hemingway exigió que se lo dieran a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Ingrid Bergman</span>, </b>que<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>en ese momento estaba preparando su papel para una película presuntamente
menor y que acabaría convirtiéndose en una de las más míticas de la historia: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">Casablanca</span></i></b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Hemingway se negó a que la
dirección corriera a cargo de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Cecil B.
de Mille</span>. </b>El director finalmente elegido para la película fue <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Sam Wood</span>, </b>un derechista cuyas ideas retrógradas
destrozaron el espíritu de la novela. También el Gobierno de Franco presionó
para adulterar la adaptación cinematográfica a través del ministro de Asuntos
Exteriores y del cónsul en Los Ángeles. No en vano la censura franquista consideraba
a Hemingway como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">"una amenaza a la
moral conservadora de España".<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI0BYR7E-n1D3EHNh6nGRDQsDa6S_ZgObeFFmLlFAGH91UWt7ALYZIZapG8goGJ2fU57u_kxn0Vx_DqzJATAbzi2Kj2IvTJURJxbSzRS4AVLwAP_OvY_VWxO3jLI897ZshCqmQKI5x2b8k/s1600/campanas2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1230" data-original-width="1600" height="492" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI0BYR7E-n1D3EHNh6nGRDQsDa6S_ZgObeFFmLlFAGH91UWt7ALYZIZapG8goGJ2fU57u_kxn0Vx_DqzJATAbzi2Kj2IvTJURJxbSzRS4AVLwAP_OvY_VWxO3jLI897ZshCqmQKI5x2b8k/s640/campanas2.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Lo cierto es que cuando Gerda
Taro tomó esa impresionante foto en Calahonda, un pueblo de la costa granadina
donde se combatía al fascismo, no podía imaginar todo lo que sucedería a partir
de la imagen de una mujer, que hoy sigue siendo una desconocida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La exposición <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">Taro
y Capa en el frente de Málaga</span></i></b> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>exhibió la fotografía en el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: blue;">Centro Andaluz de Fotografía (CAF)</span></b> entre
julio y septiembre de 2019. En esa exposición también se pudo ver el audiovisual
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: blue;">¡Hasta
pronto hermanos! Las Brigadas Internacionales en La Desbandá</span></i>. </b>Afortunadamente,
ese magnífico documental está disponible en internet: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=jG8nMSS4b0Q">https://www.youtube.com/watch?v=jG8nMSS4b0Q</a><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;" /></a></div>
<div style="text-align: justify; text-indent: 47.2667px;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 32px;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-25285066257054680292020-06-11T17:51:00.000+02:002024-01-18T19:14:51.833+01:00El Regimiento de Zamora<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Hace unas semanas contacté con la
Biblioteca del Ministerio del Ejército para solicitar información sobre el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Regimiento de Zamora nº 8</b> en el que
combatió mi tatarabuelo Antonio López Martín durante la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Tercera Guerra Carlista</b>. Diez años más tarde volvía a retomar la
investigación histórica sobre la novela que tenía en el abandono. Había pasado
una década desde que la magia de internet me permitió acceder a revistas y
libros de la época que narraban con detalles muy precisos aquella guerra, pero
aunque aparecían referencias concretas sobre el Regimiento, sus acciones se
perdían en la confusa narración de las batallas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En cuanto las administraciones
volvieron a abrir después de la pandemia, recibí la diligente respuesta en la
que, con toda amabilidad, me adjuntaban documentación. Con ella he actualizado
algunas entradas de este blog relacionadas con la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Batalla de San Pedro de Abanto</b> y, en breve, lo haré con las de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Monte Muro</b>. Entre el material recibido,
me enviaron una copia del libro <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia del Tercio de Zamora y Regimiento
de Infantería del mismo nombre</i></b>, escrito en 1903 por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Maximino de Barrio Folgado</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Su lectura me ofreció una
maravillosa lección de historia que arranca en el 1580. Ese año se formó el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Tercio de Bobadilla</b> con 3000 hombres de
la comarca de Zamora. Los soldados, repartidos en 12 compañías, estaban al
mando del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Maestre de Campo Francisco de
Bobadilla</b>. Los viejos tercios españoles tomaban el nombre de las ciudades o
provincias que nutrían sus filas o también de sus comandantes. Su enseña de
color bermejo llevaba las armas de la ciudad de Zamora, consistente en el brazo
de Viriato y el puente de Mérida. Su bautismo de fuego se produjo en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">conquista de Portugal</b> que libraba <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Felipe II</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Terminada la pacificación de
Portugal y de las Azores, el Tercio de Bobadilla, también conocido como el de
Zamora, fue enviado a Flandes a combatir bajo las órdenes de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Alejandro de Farnesio</b>. Como los
británicos dominaban los mares, tuvieron que atravesar medio continente en
largas marchas a pie hasta su destino. Nada más llegar participó <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">en la Batalla de Empel</b>. Durante los
días 7 y 8 de diciembre de 1858, los hambrientos soldados se vieron acorralados
por la subida del agua. Los holandeses habían abiertos los diques obligándoles
a refugiarse en el islote de Bommel, situado entre los ríos Mosa y Waal<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y cercado por una armada de cien barcos. La
helada congeló las aguas. La leyenda cuenta que la intercesión de la Inmaculada
Concepción tuvo un papel relevante en la victoria y por ello, desde entonces, fue
proclamada patrona de los viejos Tercios y de la actual infantería.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdvrBxw8u5-SP8kSt9XWXSxIq4jaZhaOlgZo16L8q_7jczXcvL3Cr3ggQIoFyPZHe7qM2pboe2gRGEAc16hku5fRppRoqCySIjyYumvf9jx03k-ILfJi7c6aOYxPR5k1ekmaKneC16tPr2/s1600/El_milagro_de_Empel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="752" data-original-width="1024" height="470" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdvrBxw8u5-SP8kSt9XWXSxIq4jaZhaOlgZo16L8q_7jczXcvL3Cr3ggQIoFyPZHe7qM2pboe2gRGEAc16hku5fRppRoqCySIjyYumvf9jx03k-ILfJi7c6aOYxPR5k1ekmaKneC16tPr2/s640/El_milagro_de_Empel.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;">El milagro de Empel, obra del pintor Augusto Ferrer-Dalmau</span></b></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Tras esa batalla, participaron en
acciones militares en ciudades como Amberes, Colonia o Brabante y, más tarde, en
</span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">las guerras de Religión</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> en Francia luchando
contra los protestantes. Tomaron parte en el sitio de Cambrai, la toma de
Amiens o el sitio de Ostende.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Décadas más tarde, en 1643 para
ser exactos, participaron en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la Batalla
de Rocroi</b>, la más dolorosa derrota de los tercios y la más heroica, donde
todos los soldados del Tercio de Bobadilla murieron en el centro del combate
que fue barrido por la metralla enemiga. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMrJMK6oMoyzPOHDy3L9Jk0lR9JWrv7XLfUNbcXFcAMEHqZ_yNqdrJM-uim8DMHT-PTX6D-LyJqzNHY54doDCPQOCmJkk68BjOTFDOQf9VzXZXl3KgyEie1Qojs2gN3Z8HKwdQcwlZ_01s/s1600/1024px-Rocroi%252C_el_%25C3%25BAltimo_tercio%252C_por_Augusto_Ferrer-Dalmau.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="631" data-original-width="1024" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMrJMK6oMoyzPOHDy3L9Jk0lR9JWrv7XLfUNbcXFcAMEHqZ_yNqdrJM-uim8DMHT-PTX6D-LyJqzNHY54doDCPQOCmJkk68BjOTFDOQf9VzXZXl3KgyEie1Qojs2gN3Z8HKwdQcwlZ_01s/s640/1024px-Rocroi%252C_el_%25C3%25BAltimo_tercio%252C_por_Augusto_Ferrer-Dalmau.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rocroi, el último tercio, por Augusto Ferrer-Dalmau</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Durante </span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">la Guerra de los 9 años o del Palatinado</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, en la que la Gran Alianza
conformada por la mayoría de los países europeos luchó contra la Francia de
Luis XIV, el Tercio combatió en las batallas de Fleurus, Steinkerque,
Neerwinden. Finalizó con la Paz de Riswick en 1697 por la que Francia devolvió
a España las plazas que había ocupado en Cataluña y Flandes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Durante la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Guerra de Sucesión</b> defendieron los intereses de los Borbones en
Flandes luchando contra los ingleses. Las reformas que trajeron la llegada de
Felipe V al trono supusieron el fin de los Tercios. Así nació <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">el Regimiento de Zamora</b> que participó en la desastrosa <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">batalla de Ramillies</b>, junto a las
tropas francesas que combatían contra un ejército inglés, alemán y flamenco. A lo largo del
siglo XVIII combatió en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la
Campaña de los Pirineos</b>, en las guerras contra Inglaterra y Portugal y en
campañas africanas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Guerra de Independencia de los EEUU</b> llevó al Regimiento al
continente americano, donde más tarde sofocaría revueltas en varios países como
México, Santo Domingo o Perú.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Las guerras napoleónicas</b> llevaron a los soldados de Zamora a
combatir junto a los franceses en remotas regiones del Norte de Europa como
Pomerania o <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la península danesa de
Jutlandia. Cuando Napoleón invadió España, se encontraron a miles de
kilómetros de nuestro país, bajo órdenes del que había pasado a convertirse en el
enemigo. Las tropas comandadas por el <b>Marqués de la Romana </b>juraron lealtad a
los intereses españoles y, tras un azaroso periplo por varias islas danesas,
lograron escapar en botes pesqueros y llegar al puerto de Goteborg, desde donde
embarcaron hasta Santander. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl9HnB9u6zsE2CTzLLvpsHq1IGMgPmNlqsfP0Oe2ipE0M1hwcfoU4E073pAqVp6O4lIhRMXxv1eNjjtlXjzOZ7o_gseBoOXBAwehLgUuxLoz4aBg-fBO5btfmEOIwdJFour8jyFyZe5j35/s1600/El_juramento_de_las_tropas_del_Marqu%25C3%25A9s_de_la_Romana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="666" data-original-width="1024" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl9HnB9u6zsE2CTzLLvpsHq1IGMgPmNlqsfP0Oe2ipE0M1hwcfoU4E073pAqVp6O4lIhRMXxv1eNjjtlXjzOZ7o_gseBoOXBAwehLgUuxLoz4aBg-fBO5btfmEOIwdJFour8jyFyZe5j35/s640/El_juramento_de_las_tropas_del_Marqu%25C3%25A9s_de_la_Romana.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Juramento del Marqués de la Romana, obra de Manuel Castellano</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A partir desde entonces el
Regimiento fue conocido como </span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">El Fiel</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">
y bordaron en su bandera su lema La patria es mi norte, la fidelidad mi divisa.
Sus soldados estuvieron entre los primeros que combatieron a la invasión
napoleónica. Durante meses de marchas y contramarchas se refugiaron en El
Bierzo y en Galicia y combatieron </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">junto al </span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">Duque de Wellington </b><span style="font-family: verdana, sans-serif;">al ejército francés que por orden de Napoleón
iba a conquistar Portugal.</span><br />
<span style="font-family: verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Con el regreso del vergonzoso
<b>Fernando VII</b>, el Regimiento fue enviado a Veracruz para luchar contra la
independencia de México. Años más tarde, combatió en Cataluña durante la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Primera Guerra Carlista</b>, quedando
establecido en Barcelona al final de la misma. Bajo las órdenes del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">General Prim</b> pacificó algunas
poblaciones catalanas como Mataró o Reus. Durante el reinado de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Isabel II</b> embarcó hacia <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la Campaña de África</b> siendo uno de los
primeros cuerpos en asaltar la trinchera marroquí en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la Batalla de Tetuán</b>, distinguiéndose también <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">en la batalla de Wad Ras</b>. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI-mvIcGCgL25MVRAxj1sasELOw0ECkLobYCnfKIW4TpuI_iAG0y63gC9xLrP6JtK6A-GzJyfqQXw8rRDShP3pWnEMR0oVvzxuYScf7NuPoLOBvdzXu8nC94TNvE0xw7GA9Synb3wEDnHs/s1600/La+Batalla+de+Wad-Rass+%2528Episodio+de+la+guerra+de+%25C3%2581frica%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="470" data-original-width="1600" height="186" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI-mvIcGCgL25MVRAxj1sasELOw0ECkLobYCnfKIW4TpuI_iAG0y63gC9xLrP6JtK6A-GzJyfqQXw8rRDShP3pWnEMR0oVvzxuYScf7NuPoLOBvdzXu8nC94TNvE0xw7GA9Synb3wEDnHs/s640/La+Batalla+de+Wad-Rass+%2528Episodio+de+la+guerra+de+%25C3%2581frica%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Batalla de Wad Ras, obra de Mariano Fortuny</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Tras participar en los diferentes
enfrentamientos cantonales, en 1874 el Regimiento de Zamora estaba al mando del
</span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">Coronel José Serrano Dávila</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">. El 1er
Batallón tenía su sede en Málaga, mientras el 2ª estaba en Granada. Desde ambas
ciudades emprendieron su marcha en tren hacia el Norte para levantar el sitio
de Bilbao por parte de las tropas carlistas.</span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: start; text-indent: 0px;">
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;" /></a></div>
<div style="text-indent: 47.2667px;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 32px;"></span><br /></div>
<div style="text-align: start; text-indent: 0px;">
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-76259566811942001922020-05-30T12:58:00.000+02:002020-05-30T12:58:13.353+02:00Soy roja<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ahora que la ultraderecha vuelve
a sentirse fuerte y utilizan bárbaras mentiras para aumentar las crispación,
ahora que vuelven a arrojar la palabra ”rojo” como un insulto, incluso a los
que ni siquiera lo son, quiero compartir una escena de mi novela. La escribí
hace unos años. Es totalmente verídica. Me la contaron diferentes miembros de
mi familia “los Mitaíllas”. Tres personajes son reales (incluidos mi bisabuelos
maternos) y un cuarto es inventado. La dignidad de mi bisabuela Antonia López debería
iluminarnos a todos.<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tres golpes secos sonaron en la oscuridad. El primero provenía de los
sueños más recónditos </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-themecolor: text1;">de un tiempo feliz en
el que no había lamentos</span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">, el último de una realidad que no podía
presagiar nada bueno. Aún no había amanecido y afuera debía hacer un frío
espantoso, pero ellos ya estaban acostumbrados a que les despertaran de
improviso en mitad de la noche. No era la primera vez que unos nudillos
aporreaban la puerta, o los cristales del ventanuco si tardaban unos segundos
más de la cuenta en abrirles. Tampoco sería la última. Se habituaron a los
sobresaltos, a los registros inesperados, a las humillaciones que les </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-themecolor: text1;">propinaban</span><span style="color: #00b0f0; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">cada vez que aparecían con un deseo evidente de molestar, siempre a horas
intempestivas. La mayoría de las veces se limitaban a dar unas voces por el
mero placer de cortarles el sueño y se marchaban antes de que pudieran
abrirles. Otras entraban hasta el fondo de la casa y registraban todo lo que
les venía en gana sin explicar qué andaban buscando. José lo llevaba con
resignación, con la calma que mantenía incluso en los momentos más difíciles. Antonia,
en cambio, aprendió a aceptarlo como un castigo, a aparentar una dignidad
forzada cada vez que la Guardia Civil aparecía en su casa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Qué querrán a estas horas? ―se preguntaba mientras se vestía a toda
prisa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Qué van a querer, mujer? Lo de siempre ―le contestó José ya levantado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Se puso una toquilla sobre los hombros y corrió a abrir la puerta antes de
que la echaran abajo. El frío de la amanecida se coló a raudales, también las
palabras del cabo entre el vaho con olor a anís seco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― El secretario me dijo anoche que quiere verte en el Ayuntamiento a
primera hora sin falta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Y supongo que no te habrá dicho<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>para<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>qué ¿no?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Tú estate allí en cuanto abran y así te enterarás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-themecolor: text1;">Enmarcado por el tricornio negro, el rostro era lo único
que quedaba al descubierto, el resto del cuerpo lo escondía bajo la enorme
capa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">―Y no me obligues a regresar. Ya sabes que, si hace falta, te llevo a
rastras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En ese momento Jose apareció bajo el quicio, saludó a los guardias con un
gesto de la barbilla, sin llegar a abrir la boca y apretó el brazo de su mujer.
Ella bajó la mirada y le contestó al cabo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">―No te preocupes, no tendrás que volver. Cuando el Niño Paz llegue al
Ayuntamiento me tendrá allí, clavada como un reloj, esperándole.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Antonia cerró, pero el frío de la madrugada se había quedado adentro como
un mal presagio<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Anda, acaba de arreglarte. ―le dijo su marido tratando de ocultar su preocupación―.
Yo voy a preparar dos tazones de leche y unas tostadas con aceite. En cuanto
acabemos de desayunar y les ponga la comida a los animales nos vamos al
Ayuntamiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Ya tienes bastantes cosas que hacer en el campo<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>como para<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>perder toda
la mañana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A José no le dio tiempo a replicarle, antes de que moviera los labios, su
mujer insistió.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Además ¿te han pedido a tí que vayas? Es conmigo con quien quieren hablar
¿no?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Pero…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Ni peros, ni nada. Tenemos demasiadas bocas que alimentar y a tí te
espera un duro día de trabajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Desde luego ―en otras circunstancias su marido hubiera sonreído―, cuando
sacas el carácter de tu madre no hay quien te lleve la contraria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Su mujer fingía no escucharle. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Dónde está el cazo?<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> <o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Mientras José revolvía en el cajón para encontrar algo con lo que calentar
la leche, ella rebuscaba en el interior del armario. Entró en la cocina y ante
la mirada de su marido le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿No querrás que me presente en el Ayuntamiento con la ropa de diario?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No pensaba darles el gusto de que vieran su falda vieja y se había puesto
el vestido negro que guardaba con cuidado en una percha.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">―No te preocupes. Ya lo verás. Será como siempre. Tienen ganas de tocarnos
las narices y no saben cómo hacerlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">―Ése es el problema. Sí que lo saben. ―la miró muy fijamente― Por eso debes
andarte con pies de plomo. ¿Me oyes?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ella ya no escuchaba. Se calentaba las manos con el tazón mientras soplaba.
Sus pensamientos estaban puestos en el Niño Paz, en los motivos por los que el
secretario la había mandado llamar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-themecolor: text1;">Antonia ya estaba en la plaza cuando abrieron el
portalón del Ayuntamiento. Luego le tocó esperar sentada durante más de una
hora hasta que el Niño Paz apareció para perderse en su despacho. Ella se quedó
allí, en una silla dura. Al rato llegó Roque Sierra con la camisa azul desabrochada
pese al frío de la mañana. Entró sin llamar, pero antes de entrar en la sala
del secretario, la miró de arriba a abajo. Solo venía por Uriana para temas muy
señalados y su mera presencia era un mal presagio. Si el secretario le había
llamado era porque no tenía arrestos para decirle a solas lo que quería contarle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-themecolor: text1;">Todo eso daba vueltas en su cabeza cuando oyó una voz
indicándole que ya podía entrar.</span><span style="color: #0070c0; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El Niño Paz estaba sentado detrás <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de
una mesa enorme llena de montañas de papeles y objetos diversos. Roque fumaba
de pie, apoyado en la pared. El secretario continuó leyendo un documento antes
de levantar la vista y señalarle el asiento con una mirada de desprecio. Nadie
abrió la boca en todo ese rato, hasta que el falangista le dijo con tono de
burla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¡Qué poco nos vemos últimamente!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Antonia no quiso responderle. Ni siquiera giró la cabeza. Entonces el Niño
Paz extendió el brazo y le ordenó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¡Firma aquí!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ella tomo el papel y se puso a leerlo tratando de calmar sus manos. La
lectura fue rápida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Cómo se pueden decir tantas mentiras en dos párrafos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Cómo dices? ―la voz del secretario retumbó en el despacho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Digo que ésto solo cuenta mentiras ―le respondió levantado el documento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A continuación lo dejó sobre la mesa, sobre una de las montañas de papeles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Qué estás diciendo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Mi hijo Paco no murió en el frente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Mira, Antonia ―el Niño Paz no pudo aguantar más sentado―. Te estamos
haciendo un favor. Será mejor para vosotros que conste así. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Yo no puedo mentirle a mi hijo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¡Qué mentiras ni qué ocho cuartos! Tu hijo está muerto. ¿A quién vas a
mentirle?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― A mi hijo lo matasteis vosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Mientras los dos hombres se acercaban, ella seguía sentada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Qué queréis? ¿Que le mienta a su memoria? ¿Que diga que murió defendiendo
vuestro Glorioso Alzamiento?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Entonces sí miró a Roque. Lo hizo muy tranquila, con toda la osadía del
mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Tú sabes muy bien cómo le mataron. Había falangistas en el pelotón de
fusilamiento. ¿Qué pasa? ¿Ahora que ya ha acabado la guerra queréis lavar
vuestra conciencia?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Y qué te piensas? Crees que es mejor tener un hijo fusilado por rojo
―insistió el secretario que comenzaba a estar fuera de si―, de esta forma
incluso podrías solicitar una paga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― Yo no quiero vuestro dinero si con ello tengo que ensuciar su memoria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Roque, que había permanecido en silencio estalló por fin.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">― ¿Dónde está la educación que te dieron tus padres? ¿Has olvidado tus
orígenes, a tu familia? Tu padre era un teniente del glorioso ejército español.
Tú no eras una roja como todos esos cabrones de mierda. Tú eras una señorita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Solo entonces Antonia encontró las fuerzas para ponerse en pie, mirar a la cara
a Roque y decirle lo que llevaba mucho tiempo callando, lo que le ardía por
dentro, lo que no se habían atrevido a gritar desde hacía años, desde que se
enteraron de la muerte de Paco y tuvieron que llorarle en silencio, sin ni
siquiera poder vestirse de luto, con miedo a salir a la calle, a que se
llevaran a cualquiera de sus hijos y no volver a verlos nunca más y tener que
llorar más muertes, mientras todos en el pueblo miraban<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>hacia otro lado, sin atreverse a acercarse, a decirles que lo
sentían, porque habían perdido la guerra, porque según algunos eran unos rojos
de mierda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">―Mira, Roque. Tú sabes muy bien que yo nunca me he metido en política, que
yo no entiendo de eso, pero quiero decirte una cosa y te lo voy a decir muy
claro ― se volvió para que el Niño Paz también pudiera verle bien la cara― Os
lo voy a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>decir muy claro a los dos. Y se
lo diré a todo el pueblo si hace falta. Incluso a Dios si es preciso. Si ser
roja es ver cómo te matan a un hijo que nunca había hecho mal a nadie, si ser
roja es ver cómo tu hija se pudre en la cárcel, ver cómo tienes que dejar a tus
nietas en un convento porque no tienes qué llevarles a la boca, si ser roja es
ver cómo insultan a tu familia… Entonces soy roja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No pudo continuar. El guantazo se oyó fuera del despacho. Le giró la cara.
El Niño Paz necesitaba tener a Roque cerca porque no tenía valor para hacerlo
solo, porque nunca se habría atrevido, porque siempre había tenido a otros para
hacerle el trabajo sucio. Pero Antonia tuvo lo que había que tener para quedarse
levantada, para continuar mirándoles. Roque ya no sonreía y el secretario se había
vuelto a sentar. Ella siguió allí, erguida, callada. Con más miedo que nunca, pero
también aliviada por haberles dicho lo que llevaba callando demasiado tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El Niño Paz volvió a levantarse. En dos zancadas alcanzó la puerta. La
abrió y sin mirarle a la cara le gritó― Ahora ya puedes irte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la calle le esperaba la mañana de invierno, clara, limpia, como su
conciencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="text-align: start; text-indent: 0px;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En recuerdo de mi bisabuela Antonia López, de la que toda mi familia siempre habla con admiración.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_m_XfUKZUq0YYnb_fGg2Z_LAuWUGw13OpMorRnQpIyoB311xZRc74a23Ck-GSPxlIsSHO9NvxycSrCCG11dnDM6umxXVRjxb4KJ01FJd1W29XJm-G40Rq_zljTUBQ-9ogZP9sjcsaUoW8/s1600/Antonia+Lopez+Garcia.+Retrato+de+madurez+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1146" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_m_XfUKZUq0YYnb_fGg2Z_LAuWUGw13OpMorRnQpIyoB311xZRc74a23Ck-GSPxlIsSHO9NvxycSrCCG11dnDM6umxXVRjxb4KJ01FJd1W29XJm-G40Rq_zljTUBQ-9ogZP9sjcsaUoW8/s400/Antonia+Lopez+Garcia.+Retrato+de+madurez+2.jpg" width="286" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8AfznugjzGVTrapVJiBCGBC8gt0-Dld0n_jGX1htTbfPXEQ2VZWlXA3Eu-9VxT41612EPRq3oVJXbioUHjLZL092Ilry9I5vVYNruq0W2FZ4hz6ZQBKYZweQ4op0OEuIzDSk7kZf3yFuS/s1600/La+bisabuela+Antonia+en+M%25C3%25A1laga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="1005" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8AfznugjzGVTrapVJiBCGBC8gt0-Dld0n_jGX1htTbfPXEQ2VZWlXA3Eu-9VxT41612EPRq3oVJXbioUHjLZL092Ilry9I5vVYNruq0W2FZ4hz6ZQBKYZweQ4op0OEuIzDSk7kZf3yFuS/s640/La+bisabuela+Antonia+en+M%25C3%25A1laga.jpg" width="418" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-82660371982546120912020-04-14T11:48:00.000+02:002020-04-14T12:18:43.334+02:00La alegría desbordada<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El confinamiento me ha ofrecido la oportunidad de volver a escribir. La semana pasada corregí esta escena escrita hace ya algunos años. Ahora que llevamos semanas en casa es un buen momento para imaginar la explosión de alegría que desbordó las calles otro 14 de abril de hace 86 años: el día en el que se proclamó la Segunda República.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Como
cada tarde, la suavidad del pasamanos le trasladó la primera sensación de paz
después de la jornada de trabajo. Tras varios meses sirviendo en la casa, María
se había acostumbrado al tacto delicado<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>de
la madera, fruncida por el tiempo, los cientos de visitas que habrían recibido
los señores, las carreras de los niños que llegaban tarde al colegio. La
baranda se tornaba más áspera en los últimos pisos, cuando subía a tender la
colada y los peldaños se volvían más estrechos y empinados y el balde de la
ropa mojada pesaba como un muerto, pero el descenso desde el principal hasta la
calle solía significar el inicio de un agradable paseo hasta el tranvía, la
promesa del tranquilo paisaje de la vega en las ventanas, la sonrisa cansada de
su padre al regresar del campo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Ese
día, sin embargo, tras echar las horas pertinentes más la habitual propina
añadida por las peticiones de última hora de doña Águeda, tenía prisa por
regresar a Uriana. Su madre andaría preocupada. Se cambió de ropa con rapidez.
La camisola blanca quedó en la percha, con el cuello lobulado por encima del
vestido negro que imponía la austeridad del servicio. Antes de cerrar la puerta
del minúsculo armario lo vio colgando como un apéndice al que no acababa de
acostumbrarse. La cara de la señora se había mostrado más seria que de
costumbre, encerraba una inquietud parecida a la que pudo ver en la mirada de
Antonia cuando, como cada mañana, fue a despedirse de ella con un beso y la
asaltó con una petición extraña: “¡Ojalá hoy pudieras quedarte en casa!”. Su
pobre madre estaba inquieta por el runrún que sacudía la calle a causa de una
posible victoria republicana, pero, a diferencia de la señora, cuya
intranquilidad se ceñía a los cauces materiales que su marido, un comerciante
venido a más, conseguía con la política, Antonia tan sólo deseaba que nada les
ocurriera a sus hijos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El
domingo de resurrección había quedado atrás, el martes ya no guardaba los
signos de la lluvia, pero la euforia contenida, que se fue haciendo más
evidente con el paso de las horas, podía verse en los rostros que María se había
ido cruzando de camino al trabajo. Los rumores sobre la posible abdicación del
rey tras los resultados de las elecciones municipales corrían de boca en boca.
En su familia, sólo su hermano mayor desafió al aguacero y acudió a votar. Su
padre se quedó en casa: “No va a servir de nada. Siempre mandarán los mismos”.
El entrañable gañán solo creía en el sol que cada mañana salía por el horizonte
para calentar la simiente de la tierra. Pero ella, que tampoco estaba demasiado
enterada de política, compartía con su hermano la esperanza de que las cosas
pudieran cambiar, que las vidas fueran menos miserables, aunque la opinión de
las mujeres no contara porque las votaciones, como otros muchos asuntos, eran solo
cosa de hombres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Todos
esos pensamientos, que se habían borrado de su cabeza con el trajín de la
faena, regresaron en un momento. Al bajar los escalones fregados por la mañana,
se sorprendió de la penumbra húmeda, de la blanca frialdad del mármol, de la
atmósfera oscura, tan infrecuente, iluminada tan solo por el ojo de cristal que
se alzaba desde el techo para arrojar su luz sobre el hueco de la escalera. Cuando
llegó al primer descansillo desde donde se divisaba la entrada comprendió la causa:
el gran portón de madera por el que debía colarse a raudales la claridad de la
tarde de primavera estaba cerrado a cal y canto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Afuera
se sentía un inmenso jolgorio que ni siquiera de los goznes de la puerta, que
chirriaron como grillos, pudo aplacar. Una multitud entusiasta la rodeó nada
más salir. Algunos cantaban, otros se fundían en abrazos muy efusivos, todos se
contagiaban de una felicidad imposible de contener. La marea humana, que fluía
hacia la Plaza del Carmen, la engulló sin remedio. Unas muchachas se habían
prendido lazos rojos en las blusas, confraternizaban entre saltos de alegría
con hombres que portaban banderas tricolores. Los vítores llegaron a apagar el
eco del tañido de las campanas que se sumaban a la fiesta. Los gritos, las
canciones, los comentarios de la gente se confundían en el aire. Aunque no
habían salido aún los resultados de las elecciones en más de cuarenta pueblos
de la provincia, ya poco importaba. Todos sabían que en los pueblos de la vega
siempre ganaban los monárquicos, pero en Granada, como en todas las capitales
del país, la victoria de los republicanos era incontestable. Lo que por la
mañana sólo era un rumor ya se había hecho realidad: el rey había abdicado.
Todos vitoreaban a la República y entonaban coplillas picantes en las que
Alfonso XIII no quedaba muy bien parado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Sin
darse cuenta, mientras fregaba los suelos, planchaba la ropa o subía a
tenderla, el país había cambiado, en apenas unas horas. Los acontecimientos se
resumían en la hoja pisada del periódico de la tarde que hablaba de la
extraordinaria pujanza con la que el pueblo español había manifestado su
voluntad republicana, de la reunión del gobierno durante más de cuatro horas
para deliberar sobre el resultado de las elecciones, de la invasión de la plaza
de Oriente en Madrid por parte de la muchedumbre, de la desbandada de los servidores
de la monarquía, del silencio del Jefe del Gobierno que se negó a hacer
declaraciones a su entrada en palacio, de las manifestaciones de entusiasmo que
habían comenzado en varias capitales de provincia, de la proclamación de la
República en la ciudad de Vigo, del nombramiento de Niceto Alcalá Zamora como
jefe del gobierno provisional, de la intención del rey de marchar a Inglaterra,
del compromiso del gobierno con el Conde Romanones para garantizar la seguridad
de la familia real, pero, por encima de todo, podía leer bajo las enormes
letras negras de El Defensor de Granada el titular: “En casi todas las
poblaciones de España se ha proclamado hoy la República. El Gobierno
provisional de la república ya está actuando y a las cinco de la tarde el rey
firmará el acta de abdicación.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Hay
vidas enteras que pasan en un suspiro, recuerdos que se olvidan al girar una
esquina y se pierden a lo lejos para no regresar nunca. Los años se difuminan
en la tela rota y oscura del tiempo que esconde a su capricho lo que le viene
en gana, los detalles pequeños que pasan sin dejar constancia, las sensaciones
tantas veces repetidas hasta convertirse en una rutina que se apaga como una
vela se queda sin sebo. Hay imágenes que se fragmentan como un espejo roto y,
destrozadas en mil pedazos, dejan de existir porque las borran las que vienen
después, porque las tapan el dolor, la felicidad o simplemente el olvido, pero
hay otras, en cambio, que se graban en la memoria y ya nunca se pueden borrar,
las que son recordadas muchos años más tarde con la precisión de lo que acaba
de suceder, de lo que está ocurriendo todavía. Hay un pasado remoto que siempre
ocurre en el presente. El presente de aquella tarde de abril en la que María no
supo lo que estaba pasando porque pasaban demasiadas cosas, porque, sin ni
siquiera saberlo, ya nada volvería ser igual. Más allá de que mandara un rey o
una república, la alegría en los cientos de caras, la ilusión que se reflejaba
en los miles de ojos era algo imposible de olvidar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Al
pasar junto al Coliseo Olympia vio una bandera roja que ondeaba en la puerta.
El trapo bailaba sobre las letras del cartel: La canción del día. El clamoroso
éxito de Muñoz Seca se anunciaba en tres sesiones junto a una película de
dibujos animados de la Paramount, aunque esa tarde nadie iría a la
representación porque todos tenían la fe en un mundo nuevo.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>El gentío comenzó a ovacionar a un grupo de guardias urbanos que
se habían colocado brazaletes tricolores sobre las mangas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Cuando
María llegó a la plaza, la encontró abarrotada por un enjambre que se había
congregado frente al Ayuntamiento. Varios guardias civiles retenían las riendas
de sus caballos. Los ojos de los jinetes estaban tan expectantes como los de
los animales, a la espera de los acontecimientos que estaban por venir. El
oficial al mando trataba de transmitir calma con todos sus gestos y acabó por
subir al balcón del consistorio para dirigirse al pueblo y tranquilizarle con
sus palabras. Pero la calma no duró demasiado: el tiempo que tardó en hacer su
entrada una sección de caballería. Los soldados desenvainaron los sables e
iniciaron una carga entre un revuelo de carreras, pero les frenó el griterío
primero y luego las indicaciones de un teniente coronel de infantería que se
acercó para ordenarles la retirada. De seguida, la muchedumbre jubilosa se
abalanzó sobre él y lo subieron a hombros entre ovaciones. El pueblo no estaba
acostumbrado a que las autoridades se pusieran de su parte y, como ya iba
siendo hora de celebrarlo, empezaron a gritar vivas al nuevo y rebautizado
Ejército Republicano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGmUL0A7kmdnugmHorjqT2Cut_0iDiTJSZVUr6SkQ1Pv5t1_jeNCYAXfSq6S6EIfwc1o66R7n1ejysasyXhhvJJEZGzXySYqL1Q_1tk8nDchUmKFph5_Dt_H10SwutST71z9E7cr1M8T1Z/s1600/31414_1--575x323.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="323" data-original-width="575" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGmUL0A7kmdnugmHorjqT2Cut_0iDiTJSZVUr6SkQ1Pv5t1_jeNCYAXfSq6S6EIfwc1o66R7n1ejysasyXhhvJJEZGzXySYqL1Q_1tk8nDchUmKFph5_Dt_H10SwutST71z9E7cr1M8T1Z/s640/31414_1--575x323.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plaza del Carmen 14 de abril de 1931</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Unos
minutos más tarde se fue abriendo, como si de una cremallera de tratase, un
hueco entre los presentes por el que comenzaron a desfilar los ediles recién
elegidos. Avanzaron entre apretones de manos y saludos hacia el Ayuntamiento.
Las puertas del edificio volvieron a cerrarse tras ellos, pero no tardaron
mucho en aparecer de nuevo por el balcón central que se abría en el primer
piso. Lo hicieron con una enorme bandera republicana. La tela de colores ondeó
al viento como una promesa de libertad. Tras pedir calma, uno de ellos comenzó
su discurso. Decía que, como representes de la naciente República, tenían el
mandato<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>del gobierno provisional
para tomar las instituciones y garantizar la seguridad. Luego explicó que se
iban a dirigir en comisión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a
entrevistarse con las autoridades civiles y militares del régimen para hacerse
cargo del orden en toda la provincia y pusieron fin al discurso proclamando la
República entre el sonido de los cohetes y campanas. En ese momento el
entusiasmo era ya indescriptible y la plaza un hervidero de aplausos. Rodeada
por una marea de desconocidos, María lo presenciaba todo como en un sueño
lento, con esa felicidad extraña que se contagia de forma imparable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Más
de un centenar de personas se dirigió entonces hacia la Plaza de Mariana Pineda
y ella aprovechó la ocasión para dejarse llevar por las callejuelas repletas,
ya que le pillaba de camino hacia la parada del tranvía. Entonaron La
Marsellesa y luego el himno de Riego, pero, de pronto, se hizo el silencio y
todos giraron las cabezas hacia el cielo. Acababan de dar las cinco de la tarde
cuando una escuadrilla de aviones les sobrevoló por encima de los tejados.
Habían despegado de la base de Armilla y los pilotos volaban bajo saludando a
los manifestantes. Desde el suelo, los transeúntes les contestaron reanudando los
cánticos. Al llegar a la plaza rodearon el cuello de la estatua con una bandera
republicana. Cientos de claveles rojos se desparramaban a los pies de la
heroína. A esa hora, cuando ya se había despejado la confusión de los primeros
momentos, la ciudadanía exultante llenó las calles del centro de una algarabía
nunca vista. Granada era una fiesta, pero María decidió que ya era el momento
de volver a casa y tranquilizar a su madre.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span>
<div style="text-align: start; text-indent: 0px;">
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;"></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"></span><br />
<div style="text-align: start; text-indent: 0px;">
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>
</div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-48482420336472433982020-03-26T19:11:00.000+01:002020-04-14T12:19:00.982+02:00La larga espera<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El confinamiento por el coranavirus me ha dado la oportunidad de retomar esa novela que llevaba tanto tiempo esperando. Los días se vuelven largos y se llenan de incertidumbre. Por ello y para que todos los que nos quedamos en casa, he decidido compartir en este blog una escena de la novela, con la que arranca cronológicamente la historia (aunque no sea el inicio de la misma). Habla de una larga espera, la de mi bisabuela Antonia en 1899. Ojalá os guste. Se agradecerán los comentarios. #Yomequedoencasa.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">La luz tenue de finales de enero se colaba
entre los visillos mientras Antonia aprovechaba la última claridad del
atardecer junto a la ventana para continuar bordando sus pájaros. Dos gorriones
de tonos azules y anaranjados piaban sobre un enramado de hojas que enmarcaba
la escena. Ya sólo le faltaba lo más sencillo, tenía que dar los últimos
pespuntes a sus iniciales y la tarea estaría por fin acabada. Cosía en
silencio, abstraída en una diligencia certera para terminar la labor a la que
había dedicado el último mes. Cada vez que clavaba la aguja en la tela sacaba
la punta de la lengua sin darse cuenta y apretaba lo labios con suavidad,
delatando un estado de concentración muy diferente a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las prisas nerviosas con las que su madre y
sus hermanas se movían por el salón. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Dentro de la casa reinaba una alegría y una
excitación desbordantes, que contrastaba con el desánimo de los últimos meses, durante
los cuales las labores de bordado le acompañaron en la espera. Con cada alfiler
fue clavando en el acerico un deseo y así, a lo largo de tres inviernos, pidió
centenares de veces el regreso de su padre, Antonio, de una guerra que se
libraba al otro lado del océano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En ese momento, en el que estaba a punto de
hacerse realidad el mayor de sus anhelos, un hormigueo nervioso empezó a
recorrerle todo el cuerpo. Nadie había reparado en que, detrás del tesón que
demostraba a sus once años, se ocultaba una enorme melancolía. Le gustaba abrir
su costurero de madera taraceada, ordenar los carretes y las madejas de hilos
de colores, los dedales, algunos botones y corchetes de diversos tamaños o el
pequeño cilindro de nácar donde guardaba las agujas, pero le incomodaba dedicar
tantas horas a los animales y las flores que quedaban atrapados en el cañamazo,
entre el bastidor de madera. En cuanto la vigilancia maternal se despistaba,
ella se embobaba mirando el paso de las personas y de las estaciones a través
de los cristales que enmarcaron el paisaje de su infancia.. En todo ese tiempo,
se cerraron mil noches los postigos y se abrieron las cortinas mil<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mañanas sin que se tuvieran noticias sobre la
vuelta de Antonio y mientras su madre, que guardaba su preocupación en
silencio, se volvía cada vez más severa, ella sentía que las tardes se hacían
tan eternas como la espera del padre, del marido, del teniente que llevaba
meses en Cuba tratando de administrar la derrota. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En los meses que siguieron a la marcha del
teniente, la inquietud provocada por la guerra solo era visible a través de los
ojos de su madre, siempre callada a escasos metros del escenario de sus juegos,
siempre detrás, vigilando sus paseos en la distancia. En mitad de ese sigilo,
Antonia disfrutaba de la complicidad de su hermana mayor, compañera eterna de
tantas tardes de bordados, que le recordaba a cada instante los buenos momentos
compartidos en familia con la secreta intención de que fueran un bálsamo contra
el olvido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">―No te preocupes, vendrá pronto ―solía
responderle cuando su ausencia se hacía tan grande que pesaba en el ambiente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Con el paso de los meses, la figura paterna
se fue haciendo cada vez más lejana, más idealizada en la memoria y su regreso
se convirtió en el ruego de todas las oraciones. Cada noche su madre la
obligaba a recitar aquella letanía que siempre finalizaba pidiendo por Antonio.
Nunca hubo excepción, por muy cansada que estuviera, para la retahíla de
padrenuestros y avemarías que rezaba al borde de la cama.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">―Tu padre está lejos, luchando por un futuro
mejor para todos nosotros, pero no sufras porque ya verás cómo, el día menos
pensado, nos manda una carta anunciándonos su llegada―le decía mientras le
besaba en la frente, antes de arroparla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Pero pasaron meses, años sin que el teniente
regresara y se fueron agotando las excusas. Las razones de la distancia
quedaron envueltas en una gasa de palabras calladas, de miradas entornadas
entre suspiros. Hasta que una fría mañana de febrero todo el mundo volvió a
hablar de la guerra a causa del hundimiento de un barco y de la partida de la
flota hacia Cuba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">―No hija, ahora se acabará todo. Ya verás lo
pronto que lo vemos entrar por esa puerta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Llegó el verano y, con el bochorno agobiante
de agosto, su madre acabó contagiándoles la preocupación que expresaba con cada
uno de sus gestos, los abrazos fríos, la ira contenida con la que miraba el mar
por la ventana mientras en las calles sólo había palabras para el desastre de
la flota. Pasaron<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las semanas, el tiempo
se detuvo y las tardes de costura se hicieron cada vez más aburridas, pese a
los continuos ánimos que su hermana trataba de transmitirle sin mucho
convencimiento<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">―Ya verás cómo viene por Navidad ―le dijo una
noche de noviembre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Acabó el último año del siglo y, aunque para
entonces ya habían regresado la mayoría de los soldados, la esperanza se
difuminó entre alfileres. Cuando llegó por fin la noticia de su regreso, la
felicidad llenó aquella casa donde el aire tenía aroma de salitre y las horas
pasaban tan despacio. Desde ese momento, Antonia comenzó a contar los días que
faltaban para abrazarle y sentir su olor, que se había ido perdiendo en el
olvido, impregnado apenas entre sus ropas, las que su madre ordenaba esa tarde
en el salón, con el deseo de que las encontrara limpias y planchadas a su
vuelta. La vio desaparecer con su andar seguro tras la puerta del dormitorio y
regresar un minuto más tarde con algo entre las manos, bromeando sobre las
camisas que acababa de dejar alineadas en el armario en perfecto estado de
revista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Su madre siempre trató de ocultar sus
preocupaciones bajo el rostro serio con el que les reprendía cada vez que ideaban
alguna travesura, algún juego inocente, un poco alocado para su estricto
sentido de la disciplina y así también fue escondiendo sus sentimientos. Su
hija se cansó de la severidad, de las misas, los rosarios y los bordados y
recordaba, cada vez con más ternura, las caricias paternales y ordenaba en su
mente los lugares a los que quería ir con el teniente cuando regresara. Sus
hermanas deseaban enseñarle los escaparates de los grandes almacenes de Gómez
Hermanos y, mientras dejaban volar la imaginación con sus esclavinas de pañete
bordadas, sus ricos cheviot de pura lana, sus astracanes, pelerinas, nubes de
madroño y sayas, ella</span><span style="color: #5b9bd5; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">, </span><span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">que ya veía cómo las tardes se hacían más
largas en mitad del invierno, ansiaba que llegara el calor para pasear con él
por la calle Larios hasta la plaza de la Constitución y tomarse un helado de
turrón en la nevería del Café de La Loba. Aunque, en realidad, su mayor deseo
era que la acompañara a ver el cinematógrafo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Todo el mundo en Málaga hablaba de la
fascinación que provocaba ese ingenio que hacía aparecer a las personas en una
pantalla caminando por las calles de París o de las capitales más bellas de
Europa. El invento llegó a la ciudad dos años antes, pero Feliciana, con sus
anticuadas reticencias, no consintió que sus hijas fueran a esos cafés, en los
que se agrupaba gente de toda condición deseosa de ver la novedad; con sus
reparos, le dio a Antonia otro motivo más para desear el retorno de su padre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">― ¡Corre, que ya ha llegado! ―le gritó una de
sus hermanas en el momento en el que sus pensamientos daban las últimas
puntadas a la tela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Los pájaros se quedaron encima del alféizar
cantando en las ramas mientras se apresuraba por llegar a la puerta.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEvn8hxnD9JPm9my6bqGxNhjcR7kQDWDU4dl4sgseOf0B5R2EGnRoc7-ZrnOiXxseEHD51YBKHc43HbwHpzHBy3UVb06EygNYrEYerIm3r_RvGHLHWANA0oHFutnsNuvdcXTXYeCCK5IMm/s1600/20200326_185447.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEvn8hxnD9JPm9my6bqGxNhjcR7kQDWDU4dl4sgseOf0B5R2EGnRoc7-ZrnOiXxseEHD51YBKHc43HbwHpzHBy3UVb06EygNYrEYerIm3r_RvGHLHWANA0oHFutnsNuvdcXTXYeCCK5IMm/s640/20200326_185447.jpg" width="480" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<br />
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;"></a><br />
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-21714055401754063122020-03-24T16:21:00.001+01:002020-03-24T16:24:06.181+01:00La Peste de Camus en tiempos del coronavirus<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
A todos los servidores de la sanidad pública que, como el
doctor Rieux,<o:p></o:p></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
combaten la pandemia
con la honestidad de su trabajo.<o:p></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
No se trata de heroísmo. Se trata solamente de honestidad. Es
una idea que puede que le haga reír, pero el único medio de luchar contra la
peste es la honestidad.<o:p></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
Albert Camus<o:p></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tres décadas después regresé a <i>La Peste</i> de Albert Camus. Cada noche, después
de repasar en la pantalla de mi teléfono las últimas noticias sobre el
coronavirus, abatido no sé si por el sueño o por la tristeza, apenas podía
avanzar una veintena de páginas antes de dormirme. La mañana del pasado sábado
fue luminosa, los pájaros cantaban en los árboles que rodean el pequeño jardín de
mi casa y un sol primaveral se sumó a la fiesta de la lectura. Me atrapó varias
horas durante las cuales devoré más de la mitad de esta novela que, aunque fue
escrita hace 73 años, relata con sorprendente realismo la dureza de una
pandemia como la que estamos sufriendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Todo se inicia una mañana de primavera,
cuando el doctor Bernard Rieux tropieza con una rata muerta en el rellano de su
escalera en la ciudad argelina
de Orán. Ahora esa ficción en una realidad global. Al principio los
ciudadanos continúan con sus vidas, haciendo negocios, planeando viajes, ajenos
al tamaño de la desgracia que les acecha:<i> <span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">nadie se sentía cesante sino de vacaciones</span>. </i>A lo largo de las páginas los pequeños
detalles iniciales se van haciendo más evidentes y <i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">solo a la larga comprobando el aumento de defunciones
la opinión tuvo conciencia de la verdad</span>.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A partir de ese momento - <i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">hay los que tienen miedo y los que no lo tienen. Pero los más
numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de tenerlo</span></i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">
- </span>todo se precipita y leemos la novela como si fuera la
actualidad de un periódico: <i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Durante
semanas y semanas los prisioneros de la peste se debatieron cómo pudieron. Y
algunos de ellos llegaron incluso a imaginar que seguían siendo hombres libres,
que podían escoger. Pero se podría decir que la peste lo había envuelto todo.
Ya no había destinos individuales, sino una historia colectiva</span>.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y es en esa situación, sin memoria ni esperanza, instalados solo en el
presente, donde los personajes se enfrentan a la epidemia de formas distintas,
tienen dudas, diferentes opiniones. Nos encontramos con tipos oscuros como <i>Cottard</i>,
un contrabandista y frustrado suicida que vive cómodo en una ciudad al margen
de la ley. También con personajes grises como <i>Joseph Grand</i>, un funcionario
que, cuando no lleva las cuentas municipales sobre los muertos o el registro de
lo que acontece, se niega a rendirse reescribiendo una y otra vez la primera
frase de una novela con la que pretende recuperar a su mujer. Y con tipos que
se evolucionan como <i>Raymond Rambert</i>, un periodista parisino que había combatido en la Guerra Civil
española del lado de los derrotados y al que la peste atrapa por casualidad en Orán.
Lejos de su amada, su único objetivo es huir de una ciudad y de una lucha que cree
no son las suyas, pero que acaba haciendo propias cuando, llegado el esperado
momento de la escapada, decide quedarse a luchar junto a los héroes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y entre todos ellos destaca <i>Bernard Rieux</i>, el médico de familia obrera
que coordina la lucha contra la epidemia. En los diálogos que mantiene con
otros personajes descubrimos la magnitud de su decencia. Cuando su amigo <i>Tarrou</i>
le dice que no entiende cómo puede luchar sin creer en Dios y que la muerte es
inevitable, el doctor reconoce que sus victorias son solo provisionales
y la epidemia una gran derrota, pero eso no le impide seguir luchando por
salvar vidas. Y cuando el periodista Rambert le confiesa que no cree en el
heroísmo, ni en las grandes ideas y solo en el amor que provoca sus deseos de
querer huir, Rieux le responde que la lucha contra la epidemia no se combate con
heroísmo sino con la honestidad de hacer bien su trabajo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Muchas de las imágenes de la novela adquieren ahora más sentido que
nunca…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La impresión engañadora de una ciudad de fiesta donde hubiesen
detenido la circulación.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin
embargo, pestes y guerras toman siempre desprevenidas a las personas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La enfermedad, que aparentemente había forzado a los
habitantes a una solidaridad de sitiados, rompía al mismo tiempo las
asociaciones tradicionales, devolviendo a los individuos a su soledad.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Al grande y furioso impulso de las primeras semanas
había sucedido un decaimiento que hubiera sido erróneo tomar por resignación.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Los hombres de los equipos sanitarios no lograban ya
digerir el cansancio. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La familia del enfermo sabía que no volvería a verle
más que curado o muerto.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La evidencia tiene una fuerza terrible que acaba
siempre por arrastrarlo todo […]. Los enfermos morían separados de su familia y
estaban prohibidos los rituales velatorios. Los que morían por la tarde pasaban
la noche solos y los que morían por la mañana eran enterrados sin perder un
momento.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Sabía también que si las estadísticas seguían subiendo,
ninguna organización por excelente que fuese, podría resistir.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCRz_3tfkLzWSJmFNplwqdR8ysw3Qxxv7B_-KcpRq3WfKIT-GPJUGIJgkByKSnp33FW9koX8OWvSRJPfoWhuRW07r13JF3VOwvLI5Kydnd3bUy7U2zTEviq8K_3DE53ZwZSIzTImTsuBsG/s1600/unnamed.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="291" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCRz_3tfkLzWSJmFNplwqdR8ysw3Qxxv7B_-KcpRq3WfKIT-GPJUGIJgkByKSnp33FW9koX8OWvSRJPfoWhuRW07r13JF3VOwvLI5Kydnd3bUy7U2zTEviq8K_3DE53ZwZSIzTImTsuBsG/s400/unnamed.jpg" width="233" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero incluso en la desgracia Albert
Camus nos sorprende con la esperanza y las descripciones llenas de poesía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La noche estaba llena de gemidos. En todas partes, en
el cielo negro, por encima de los reflectores, un silbido sordo le hacía pensar
en el invisible azote que abrasaba incansablemente el aire encendido.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Eran las cuatro de la tarde. La ciudad se asaba
lentamente bajo un cielo pesado. Todos los comercios tenían las cortinas
echadas. Las calles estaban desiertas. Era una de esas horas en que la peste se
hacía invisible. Aquel silencio, aquella muerte de los colores y de los movimientos
podría ser igualmente efecto del verano que de la peste. No se sabía si el aire
estaba preñado de amenazas o de polvo y de ardor.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">En la oscuridad atravesada de ambulancias fugitivas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">La ciudad estaba llena de dormidos despiertos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Lo que subía entonces hasta las terrazas, todavía
soleadas, en la ausencia de los ruidos de coches y de máquinas que son de
ordinario el lenguaje de las ciudades, no era más que un enorme rumor de pasos
y de voces sordas, el doloroso deslizarse de miles de escuelas rimado por el
silbido de la plaga en el cielo cargado, un pisoteo interminable y sofocante,
en fin, que iba llenando toda la ciudad y que cada tarde daba su voz más fiel,
y más mortecina, a la obstinación ciega que en nuestros corazones reemplazaba
entonces al amor.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Leer <i>La peste</i> es en estos
días también un ejercicio de esperanza. Sus escenas más graves parecen sacadas
de nuestro presente, pero la epidemia se marcha como llega en un final que
nuestro presente no acaba de vislumbrar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Disfrutando la paz de la
lectura al sol de mi jardín yo sentía la culpabilidad de Rambert, sabiendo que en
ese mismo momento de mi evasión lectora miles de personas, héroes como Rieux,
luchaban contra el coronavirus. También nos encontramos algunos personajes, como
Cottard, que intentan sacar provecho de la situación. Se me ocurren algunos políticos
de baja estopa, reyezuelos de taifas, recortadores de servicios públicos que
sin estar libres de pecado tiran las mayores piedras, gurús del apocalipsis parapetados
por sus titulos académicos o presuntos sabios que expanden sus críticas a través
ciertos medios de comunicación o de sus seguidores en las redes sociales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por eso prefiero quedarme
siempre con los héroes, porque la victoria contra la enfermedad solo puede
conseguirse a través de la sencilla honestidad de los que, como el doctor
Rieux, no se rinden y se limitan a hacer su trabajo lo mejor posible. Hoy
nuestros héroes son los servicios sanitarios y de orden público, los camioneros,
las cajeras de los supermercados, las limpiadoras… y todos esos modestos
protagonistas, en muchos casos mal pagados, que luchan por salvarnos a todos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tendremos que aguantar hasta
el final. En el momento en que la victoria ya se sabe cierta, cuando en la
novela ya se comienza a celebrar por las calles, Rieux no puede salvar a la última
víctima, a su valiente amigo Tarrou, que ofrece otra lección de honestidad: <i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">No tengo ganas de morir, así que
lucharé. Pero si el juego está perdido, quiero tener un buen final.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Quiero acabar este texto con
una frase que aparece en las primeras páginas de la novela: <i><span style="color: #4472c4; mso-themecolor: accent1;">Hay ciudades y países que nos sostienen
en la enfermedad, países en los que, en
cierto modo, puede uno confiarse. </span></i>A pesar de las cifras y de las
críticas que irán en aumento en los próximos días, yo confío en la honestidad
de los servicios públicos de mi país y quiero agradecerles todo lo que están
haciendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nota 1.- En la novela aparece una
única canción. Primero suena casi de forma imperceptible entre las
conversaciones de un bar. Más tarde en otra escena maravillosa:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Rambert se dirigió hasta un rincón de su cuarto y sacó un tocadiscos
pequeño.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
—¿Qué
disco es ése? —preguntó Tarrou—. Lo conozco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Rambert contestó que era Saint James
Infirmary.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
A la mitad del disco se oyeron dos tiros a lo
lejos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Un momento más tarde terminó el disco y la
sirena de una ambulancia comenzó a oírse; creció, pasó bajo la ventana del cuarto
del hotel, disminuyó, y por fin se apagó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
—Este disco es absurdo —dijo Rambert—. Además
es la décima vez que lo escucho hoy.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
—¿Tanto te gusta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
—No, pero es el único que tengo<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A diferencia de Tarrou yo no conocía
la canción. Es triste, muy melódica. Cuenta el sufrimiento de un joven que
muere en una enfermería. Su origen en muy antiguo y de las muchas versiones que
he descubierto existen dos, una de Louis Armstrong y otra de Van Morrison, que gracias
al azar de las recomendaciones de Spotify han sido el germen de una playlist
para este tiempo del coronavirus.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.youtube.com/watch?v=QzcpUdBw7gs">https://www.youtube.com/watch?v=QzcpUdBw7gs</a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.youtube.com/watch?v=s_Tc08tIBR4">https://www.youtube.com/watch?v=s_Tc08tIBR4</a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nota 2.- En este texto no he
hablado del autor de la novela: Albert Camus. En el blog hay otros donde queda patente mi admiración por uno de los mejores y más honestos
escritores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/02/el-escritor-que-queria-ser-portero-de.html">http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/02/el-escritor-que-queria-ser-portero-de.html</a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2013/11/al-maestro-albert-camus-en-su-centenario.html">http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2013/11/al-maestro-albert-camus-en-su-centenario.html</a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/02/el-primer-maestro.html">http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/02/el-primer-maestro.html</a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div class="MsoNormal">
<div style="margin: 0px;">
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px; cursor: move;" /></a></div>
<div style="margin: 0px;">
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>
</div>
</div>
Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-17672168067023890582019-12-03T08:29:00.000+01:002020-04-14T12:19:25.690+02:00La isla del fin del mundo<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En el siglo II el geógrafo y
astrónomo griego <b><span style="color: blue;">Ptolomeo</span></b> situó el <span style="background-color: white;"><span style="color: blue;"><b>meridiano 0</b> </span></span>en el punto más
occidental del mundo conocido, en la última de las Islas Canarias. Con el paso
de los siglos diversos países se apropiaron del meridiano que define los husos
horarios, ubicándolo en diferentes puntos, pero en 1634 los matemáticos y
astrónomos por orden del <b><span style="color: blue;">Cardenal Richelieu</span></b> volvieron a emplazarlo en El
Hierro. Aunque años más tarde quedaría fijado definitivamente en la ciudad inglesa
de <b><span style="color: blue;">Greenwich</span></b>, El Hierro es conocida como la isla del meridiano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo cierto es que es un lugar
maravilloso donde perderse, lejos de las aglomeraciones de turistas que
abarrotan destinos a los que no apetece volver.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La carretera que bordea el <b><span style="color: blue;">Mar
de las Calmas</span></b> muere en el <b><span style="color: blue;">Parador</span></b>, un alojamiento situado en uno de
los lugares de mayor tranquilidad que he conocido y todo un acierto para
establecerlo como campamento base desde el que conocer toda la isla. Desde allí
se divisa el <b><span style="color: blue;">Roque de la Bonanza</span></b>, un islote de caprichosas formas
esculpidas por la lava y se escucha el continuo embate de las olas de espumas blancas
sobre las piedras negras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizd2KEAA8gxHLJqszBB4K_2FWW5k7f51OBrzvdUDGhDwF_21vdvlzSMAFJkAXPHp6oxrDtE5BQ-DaRcDEFYsCLeC8f5OPb0EYph_29uY_UrL8S2wrLP3MpUayCCRDl18MgzxNo9K3nvzW4/s1600/Tabaibas+en+el+Mar+de+las+Camas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizd2KEAA8gxHLJqszBB4K_2FWW5k7f51OBrzvdUDGhDwF_21vdvlzSMAFJkAXPHp6oxrDtE5BQ-DaRcDEFYsCLeC8f5OPb0EYph_29uY_UrL8S2wrLP3MpUayCCRDl18MgzxNo9K3nvzW4/s640/Tabaibas+en+el+Mar+de+las+Camas.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Tabaibas en el Mar de las Calmas</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las montañas se precipitan sobre
el océano creando muchos paisajes que admirar y <b><span style="color: blue;">miradores</span> </b>para hacerlo.
Justo sobre el Parador nos encontramos dos: el de <b><span style="color: blue;"><span style="background-color: white;">Isora </span></span></b>y el <b><span style="color: blue;">de las
Playas</span></b>, magníficos balcones donde las laderas se deslizan de forma abrupta
hacia el Atlántico. Pero la isla está repleta de lugares donde calmar la vista.
En el <span style="color: blue;"><b>Mirador de la Peña</b>, <b>César Manrique</b></span> volvió a dejar señal de
su genialidad diseñando un restaurante de panorámicas envidiables. Desde el de <b><span style="color: blue;">Jinama</span></b>
se admira todo el <b><span style="color: blue;">golfo de Frontera</span></b>, donde se agrupan buena parte de los
caseríos de la isla. Para acceder al <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">Mirador de El Julán</span></b> hay que
conducir por una estrecha carretera que se adentra en un magnífico bosque de
pinares canarios, rezando -aunque no seas creyente- en cada una del centenar de
lentas curvas para no encontrarte con ningún circulando en sentido contrario.
Desde allí se divisa el inhóspito sur de la isla, laderas de lava sin apenas
casas ni habitantes a lo largo de varios kilómetros.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1dIACb-SoWzD2uqs3EHxJxuef1ADx4EUW-1G-PcZJCff4vJQ6_6YPFsuyoaicWzGkSZPHhDOh-vfVAxxVy7BGIF5XIcMBFSuWAupfpR0sppd3XrShqBzk64QLilFRl0DF1P4socSvKpav/s1600/El+Mar+de+las+Calmas+desde+el+Mirador+de+Isora.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1dIACb-SoWzD2uqs3EHxJxuef1ADx4EUW-1G-PcZJCff4vJQ6_6YPFsuyoaicWzGkSZPHhDOh-vfVAxxVy7BGIF5XIcMBFSuWAupfpR0sppd3XrShqBzk64QLilFRl0DF1P4socSvKpav/s640/El+Mar+de+las+Calmas+desde+el+Mirador+de+Isora.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">El Mar de las Calmas desde el Mirador de Isora</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En El Hierro podemos encontrar paisajes
volcánicos de extrema belleza. La palabra española <span style="color: blue;"><b>malpaís</b> </span>existe
también en otros idiomas para definir una zona volcánica de rocas poco
erosionadas de difícil paso e inútil para la agricultura. En la isla hay tres
malpaíses que son una gozada para los ojos. El camino de apenas un kilómetro
que nos lleva desde el precioso pueblecito costero de <span style="color: blue;"><b>Tamaduste</b> </span>hasta el
<b><span style="color: blue;">Roque de las Gaviotas</span></b>, atraviesa un paisaje de rocas que dibujan
esculturas irreales y diminutas calas donde el baño es imposible pero los
acantilados de basalto son maravillosos.</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVWHw77Oh5VqTC8I-wnRudp0UjX_9hU3lev12f4_SENYvcl4DQhh2r1dzcioWlXybZs3-cSGYIlfLO8FukSQiJlFzl0MFtZFl73iF7FuEetqz-t_SMO2D6_Ylt-gG3QwpX0SxzfDfE63T-/s1600/Malpa%25C3%25ADs+junto+al+Roque+de+las+Gaviotas.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVWHw77Oh5VqTC8I-wnRudp0UjX_9hU3lev12f4_SENYvcl4DQhh2r1dzcioWlXybZs3-cSGYIlfLO8FukSQiJlFzl0MFtZFl73iF7FuEetqz-t_SMO2D6_Ylt-gG3QwpX0SxzfDfE63T-/s640/Malpa%25C3%25ADs+junto+al+Roque+de+las+Gaviotas.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Malpaís junto al Roque de las Gaviotas</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para llegar a la preciosa <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">Playa de
El Verodal</span></b>, una de las dos que hay en la isla- la otra con la que compite
en belleza es la de <b><span style="color: blue;">Temirijaque</span></b>-, hay que conducir por un camino de
tierra entre paisajes marcianos. Y el tercer malpaís imprescindible se llama <b><span style="color: blue;">Los
Lajiales</span></b> y se encuentra camino de la <span style="color: blue;"><b>Cala de Tacorón</b>,</span> donde el magma
se solidificó dibujando formas anulares y encordadas de tonos diferentes y una
belleza indescriptible.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilTF0abdhud33QaCiPcHzCf1oq7L5_S8uGzftqifqzdekPiKdTUxqJg3v3fO0ZLImJMksxOnZR1RAlBToglBzJusAqtmz-9lkExB_5hywQsh_O07KoocqNHRlGpPj9YuBYcBqQ6ydDcnzA/s1600/El+Lajial.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilTF0abdhud33QaCiPcHzCf1oq7L5_S8uGzftqifqzdekPiKdTUxqJg3v3fO0ZLImJMksxOnZR1RAlBToglBzJusAqtmz-9lkExB_5hywQsh_O07KoocqNHRlGpPj9YuBYcBqQ6ydDcnzA/s640/El+Lajial.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">El Lajial</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El Hierro es una isla de
miradores, malpaíses y también de <b><span style="color: blue;">charcos</span></b>, como llaman aquí a esas
piscinas, a veces completamente naturales y en otros casos diseñadas por el hombre,
donde lugareños y turistas pueden disfrutar de baños marinos en una costa
abrupta. De todos ellos, el más impresionante es <b><span style="color: blue;">el Charco Azul</span></b>, uno de
esos lugares de ensueño del que es imposible no enamorarte, una impresionante
piscina totalmente natural construida por la erosión de las olas sobre un tubo
volcánico, creando una poza de aguas turquesas bajo una gruta de rocas de
basalto. A poca distancia nos encontramos con el <span style="color: blue;"><b>Charco de los Sargos</b> y </span><b><span style="color: blue;">La
Maceta</span>, </b>donde relajarnos con la frescura del agua mientras contemplamos los
<b><span style="color: blue;">Roques de Salmor</span></b>, uno de esos imposibles paisajes de nombres extraños que
podría parecer salido de El señor de los anillos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw5fRx0hehdfKJtZBP02isJ9621zG9rYLVev_skI790BwgobcdWssx2FXHquSoOQTu9CUoMzZ3tniS5z_K35Q82a7u7S7X5z5YK87y2twx8SPAhr5LZAqDpDpOMhYaEP58Q9ij99jXwigh/s1600/El+charco+azul.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw5fRx0hehdfKJtZBP02isJ9621zG9rYLVev_skI790BwgobcdWssx2FXHquSoOQTu9CUoMzZ3tniS5z_K35Q82a7u7S7X5z5YK87y2twx8SPAhr5LZAqDpDpOMhYaEP58Q9ij99jXwigh/s640/El+charco+azul.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">El charco azul</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al noreste de la isla, nos
encontramos el <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">Pozo de las Calcosas</span></b>, que visto desde arriba es un
piscina encerrada entre los caprichosos dibujos concéntricos de las coladas de
lava. La panorámica es aún mejor desde el <b><span style="color: blue;">Restaurante las Calcosas</span></b>.
Comer en una de sus escasas tres mesas es lo más parecido a hacerlo en la casa
de tu madre. La señora nos avisó de que solo podía ofrecernos <b><span style="color: blue;">lapas, queso,
papas arrugadas con mojos</span></b> y pescado, platos que pueden resumir lo básico de
la gastronomía herreña. Apareció con un sargo y un peto, y hubo discusiones
para decidir cuál de los dos pescados nos gustaba más…. o el alfonsito, un pez
rosáceo de ojos saltones, que saboreamos en el puerto de <b><span style="color: blue;">La Restinga</span></b>. Y
es que los nombres y las especies de peces canarios son muy diferentes a los
“peninsulares”.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Otra delicia gastronómica de la
isla es la <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">quesadilla</span></b>, un pastel de bizcocho, queso y almendra. Dicen
que las mejores las hacen <b><span style="color: blue;">Adrián Gutierrez e hijas</span></b> en la villa de
<span style="color: blue;"><b>Valverde</b></span>. Cuando fuimos a comprar fueron muy amables y nos enseñaron el horno
donde las hacen.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZJSwo1HcnPJHmLzNK2KcxIv4HDSI7FEVU5Oa9S7caRXNip9T5c7YAFRvAwmuHqSQLxNUBXY5ARvKk2_-zSsYEByeZUBKout6lg7jnXauauKsy5HBgqbj1fk8nxNDo30Iou3JzrrYwW178/s1600/El+faro+de+Orchilla.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZJSwo1HcnPJHmLzNK2KcxIv4HDSI7FEVU5Oa9S7caRXNip9T5c7YAFRvAwmuHqSQLxNUBXY5ARvKk2_-zSsYEByeZUBKout6lg7jnXauauKsy5HBgqbj1fk8nxNDo30Iou3JzrrYwW178/s640/El+faro+de+Orchilla.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">El Faro de Orchilla</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y por supuesto… no puedes irte de
El Hierro sin visitar el <b style="background-color: white;"><span style="color: blue;">Faro de Orchilla</span></b>, el fin del mundo conocido de
la antigüedad. La estrecha carretera curvea a lo largo de un paisaje
espectacular, inhóspito, donde solo se escucha el sonido del viento. El faro se
alza junto al cono de un viejo volcán y el paisaje se pinta con las diversas
tonalidades ocres de la arena y las coladas de lavas , moteado por los puntos
verdes de las <b><span style="color: blue;">tabaibas</span></b>, unos arbustos de belleza austera que crecen
solitarios en el litoral de toda la isla.<br />
<br />
<div style="text-align: start;">
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license"><img alt="Creative Commons License" src="https://creativecommons.org/images/public/somerights20.png" style="border-width: 0px;"></a></div>
<div style="text-align: start;">
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dc:title" rel="dc:type" xmlns:dc="http://purl.org/dc/elements/1.1/">dormidasenelcajondelolvido</span> by <a href="http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">José María Velasco</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License</a>.</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-38786650505850647842019-11-24T22:52:00.000+01:002019-11-24T22:52:10.712+01:00A María Castro, mi madre. In memoriam.<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando pienso en ti la primera
palabra que me viene a la cabeza es bondad, en el sentido más amplio que
conozco. Todos sabéis que María era una buena persona, una madre de una dulzura
infinita, generosa, una mujer muy familiar que siempre tuvo a la familia presente
en sus pensamientos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Recuerdo el día en el que le dije
que estaba pensando irme lejos de casa. A mis 18 años sabía que para ella su
único hijo era la mayor ilusión de su vida (sentía un amor maternal que llegaba
hasta extremos que, incluso para mí, eran difíciles de entender). Su respuesta
fue otro ejemplo de generosidad: “aunque me dará mucha pena que te vayas a
Barcelona, estaré contenta porque será lo mejor para ti”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Era una mujer muy sencilla, de
palabras muy simples, de expresiones que había heredado de su familia y que a
mi me gusta repetir a mi hija como un pequeño legado: Más se perdió en Cuba,
buenos días si me ”convías”… Esta Navidad echaremos de menos las canciones que
nos cantabas de carrerilla, los poemas que nos recitabas de memoria. Aunque la
memoria empezó a fallarte hace ya mucho tiempo nunca los olvidaste, los
aprendiste en tu infancia, esa infancia cruel que viviste en los conventos de
la posguerra, mientras tu madre sufría condena en una cárcel franquista. Tu
viste cómo se la llevaban detenida, una mañana de febrero que siempre imagino
fría. Recuerdo tus lágrimas el día en el que me lo contaste entre susurros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3ISjFz_Fw1Xjpl0Jk9vjte-T7ZAD6v3kMNOjZnMiNCUOJYC2Z5OpZgf-U72fseu-h97q3BbsEYZLpCoTp3mrFiScb5KB1Q9jKJQy_HbMfQi_javyvD87zfIS9lfrlELMOe115nZOqtZON/s1600/17504979_10207986130883934_4129626667713167719_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="634" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3ISjFz_Fw1Xjpl0Jk9vjte-T7ZAD6v3kMNOjZnMiNCUOJYC2Z5OpZgf-U72fseu-h97q3BbsEYZLpCoTp3mrFiScb5KB1Q9jKJQy_HbMfQi_javyvD87zfIS9lfrlELMOe115nZOqtZON/s400/17504979_10207986130883934_4129626667713167719_o.jpg" width="263" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuentan que durante la guerra
cantabas nanas para no escuchar los aviones. Formaste parte de una generación
que se acostumbró a la resignación, al sufrimiento, a la pobreza sin trasladar
ningún odio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Recuerdo la alegría que te producían
mis visitas a Málaga en los primeros años. Habías ido esa mañana a la
peluquería para que tu hijo te viera bien peinada, con tu permanente bien
puesta. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo fui muy feliz viendo tu cara
de felicidad la mañana que abrazaste por primera vez a tu única nieta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace unos pocos días leí unas
palabras de <b>Joan Margarit</b> con motivo del premio Cervantes que le acaban
de otorgar. <i>¿Qué es la poesía?</i> se preguntaba a si mismo. Su respuesta me
pareció maravillosa: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>Una herramienta
quizá de las más efectivas en los momentos peores de nuestra vida. Por mucho
consuelo que tengas, llega un momento en que estás solo y sólo tienes a tu
disposición la poesía.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Anoche fui a mi pequeña
biblioteca en busca de ese consuelo. Mi propósito se me antojaba difícil: encontrar
un poema que reflejara mis sentimientos, sin entrar en tópicos. No sé si fue el
azar o esa magia inexplicable con la que a veces suceden ciertas cosas. Abrí el
primer libro que cogieron mis manos, <b>Ya no es tarde</b> de <b>Benjamín Prado</b>,
por una de sus ultimas páginas y allí me encontré este hermoso poema del que he
seleccionado algunos versos. Al leerlo la bombilla parpadeaba, la única explicación
lógica es que empieza a gastarse o se produjo una mala conexión, pero en la
lectura entrecortada por la iluminación de estos versos, sentí cómo mi piel se
erizaba y una extraña comunión con las palabras y con mis sentimientos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Su viva imagen<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>-Eres su viva imagen, me decían<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sin sospechar entonces que esas cuatro palabras<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>iban a ser ahora mi condena.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>No tengo dónde huir, dónde esconderme:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sus ojos están dentro de mis ojos;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>su apellido es el mío<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>como el nombre de un barco en el fondo del mar.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>El tiempo sólo cura aquello que se puede<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sustituir y yo no siento nada<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>que no sintiese antes<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>cualquiera en cuyas venas ha bebido la muerte:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>la grieta de la angustia,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>la plaga de los verbos en pasado;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>los recursos que buscan su lugar en la vida.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Es tan raro saber que no volveré a verla<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>y los demás<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>seguiremos entrando en restaurantes,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>cines,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>supermercados,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>estaciones de tren…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Ahora que mi madre no está<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>guardaré sus palabras, custodiaré sus huellas;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>y jamás voy a darla por perdida:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>la memoria es el margen de error del olvido.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>La imagino en una época en que yo no exitía,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>haciendo cosas<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>que nunca le vi hacer: enamorarse,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>bailar, romper las reglas, ser feliz;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>y a veces me pregunto<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>si fue siempre la misma mujer que conocíamos,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>tuvo tan claras sus obligaciones.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>donde estaba su sitio,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>de qué infierno no era decente escapar.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Antes de la morfina y el delirio,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>de que fuera quedándose sin caminos de vuelta,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sin puentes que cruzar,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sin esperanza.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>No sé cómo explicarlo:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>los recuerdos te siguen: pero cuando te vuelves,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>nunca están ahí.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Las cosas no se pierden cuando desaparecen,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>sino cuando las dejas de buscar.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Miro su anillo;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>miro sus fotos<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>y soy yo:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>puedo ver nuestra cara, nuestras manos…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>Y eso que era mi orgullo, ahora es mi condena;<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>ser hoy que ya no está su viva imagen,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>ser su eco,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i>su huella.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Cuando recordamos a los ausentes, resucitamos su presencia. Sin las
palabras, los recuerdos, los que nos ayudan a mantenerlos cerca. Por eso me
gusta escribir sobre los que ya no están, sobre mi familia, mi abuela, mi tía,
mi prima y ahora mi madre. Como algunos sabréis, llevo tiempo, intentando
escribir la historia de mi abuela. En ella aparece también mi madre María. Hoy
he querido traer este texto aquí:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>La mañana se colaba a raudales
por el ventanal del pabellón de lactantes dibujando su luz sobre el suelo
ajedrezado de baldosas blancas y negras. La mayoría de las reclusas
aprovechaban el descanso para cuidar de sus hijos al abrigo del sol del último
día del otoño. A diferencia de la oscuridad de las celdas donde malvivían el
resto de las presas, la claridad inundaba la sala y la convertía en un fugaz
paraíso.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>María observaba a su pequeña
que, dormida en el regazo, sonreía envuelta en la delgada manta. Dentro de la
cárcel una sonrisa es el mayor de los tesoros y la cara radiante de la criatura
le parecía una enorme puerta abierta al campo. Se agarraba con fuerza a su
presencia para sobrevivir a un castigo al que el bebé también parecía
rebelarse. La llamaban la “tres minutos” porque no podía permanecer quieta más
tiempo. Había heredado el genio alegre de su madre y un carácter que a los ocho
meses ya era difícil de domar, pero, adormecida por la tibieza del mediodía, se
mostraba tranquila.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>María aprovechaba cada una de
esas pausas para dejar que sus pensamientos volaran muy lejos, sin dirección
aparente. Miraba hacia la luz con los párpados cerrados, cuando se abrió la
puerta que había al fondo de la estancia. Por ella aparecieron las amplias alas
blancas de una de las hermanas de las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paul: la realidad tiesa y almidonada que regía la vida en la cárcel. En sus
manos llevaba un paquete de cartas que iba repartiendo entre sus compañeras. Al
oír sus nombres se levantaban a recoger las noticias que llevaban días
esperando y que representaban el único y delicado hilo umbilical que las
mantenía en contacto con el exterior, una larga retahíla de besos y promesas
con los que combatir el olvido. Cuando ya solo le quedaba una por entregar,
hizo una larga pausa antes de pronunciar el nombre de la última destinataria.
María lo adivinó mucho antes porque los ojos oscuros de la monja no habían
parado de escrutar su mirada desde que entró en la sala. No supo adivinar si
sus palabras eran un cumplido o una amenaza.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>—Tienes unas hijas muy guapas.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Como siempre, el sobre estaba
abierto. Contenía un pequeño trozo de intimidad censurada, una hoja de papel
doblaba por la mitad que, esta vez, guardaba entre sus pliegues una fotografía.
Mariquita, a sus ocho años, tenía la mirada seria de las hermanas mayores
mientras apretaba la mano de Encarnita, dos años más pequeña. Posaban muy
juntas delante del tronco delgado de un árbol en una calle imprecisa de
Granada. Al fondo, las siluetas borrosas de varias personas eran sólo manchas
oscuras que se alejaban caminando por la acera junto a un automóvil aparcado en
una esquina del encuadre.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Las habían vestido con las
ropas del domingo, con unos abrigos que no conocía y que debía haber cosido su
madre. ¿Qué sacrificios habría tenido que hacer la pobre Antonia para que sus
nietas no pasaran frío? ¿De dónde habría sacado el dinero con el que comprar el
paño? El de su hija mayor era oscuro, tenía cuatro botones plateados y unas
solapas redondas. Encarnita vestía uno más claro, con tonos de un color
diferente en los cuellos y en los puños, y mostraba esa mirada traviesa de las
niñas enfadadas.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Debajo de los abrigos
abrochados hasta el cuello apenas sobresalían unos vestidos a cuadros y unas
piernas muy delgadas que acababan en unos calcetines blancos dentro de los
zapatos gastados. Al verlas, casi pudo percibir el frío del día gris y otoñal,
el desamparo en sus miradas que no podían esconder la pena imborrable de los
niños nacidos con la guerra, esa expresión de orfandad que tienen los que han
sido privados de sus madres. <o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Al girar la imagen se encontró
unas palabras escritas a lápiz, un mensaje de su hija mayor que ocupaba todo el
reverso: “Querida mamá me alegraré que te encuentres bien. Nosotras bien Gª a
Dº. María te mandamos una foto para que nos beas y mil besos gordos de los
agüelitos y los tíos. Adiós, mamá”. Detrás de la nerviosa caligrafía infantil de
su hija se rebelaba el dictado intencionadamente cariñoso de la abuela, las
frases justas que debían transmitir el consuelo de una remitente que no la
olvidaba. Aunque las lágrimas humedecían sus ojos, María estaba feliz: aquella
carta era un salvoconducto para la esperanza…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Era difícil devolverte esa enorme
cantidad de generosidad y cariño que me dabas, que nos dabas a todos. Esa fue
una de las primeras lecciones que aprendí en la vida: en eso era imposible
competir contigo, estar a tu altura. Pero ahora quiero decírtelo aquí por última
vez, aunque tú lo sabías: te quiero mucho, te he querido mucho más de lo que te
lo he dicho, te queremos todos. Me alegra descubrir en mi alguna de tus cosas
buenas y sobre todo y muchas más en tu nieta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Siempre estarás en nuestra
memoria.<o:p></o:p></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-6862790458595644462019-10-24T20:33:00.002+02:002019-10-24T20:33:50.294+02:00Los girasoles ciegos<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Quince años después de mi primera
lectura me acerco a <i>Los girasoles ciegos</i> y descubro un libro de líneas subrayadas,
de párrafos enteros marcados por el amarillo ya gastado del rotulador. De
inmediato me sumerjo en las historias tristes de sus personajes y el grato
recuerdo se vuelve realidad y, en el presente, concluyo que estoy disfrutando
de uno de los mejores libros que haya leído nunca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me embargan los sentimientos de
sus personajes derrotados, a los que ni siquiera el escritor puede salvar de su
destino y sufro con sus dudas, sus miedos y sus penas, que conocemos no solo por
las diferentes voces narradoras, sino también a través de sus cartas, sus
diarios abandonados, que Alberto Méndez, su autor, mezcla con una habilidad que
está a la altura de muy pocos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En menos de 150 páginas nos
cuenta cuatro historias que aparentemente no tienen ninguna relación. Más
tarde, cuando ya es casi imposible no devorar con un placer exquisito cada una
esas páginas, descubres que todas están relacionadas. Quizás la más conocida
sea la última, la que da título al libro y fue llevada al cine, pero yo
prefiero la primera de ellas, la del capitán que no quería formar parte de la
victoria y en una de sus cartas duda: “tendremos que elegir entre una guerra o
conquistar un cementerio”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El libro es un ajuste de cuentas
con los vencedores y una justificación llena de ternura de los vencidos. “<i>Finalmente
viéndoles guerrear como quien ayuda al vecino a cuidar un familiar enfermo, la
idea de que eran hombres nacidos para la derrota convirtió a aquellos
milicianos en un inventario de cadáveres. Siempre lleva las de perder el que
más muertos sepulta”.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No se puede contar más con menos
palabras, insinuando otras muchas cosas que un lector inteligente se encargará
de deducir o investigar, porque todo está muy cuidado, incluso el vocabulario.
Como en mis lecturas infantiles, tuve que acudir al diccionario para precisar
ciertos significados: várgano, agrimensor, enteco, abacero, tahalí, falleba,
moharra… cuyo descubrimiento ilumina la lectura, aunque se pueden deducir por el
contexto; o acudir a internet para situar en el mapa esos minúsculos pueblos de
nombres que parecen inventados, pero de los que la cartografía se encarga de
confirmar su existencia. La riqueza del lenguaje se mezcla con la sencillez de
su narrativa, repleta de frases cortas, simples, pero magníficamente
construidas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El sabor más profundo se
encuentra en los matices, en los pequeños detalles que llenan sus páginas, en
la geografía precisa de las calles, el detallado itinerario de la camioneta que
traslada al capitán desde el frente cercano al centro de Madrid, la diferencia
entre los desarrapados milicianos del frente y los soldados perfectamente
uniformados de los edificios oficiales, el cajón sin entoldar del camión o el reloj
de su abuelo, que no era uno cualquiera, sino un Roskov o simplemente en la
poesía de las descripciones: “Bajo un aire tibio, transparente como un aroma,
Madrid nocheaba en un silencio melancólico alterado sólo por el estallido
apagado de los obuses cayendo sobre la ciudad con una cadencia litúrgica, no
bélica”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Más allá del Capitán Alegría que
decide rendirse a los que van a perder la guerra al día siguiente, nos
encontramos con otros personajes que nos enamoran por su sufrimiento: el joven
poeta que huye a través de las montañas y, tras la muerte de su mujer en el
parto, malvive sus últimas semanas junto al hijo recién nacido en una cabaña
rodeada por un paisaje de hambre y nieve; Juan Senra, el profesor de chelo que,
como Sherezade, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alarga su vida unos días
contando falsas historias heroicas sobre la estancia en la cárcel de Porlier
del hijo del coronel que debe condenarlo a muerte; o la del niño que ve cómo su
padre, un profesor de literatura de instituto, sufre, desde el armario en el
que se ve obligado a esconderse para sobrevivir, el acoso a su mujer por parte
de un lujurioso diácono, traumatizado por los acontecimientos de los que formó
parte durante la Gloriosa Cruzada. Nos encontramos a personajes que en la
dureza de la derrota mantienen lo más importante: la dignidad, porque como
confesó su autor: "Hay momentos en los que no tienes que elegir entre la
vida y la muerte, sino entre la dignidad y otra cosa. Yo he querido hacer un
canto a la dignidad".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSs4BnBt6RzQWPIq8gvtwTgs98NnGOxLJ4q3Mdy3vsTWngowvto6w_iJCE2YbTTSbY03i5LjpMWyyYVrUDaFWtxffRYBkP8guH3IPaANAzvpoRee-rSFWi8mG5nE-3k-gtYz4yc1Esd2g3/s1600/1412517630_138120_1412517978_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="319" data-original-width="560" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSs4BnBt6RzQWPIq8gvtwTgs98NnGOxLJ4q3Mdy3vsTWngowvto6w_iJCE2YbTTSbY03i5LjpMWyyYVrUDaFWtxffRYBkP8guH3IPaANAzvpoRee-rSFWi8mG5nE-3k-gtYz4yc1Esd2g3/s400/1412517630_138120_1412517978_noticia_normal.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En el momento en el que, años
después, cerré por segunda vez la última página de <i>Los girasoles ciegos</i> reviví
un sentimiento: la rabia por no poder leer nada más de Alberto Méndez, un
traductor, guionista y editor que, aunque siempre estuvo relacionado con la
literatura, publicó su primera y única novela a los 63 años. Meses más tarde un
cáncer le impidió vislumbrar el éxito que iba a venir: los premios de la
Crítica o el Nacional de Narrativa, el medio millón de ejemplares vendidos en
sus más de cuarenta ediciones, la película y el favor de un público que no se
ha cansado de leer <i>Los girasoles ciegos</i>. No se me ocurre mejor obra para
formar parte del temario de literatura de los institutos. Hace unos meses los
nietos del franquismo, que vuelven a rozar el poder político, lo sacaron del temario
en Andalucía. Por eso, ahora más que nunca, su lectura para los que no lo
conocen o su relectura para los que quieran volver a disfrutar de este libro
maravilloso, es casi obligada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En una entrevista le preguntaron a
Méndez sobre la nota biográfica que aparecía en la solapa de la novela, donde
no constaba ningún libro anterior. Su respuesta me conmueve: “La verdad es que
no he tenido tiempo. Sumando los hijos, el trabajo... el tiempo libre llega muy
tarde.”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mientras escribo este texto leo
uno de Antonio Muñoz Molina sobre Cesare Pavese, en el que recuerda una frase
del escritor italiano que me ilumina: “La verdadera impresión de las cosas
inolvidables no sucede la primera vez que las encontramos, sino la segunda”.
Pues eso…<o:p></o:p></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-47691482184327938342019-09-11T12:30:00.000+02:002019-09-11T12:30:01.425+02:00Voces de Chernóbil<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El premio Nobel sirve a veces para poner el foco en
maravillosos escritores que nos resultaban lejanos por la lengua o la
geografía, pero cuando en 2015 se lo otorgaron a la escritora bielorrusa <b>Svetlana Alexiévich</b> pasó para mí desapercibida.
Las películas y las series de televisión tienen hoy una enorme capacidad para despertar
nuestra atención sobre algunos acontecimientos. Ha sido la magnífica serie de <b>HBO Chernobyl</b> la que me ha acabado por
acercar a esta obra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Voces de Chernóbil, crónica del futuro</b> </i>resulta inclasificable. En
la portada del libro se anuncia claramente, aunque con letra pequeña, como un
ensayo. No me gustan las etiquetas, esas eternas divagaciones sobre la realidad
y la ficción. A mí lo que me gusta es que me cuenten historias que logren
emocionarme. Como describe la propia Alexiévich en este libro, “la literatura
cedió su lugar ante la realidad” y ella decidió darles el protagonismo de la
narración a los personajes reales que vivieron y sufrieron la historia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Se trata de la voz narradora
posiblemente más poderosa que haya leído nunca. A través de las entrevistas, presentadas
como monólogos, nos revela la realidad desde muchos y diferentes puntos de
vista. La vemos a través de los ojos de la esposa del bombero que se enfrentó a
un desastre del que desconocía las dimensiones, como también las desconocían
los diversos científicos: ingenieros, físicos, biólogos, químicos… que no
podían aceptar que la ciencia había fallado. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En mitad de una gigantesca
conmoción no hallaban las respuestas para preguntas que nunca habían osado
hacerse. El accidente de la central nuclear de Chernóbil abrió una enorme
grieta en la dictadura soviética, hizo añicos la irrealidad utópica del relato
oficial sin que lograran encontrar las palabras que definieran la verdad. Como
en una antigua tragedia griega, los héroes se enfrentan a retos imposibles que
son recordados por un coro de voces: viudas, hijos, vecinos evacuados, madres,
médicos, periodistas, historiadores, políticos… De todos ellos Alexiévich <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sabe captar la sensibilidad por los pequeños
detalles y lo hace desde la complicidad y compromiso de una periodista que pone
al lector dentro de lo que pasó.<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ15q7UCy264ogDIM-LhXbEWTuFxlu-1UsWR8LblPYKNq1U4WIxJS2_o66wi6WDqPkdbq4pTaAb1Fls3IlFjFQ6AtKqFR0LYw1J6YXBwX5RZU_qdimZsVLvoIFiIfqUzFVTRlroT2HQFih/s1600/ch.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="308" data-original-width="465" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ15q7UCy264ogDIM-LhXbEWTuFxlu-1UsWR8LblPYKNq1U4WIxJS2_o66wi6WDqPkdbq4pTaAb1Fls3IlFjFQ6AtKqFR0LYw1J6YXBwX5RZU_qdimZsVLvoIFiIfqUzFVTRlroT2HQFih/s1600/ch.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El segundo monólogo, el de la
propia escritora, me parece el más impresionante de todos porque nos explica el
motivo de su libro: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me dedico a lo que he
llamado la historia omitida, las huellas imperceptibles de nuestro paso por la
tierra y por el tiempo. Escribo y recojo la cotidianidad de los sentimientos,
los pensamientos y las palabras. Intento captar la vida cotidiana del alma. La
vida de lo ordinario en unas gentes corrientes. Aquí, en cambio, todo es
extraordinario: tanto las inhabituales circunstancias como la gente, tal como
les han obligado las circunstancias, elevándolos a una nueva condición al
colonizar este nuevo espacio.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 51.75pt; text-align: justify;">
Ante una
desgracia que no pueden entender, sus personajes deambulan por un mundo
paralelo, continúan sus vidas, arando los campos, comiendo comida radiactiva,
viendo cómo el paso del tiempo va dejando horribles huellas en los cuerpos
porque, como describe uno de los personajes, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en la vida las cosas terribles ocurren en silencio y de manera natural.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 51.75pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 51.75pt; text-align: justify;">
Y con esa
naturalidad y esa voz tan creíble Alexiévich nos cuenta una historia que muchas
veces no resulta amable leer –sobre todo en mitad de unas vacaciones
estivales-, pero que nos atrapa por su realismo sencillo, alejado de la
grandilocuencia y el dramatismo con las que se cuentan a veces este tipo de
historias <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 51.75pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">De pronto, se encendió
cegadora la eternidad<o:p></o:p></i></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-76522222479066925872019-05-27T21:21:00.001+02:002024-01-27T18:44:40.867+01:00Pequeño homenaje a uno de los últimos brigadistas<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando en 1936 estalló la guerra
en España 35.000 hombres y mujeres de más de 50 países se alistaron en la lucha
contra el fascismo y vinieron a nuestro país, desde todos los rincones del
mundo, a combatir en defensa de la República.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El 28 de octubre de 1938 los
altavoces en Barcelona anunciaron su despedida con solo 20 minutos de
antelación. El enemigo ya estaba cerca y la prudencia era necesaria. En pocos
minutos las calles se llenaron y más de 20.000 personas acudieron al desfile de
los 6.000 brigadistas que se marchaban. Muchos de sus compañeros caídos
quedaban en España para siempre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En su discurso, Dolores Ibárruri
la Pasionaria, apenas contenía la emoción:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
“Cuando los años pasen y las
heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días
dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de
bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria
libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos;
habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Contadles cómo, atravesando mares y montañas,
salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos
deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como
cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia
de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo:
cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a
nosotros a decirnos: «¡Aquí estamos»!, vuestra causa, la causa de España es
nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva”.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8Trjopzy3ZePg1LeA0WNakzxEuUg362YG5qiK0Iwxyi8rOCvBaY08RbfYBnyQ9ge4tT4c65JwnQBpXica0qsiZ9HhuE-Zb7sTgt2zpR7Fvrdgb-pmBfzQcWIQfw3yI2x30UWH_w81bDhq/s1600/AD00818.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1289" data-original-width="1600" height="321" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8Trjopzy3ZePg1LeA0WNakzxEuUg362YG5qiK0Iwxyi8rOCvBaY08RbfYBnyQ9ge4tT4c65JwnQBpXica0qsiZ9HhuE-Zb7sTgt2zpR7Fvrdgb-pmBfzQcWIQfw3yI2x30UWH_w81bDhq/s400/AD00818.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fotografía de Robert Capa sobre el acto de despedida de las Brigadas Internacionales<brigadas internacionales="" td=""></brigadas></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En la despedida se les prometió
la nacionalidad española a todos ellos, pero la promesa tardó más de 58 años en
cumplirse. En noviembre de 1996 el Parlamento español por fin lo hizo. Eran los
primeros meses del gobierno del que se iba a convertir en el peor presidente de
nuestra democracia. José María Aznar se negó a recibirlos, al igual que otras
autoridades del Partido Popular que se inventaron las más peregrinas excusas.
Pero el pueblo español les brindó el homenaje que se merecían.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo estuve en las gradas del viejo
Palau d’Esports de Barcelona la noche emocionante en la que recibieron el
cariño de la ciudad que los había despedido, en el preludio de la derrota, casi
seis décadas antes. Durante más de una hora, aquellos poco mas de 300 ancianos y ancianas volvieron
a desfilar felices –algunos de ellos con evidentes problemas de salud- entre
los aplausos entusiastas de una multitud que llenaba el recinto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al final del acto arreció la
lluvia y una improvisada cadena de voluntarios ofrecimos nuestros paraguas para
acompañarles a los autobuses. Aún recuerdo el brillo en sus miradas orgullosas
y su generoso agradecimiento, la felicidad por servirles de ayuda aunque solo
fueran unos segundos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entre las historias de este blog
aparecen las de algunos brigadistas como el holandés Frederik Stolk <a href="http://bit.ly/2VTRrrB">http://bit.ly/2VTRrrB</a> , el francés André Malraux
<a href="http://bit.ly/2X5gdXa">http://bit.ly/2X5gdXa</a>, el belga Paul
Nothomb <a href="http://bit.ly/30M8QWO">http://bit.ly/30M8QWO</a>, el inglés
George Orwell <a href="http://bit.ly/2X9mXmT">http://bit.ly/2X9mXmT</a>, la rusa
Elizaveta Parshina <a href="http://bit.ly/2woCCmp">http://bit.ly/2woCCmp</a>, y otras muchas que permanecen en mi lista de intenciones a la espera del momento
oportuno.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Una me ha parecido maravillosa y no puede esperar más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace unas semanas leí en una red
social la noticia del fallecimiento del último brigadista canadiense: Bill
Krehm. Me emocionó la fotografía: sobre su ataúd reposaba una única bandera, la
tricolor republicana. Setenta y un años después de abandonar España, el amor
por nuestro país quedaba claramente reflejado en esa imagen.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta mañana he leído otro mensaje
en la misma red social que llamó mi atención de inmediato. En México uno de los
últimos brigadistas vivos pasa por delicados momentos de salud y se pedían mensajes
de apoyo y gratitud. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Virgilio Fernández ya ha cumplido
cien años. Sólo tenía diecisiete cuando estalló la guerra. Le pilló trabajando
como practicante en el Hospital Princesa de Madrid. Sin dudarlo se alistó
voluntario y lo enviaron de sanitario al frente de Somosierra. Más tarde, ya
como teniente de los servicios sanitarios de las Brigadas Internacionales se
incorporó a la columna Dombrowski, -de la que también hablo en el blog - <a href="http://bit.ly/2wmizFf">http://bit.ly/2wmizFf</a>, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>formada sobre todo por polacos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Participó en las batallas más
terribles: Guadalajara, Brunete, Belchite, intentando salvar vidas en primera
línea de combate. Cuenta cómo en la Batalla de Ebro llegaron a evacuar a más de
mil heridos diarios. La caída de Barcelona se produjo mientras trabajaba en el
Hospital de Sant Pau, donde robó una ambulancia a punta de pistola para poder
evacuar a heridos que solo podían esperar la muerte a la entrada de los
franquistas en la capital catalana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En Francia pasó meses en el campo
de internamiento de Sant Cyprien, pero pudo reencontrarse con su familia y
exiliarse a México donde pudo licenciarse en medicina. Hace apenas un año
regresó por última vez a España y recibió el homenaje de políticos como Manuela
Carmena o Pablo Iglesias.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta misma mañana yo no sabía
quien era Virgilio Fernández. A lo largo de la investigación histórica que
realicé para escribir la novela que contase la historia de mi abuela materna,
me fui encontrando con la de centenares de héroes, la mayoría de ellos casi
anónimos, que no merecen dormir en el cajón del olvido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando comencé a escribir este
blog lo hice con la idea del que lanza una botella con un mensaje al inmenso
océano de internet sin saber quién lo acabará leyendo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En estos años han ido apareciendo personas
maravillosas. Ahora que el recuerdo de los días doloridos y sangrientos se
esfuma en un presente de libertad le seguiremos hablando a nuestros hijos de
los héroes que combatieron por legarnos un mundo mejor y más libre, les hablaremos
de personas como Virgilio. Sería un honor que leyera el mensaje.<o:p></o:p><br />
<br />
Nota.- La esposa de Virgilio le leyó este texto y me dicen que le emocionó. Murió sólo unos meses más tarde, el 17 de diciembre de 2019.</div>
Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-34050070144936962772019-03-03T18:15:00.000+01:002019-12-03T08:29:58.146+01:00Oporto con los cinco sentidos<br />
<div class="MsoNormal">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">LA VISTA<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El metro conecta en media hora el
aeropuerto con el centro por 2’60 euros. Nuestra parada es Jardim do Morro. El
azar ha querido que el primer encuentro visual sea el más espectacular posible.
A la salida del túnel, mientras el vagón cruza <b>el puente de Dom Luis</b>, la ciudad se muestra a través de los
ventanales. Justo al final del magnífico puente de hierro, ya en la ribera de <b>Vilanova de Gaia</b>, la panorámica de su
vecina Oporto es inolvidable. La luz ambarina de la primera hora de la tarde se
refleja en los coloreados edificios de <b>la
Ribeira</b> y las calles que ascienden en cuestas interminables hacia <b>la Sé</b>, que es como aquí llaman a la catedral. Al otro lado del
meandro del <b>Douro</b> se alinean los <b>barcos rabelos</b>, que antiguamente
transportaban los toneles de vino desde río arriba y las bodegas, indicadas por
los rótulos de sus marcas en los tejados, la mayoría de ellos de apellidos
ingleses: Taylor, Graham, Cockburn…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbKWwio3eK8epXaBYi9rI_pE9Xqt6pBFh6oBz4qhL4Q0JVk7BoiQ04aZ4P5XodYnolamW8ke8YQ3lDsWrAph_D600jcj4t_8fdeEewMRIjq9Ez5efcsu_m9vcGqHS6O8CTQYrfpGKy5Fo2/s1600/P1040587.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="1600" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbKWwio3eK8epXaBYi9rI_pE9Xqt6pBFh6oBz4qhL4Q0JVk7BoiQ04aZ4P5XodYnolamW8ke8YQ3lDsWrAph_D600jcj4t_8fdeEewMRIjq9Ez5efcsu_m9vcGqHS6O8CTQYrfpGKy5Fo2/s640/P1040587.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Oporto también entra por la vista
en el abigarrado interior de sus <b>iglesias
barrocas</b>, cubiertas de maderas doradas, forradas de pan de oro como las de <b>San Francisco</b> o la de <b>Santa Clara</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvzIvd-6cvBIyIEVXvh3otKb581Gx-yfeXrtgUS-P7KvPNjSzgG9GWNamsCoIJCFOnSZuHc6FDAKsk9VUk7BUuLnCepOiSMNsrgMu8C-diMcQkT_AlQFQDpRFwhGnjzdcmxYstE0ss_8_c/s1600/P1040957.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvzIvd-6cvBIyIEVXvh3otKb581Gx-yfeXrtgUS-P7KvPNjSzgG9GWNamsCoIJCFOnSZuHc6FDAKsk9VUk7BUuLnCepOiSMNsrgMu8C-diMcQkT_AlQFQDpRFwhGnjzdcmxYstE0ss_8_c/s640/P1040957.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Hay tiendas maravillosas que resisten la presión de esas grandes cadenas que globalizan el mismo gusto, tiendas únicas que pueden resultar un viaje en el tiempo. Los estantes de <b>A vida portuguesa</b> son un espectáculo de
colores donde se ordenan jabones, aceites, latas de conservas, tabletas de
chocolate, juguetes de latón, brochas de afeitar, colonias y todo tipo de
productos portugueses. Compro una brocha y jabón de afeitar por 22 euros y disfruto
del olor de la pastilla y del tacto del mango de madera y del pelo de las
cerdas. A vida portuguesa, Rua de Cândido dos Reis 36.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWm3ZsA6AB4u2Fe0MvGbzcM6nUvhH916IxGKh9jZch2zGKIKNYyhaRbMZy0cEPK8zdxQBsZ_3GMH4CHBACvSZsj5_ijNfTfBvntud2Gh8zNkOZxtkI9AAIk5DmTAGGl1bGhjCe4Gty-Saa/s1600/P1040810.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWm3ZsA6AB4u2Fe0MvGbzcM6nUvhH916IxGKh9jZch2zGKIKNYyhaRbMZy0cEPK8zdxQBsZ_3GMH4CHBACvSZsj5_ijNfTfBvntud2Gh8zNkOZxtkI9AAIk5DmTAGGl1bGhjCe4Gty-Saa/s640/P1040810.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">EL OÍDO<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La palabra <b>fado</b> proviene de la latina <i>fatum</i>,
que significa destino. En la <b>Casa da
Guitarra</b> el fado destila melancolía acompañada de la musicalidad de la
guitarra portuguesa, de doce cuerdas, y de una guitarra clásica. La voz
maravillosa la pone la cantante que se presenta como Ana Margarida. Cada día
canta a las seis de la tarde durante una hora. En realidad el espectáculo dura un poco menos porque lo
acompaña una breve pausa para maridar el fado con el delicioso vino do Porto. Casa
da Guitarra, Av. Vimara Peres 72.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">EL GUSTO<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El desayuno.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>La Leitaria Quinta do Paço</b> abrió en 1920 para vender leche,
mantequilla y queso. Hoy continúa ofreciendo esos productos, pero es famosa
sobre todo por sus <i>eclairs</i> (petisús)
que son un paraíso para los sabores: el clásico de chocolate con leche, el de
frutos rojos, el de caramelo, el de
chocolate negro o el crocanti… son de una suave pasta, pero lo mejor está
dentro: la nata más deliciosa que recuerdo haber probado. Las fotos antiguas
colgadas de la pared recuerdan la elaboración y la distribución de otros
tiempos, pero la calidad permanece hoy con un precio también espectacular.
¡Delicias a sólo 1’50 euros! Leitaria Quinta do Paço, Praça Guillherme Gomes
Fernandez 47.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiln-5Se4rm6xWa3EQu0-R3Lv_Y7JP3eS7C5UG86nrTZrc039NX23UTibiVRPP_RrYFY1-HjABGt_q7bIMfD9ifWQXM-Ko3iT2gdODqI9I470mpwEDFBBVw1gp3vhpMWyZAi2w9OL6AW_y8/s1600/P1040727.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiln-5Se4rm6xWa3EQu0-R3Lv_Y7JP3eS7C5UG86nrTZrc039NX23UTibiVRPP_RrYFY1-HjABGt_q7bIMfD9ifWQXM-Ko3iT2gdODqI9I470mpwEDFBBVw1gp3vhpMWyZAi2w9OL6AW_y8/s640/P1040727.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Padeirinha Doce</b>. Su atiborrado escaparate de pasteles invita a
entrar. El ambiente interior es muy popular y escasean los turistas. Mientras
los hombres se alinean en la barra, las mujeres conversan animadamente sentadas
alrededor de las mesas. La bollería no es refinada, pero los precios son tan
populares como el establecimiento. Un café con leche con tostadas (las
portuguesas se hacen con rebanadas más gruesas de pan y son deliciosas) por
sólo 2’20 euros. Padeirinha Doce, Rúa Augusto Rosa 46.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La comida<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Taberninha do Manel.</b> Situado en Vilanova de Gaia, junto a la ribera
del Douro, donde se cocina unos de los mejores Bacalhau à brás de la zona.
También es conocido por su chorizo frito y sus empanadillas. Probamos los tres
platos y nos parecen tan ricos como las natas de postre. La camarera es todo un
personaje que derrocha amabilidad y abrazos con los clientes habituales. Taberninha
do Manel, Av Diogo Leite 308.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>A Grade.</b> Leímos que cocinan el mejor pulpo al horno de Oporto. Al
menos coincidimos en que es el mejor pulpo que hemos probado. También es
delicioso el Bacalhau de la casa, hecho al horno con verduras y patatas. A Grade, Rúa de San
Nicolau 9.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La merienda<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Café Majestic</b>. Toda ciudad que se precie elegante debe tener una <b>cafetería </b>con grandes espejos, antiguas sillas y mesas de madera oscura. El <b>Majestic</b> es un buen lugar para saborear
el magnífico café portugués. Podemos pedir un <b>galao</b> (café con leche) o <b>pingado
o pingo</b> (cortado). Aquí es casi obligado acompañarlo con una <b>rebanada</b>, una sabrosa torrija con
frutos secos. Los precios están muy por encima de la media de la ciudad, pero
merece la pena. Café Majestic, Rúa da Santa Caterina 112.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxf7kguTJ565Ow_Py_wnJMdICC3VzIexIzs9N2jmXRlPrhxcw7NYsSlKIs1qrAAxSD3j7u5CGe43YalpUHRaOnwgfTIEm9mJDdwDeuTKxa9TNNQSylWnTkRTf_CjBu3Ij_kg4vMPkdhQS7/s1600/P1040688.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxf7kguTJ565Ow_Py_wnJMdICC3VzIexIzs9N2jmXRlPrhxcw7NYsSlKIs1qrAAxSD3j7u5CGe43YalpUHRaOnwgfTIEm9mJDdwDeuTKxa9TNNQSylWnTkRTf_CjBu3Ij_kg4vMPkdhQS7/s640/P1040688.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La cena<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Café Santiago.</b> La <b>francesinha
</b>es el plato más típico de Oporto. Se trata de una auténtica bomba calórica,
un sándwich de carne, mortadela, jamón, queso, coronado por un huevo frito,
rodeado de patatas fritas y todo cubierto por una salsa que incluye no menos de
24 ingredientes. A nosotros nos parece una extraña mezcla que no nos convence
demasiado, pero que nos deja saciados. Según las encuestas populares la mejor
francesinha la preparan en el Café Santiago donde un sábado por la noche
tuvimos que hacer más de media hora de cola. Café Santiago, Rúa Passos Manuel
198.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">EL OLFATO<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Bodega Taylor.</b> Nada más cruzar las puertas de cristal que dan paso
a la penumbra de la bodega nos asalta un intenso olor a vino, una mezcla de
dulzores y humedades que enciende de inmediato la pituitaria. Las bodegas se
alinean junto a la ribera de Vilanova de Gaia. Las uvas prefieren el sol de los
valles del Alto Douro, pero los vinos de Oporto reposan mejor en la humedad del
río ya cercano a su desembocadura. Hay muchas bodegas y todas ofrecen visita
con cata incluida. Casi por azar nos decidimos por la Taylor. Su visita es algo
más cara, pero merece la pena. Es una de las más antiguas, grandes y famosas.
Durante más de tres siglos ha sido dirigida por varias generaciones de familias
con apellidos ingleses. La autoguía va susurrando la historia de la bodega,
tipos de vino y procesos de elaboración. Al final de la visita, ya con la caída
de la tarde, probamos un blanco seco que califican como raro para la zona y que
es parecido a un jerez y un vintage. Ambos son ricos, pero nos quedamos con el
dulzor del segundo. Bodega Taylor, Rua do Choupelo 250, 4400-088 Vila Nova de
Gaia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>Chocolataria Equador.</b> En la entrada te abofetea un delicioso olor
que despierta todos los sentidos. Las tabletas de coloreadas envolturas y los enormes
trozos de chocolate de diferentes sabores que venden al peso, hacen que no
puedas resistir la tentación. Maridamos un Oporto Ruby con un bombón de naranja
y un Tawny con otro de frutos rojos por 10 euros. Se hace muy difícil decidirse
por una de las dos opciones, pero yo me rindo ante el dulzor de vino Tawny.
Concha como siempre, se inclina por su favorito chocolate con naranja. Rúa de de
Santa Clara, 44.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">EL TACTO<o:p></o:p></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></u></b></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La cultura de masas que arrastra
el cine puede llegar a destrozar los lugares más interesantes. La película “La
playa”, protagonizada por Di Caprio ha arrojado hordas de turistas a las playas
de la isla Phi-Phi en Tailandia. Algo parecido sucede con la <b>Livraria Lello</b>, calificada por el
escritor Vila Matas como la más bonita del mundo. Inspiró a J.K Rowling el
escenario de su insoportable Harry
Potter y ahora sus fanáticos seguidores se agolpan en sus pasillos y en esa
maravillosa escalera con sus interminables fotografías y selfies. ¿Qué relación
tiene una librería con el tacto? Solo hay que subir por su escalera de caoba y
rozar el pasamano para comprobarlo. Los libros además pueden llegar a tocarnos
el alma. Decido comprar uno del escritor portugués Antonio Lobo Antunes para
poderme descontar los 5 euros obligatorios del ticket de la entrada (otro
defecto de la cultura de masas). Livraria Lello, Rúa das Carmelitas 144.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht75fg0qkn2kycPhp5npOrBkl2lW2o173SOr0nyQ6ENfx_P0RgaCgRoY49CHFVHdcGXUefvTN_AYK2By91dwU3nPcp-WnxXLtMv83_Nr3hhS-LPPpQ4hjZc303n8U2-xf08TI0W4VoLzKe/s1600/P1040764.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht75fg0qkn2kycPhp5npOrBkl2lW2o173SOr0nyQ6ENfx_P0RgaCgRoY49CHFVHdcGXUefvTN_AYK2By91dwU3nPcp-WnxXLtMv83_Nr3hhS-LPPpQ4hjZc303n8U2-xf08TI0W4VoLzKe/s640/P1040764.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<br /></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-40118451229137481632018-12-31T20:34:00.001+01:002018-12-31T20:34:59.637+01:00Mi felicitación para el 2019<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ahora que se malbaratan palabras
como exilio o preso político, que los nacionalismos -de todo tipo- nos hacen
creernos mejores que nuestros vecinos, impulsando a levantar fronteras y a
cerrar puertos, a rechazar a todo el que viene de fuera, ahora que las ideas
parecen polarizarse hacia extremos en los que no es fácil ni entenderse, ni
encontrarse… Conviene recordar que los extremismos nunca traen nada bueno y que
nadie huye de su casa por gusto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A principios de febrero de 1937,
las tropas franquistas iniciaron su avance hacia la ciudad de Málaga desde
todos los frentes. La población civil inició lo que se llamó “la desbandá” para
huir del sufrimiento y, en muchos casos, de la muerte. Mi abuela María tuvo que
abandonar su casa de Jayena, un pueblo del sur de Granada, donde se habían
refugiado al inicio de la guerra, y cruzar las Sierras de Tejeda y Almijara. Lo
hizo en compañía de su hija –mi madre- que tenía menos de dos años. El mal
tiempo frenó el avance enemigo durante unos pocos días, dándoles la oportunidad
de escapar. Los documentos que pude encontrar certifican esa huida y confirman
las narraciones orales de la familia. Solo después de algunas semanas, María pudo
reencontrarse con su marido y también con dos de sus hermanos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los cuentos de Navidad hablan de
una huida en burro. Con este texto –que en realidad forma parte de una escena de
esa novela que sigue varada desde hace tiempo- quiero desearte mis mejores
deseos para el 2019. Disfruta mucho de la vida, pero no te olvides de combatir con
tus palabras, tus votos, tus actos… la intolerancia, la xenofobia, el racismo, el
machismo y las nuevas caras que traen los nacionalismos y los fascismos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #444444;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El camino se empinaba sin descanso, se retorcía a lo largo de
decenas de curvas que parecían llevar al fin del mundo. La lluvia caía más
despacio a medida que avanzaban y, a la altura del puerto, se había convertido
en aguanieve: los primeros copos empezaron a caer con un murmullo lento de
tristeza. Suspendidos del aire helado, se prendían con suavidad sobre las ropas
mojadas, pero también con una constancia desesperante que calaba hasta los
huesos. A pesar de ello, la nieve escasa se negaba a</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> dejar huellas
sobre el pasado que iban dejando atrás sin saber qué les depararía el futuro,
tan incierto que ya no existía más allá del día siguiente, de la próxima curva.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><span style="color: #444444;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="color: #444444;">Un frío espantoso bramaba entre los barrancos y dificultaba el
avance de los que huían en mitad de la tormenta. María observaba la cara de su
hija, envuelta en mantas, protegida por la pleita de esparto. Miraba el rostro
de la inocencia dormida, ajena por un instante a la desgracia de la guerra; sus
manos<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>que abrazaban con toda la
fuerza de su instinto protector una pequeña muñeca de cartón, mojada, casi
rota. Rendida en el balanceo del mulo, trataba de proteger a su único juguete.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="color: #444444;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="color: #444444;">Una familia de campesinos se apiadó de ellas cuando la lluvia
comenzó a arreciar al principio de la cuesta y la pequeña lloraba en el suelo
ante los brazos agotados de su madre. El hombre la cogió con sus manos grandes
y la metió dentro del único hueco que quedaba en el cujón, los otros tres
estaban ocupados cada uno por un niño. El mulo iba con las cinchas bien
apretadas, tan cargado con las criaturas que muchas veces se detenía,
remoloneándose hasta que su dueño amenazaba su terquedad con la fusta.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="color: #444444;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #444444;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Con el paso de las horas los grupos se fueron
disgregando. Los que caminaban delante desaparecían en los recodos que dibujaba
la carretera. Los más fuertes caminaban sin mirar atrás, y se perdían a lo
lejos. Las<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>familias, en cambio,
acomodaban el paso para permanecer juntas, para buscar la pequeña e ilusoria
protección que ofrece en los momentos difíciles la compañía de los seres
queridos. Así, se fueron quedando rezagados y, cuando quiso darse cuenta, María
caminaba acompañada tan solo por el matrimonio de labriegos y el mulo con los
críos.</span> <o:p></o:p></span></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-12009220481189043542018-12-10T21:16:00.000+01:002018-12-10T21:16:28.434+01:00Doscientas mil visitas<div style="text-align: justify;">
Los mejores caminos son los que nos sorprenden a cada paso y nos llevan por territorios inesperados, los que nos cruzan con compañías que enriquecen el trayecto, los que no tienen un destino establecido, ni una duración precisa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace más de 10 años inicié este blog. Tardé nueve meses en tener mis primeras 1.000 visitas y dos años en llegar a las 10.000, el mismo tiempo que necesitó el contador en alcanzar las 50.000. Seis meses más tarde la cifra se había doblado. En ese tiempo he vivido un divorcio, tres cambios de trabajo y –curiosamente- ninguna mudanza. La novela que acabó dando motivo al camino se reduce solo a un par de centenares de páginas emborronadas, algunas llenas de dudas, pero otras con la luz necesaria para que la convicción y el deseo de terminarla sigan intactos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando hago la suma, la cifra de entradas alcanza casi las trescientas y, aunque en los tres últimos años solo he publicado una veintena, ahí sigue… como todos… viviendo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unas semanas se superaron las 200.000 visitas y quizás sea un buen momento para repasar el viaje y destacar, a modo de resumen, diez entradas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El día que murió Franco fui un niño muy feliz</b> <a href="https://bit.ly/2CSa0YN">https://bit.ly/2CSa0YN</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Éste fue el primer paso del camino, el primer texto que escribí para el blog. Su título era una declaración de intenciones. Describía la muerte de Franco desde la mirada de un niño que no entiende las lágrimas de su abuela. Hoy, que el Congreso ha aprobado la exhumación del dictador, me he vuelto acordar una vez más de ella. Hace décadas que murió, pero María Álvarez López quizás también hubiera llorado (su dolor debía ser inmenso). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>La verdadera protagonista de mi novela</b> <a href="https://bit.ly/2CPi4JX">https://bit.ly/2CPi4JX</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esta microbiografía de mi abuela materna intenta resumir una historia llena de pequeños detalles. Fue publicada por la organización Todos los nombres <a href="https://bit.ly/2D0ixJ8">https://bit.ly/2D0ixJ8</a> que rescata del olvido las vidas de miles de personas. Y lo hace inspirada en las últimas palabras que Julia Conesa, una de las Trece Rosas, le escribió a su hija: “que mi nombre no se borre en la historia”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi lista de novelas sobre la guerra civil <a href="https://bit.ly/2CUBY6p">https://bit.ly/2CUBY6p</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es la entrada más visitada de mi blog. Hubo un momento en el que Google la situó la primera de su lista cuando consultabas sobre este tema. Sin buscarlo fui trending. Luego mis amigos del blog Cita en la Glorieta me pidieron desarrollar la idea y publicaron una serie de reseñas más detalladas de algunas novelas ambientadas en ese momento histórico. <a href="https://bit.ly/2CTC12g">https://bit.ly/2CTC12g</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Los verdaderos héroes de Dunkerque</b> <a href="https://bit.ly/2N7HhE2">https://bit.ly/2N7HhE2</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aún desconozco el motivo: coincidió con el estreno de la película Dunkerque y fue compartida en redes sociales de temas históricos, pero esta entrada alcanzó las diez mil visitas en apenas una semana, unos registros que multiplicaban por 50 la media de las cifras del blog. Cuenta una de esas maravillosas historias olvidadas que a mi tanto me apasionan. Ésta y otras historias sobre el exilio republicano fueron también recogidas en el blog de mis amigos Cita en la Glorieta. <a href="https://bit.ly/2NbAc5t">https://bit.ly/2NbAc5t</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>La causa 595</b> <a href="https://bit.ly/2CRDc2f">https://bit.ly/2CRDc2f</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando inicié la investigación histórica para la novela no podía imaginar que aún existiesen documentos como el Consejo de Guerra que siguieron contra mi abuela y otras personas que habían ayudado a la resistencia antifranquista. Dentro del maquis, el grupo de los Hermanos Quero (donde participó mi abuelo) “eran la Champion League, los más grandes”, me dijo un día Almudena Grandes cuando en una firma de libros le hablé brevemente del tema. Tras la muerte de Franco, en su archivo personal solo encontraron 9 documentos relacionados con los 40 años de oposición y 4 de ellos estaban relacionados con los Quero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Las viejas fotos de Cuba</b> <a href="https://bit.ly/2NEQmnh">https://bit.ly/2NEQmnh</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando encuentras un hilo del que tirar luego no puedes parar aunque el ovillo sea mucho más grande de lo esperado. Es lo que me sucedió: encontré documentos sorprendentes que aportaban detalles minuciosos sobre mi abuela María, pero la historia llegó mucho más lejos. En el expediente militar del tatarabuelo Antonio López encontré sus vicisitudes como soldado raso en la Tercera Guerra Carlista y, décadas más tarde y ya como teniente, en una guerra caribeña y lejana. Aprovechando viajes de trabajo al País Vasco y Navarra pude visitar los escenarios de sus batallas carlistas -aún queda pendiente visitar Cuba-, pero el tatarabuelo solo permanecía en la imaginación: no había encontrado ninguna foto suya, hasta que una prima descubrió algunas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Más vale tarde… </b><a href="https://bit.ly/2NIC8lw">https://bit.ly/2NIC8lw</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A lo largo de los años han sido bastantes las personas (muchas de ellas desconocidas para mi) que han contactado conmigo a través del blog. Algunos me contaban historias de sus antepasados que habían vivido las mismas circunstancias que los míos, otros simplemente me decían que me leían a miles de kilómetros de distancia. Una mañana leí un mensaje de mi tío Pepe, al que no conocía y que pudo encontrar a sus hermanas y sobrinos gracias a una única pista y a la magia de internet que le llevó a mi blog. Parece una historia de novela, pero como en casi todas las que me han ido apareciendo, la realidad ha superado a la ficción. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Salvoconducto para la esperanza</b> <a href="https://bit.ly/2NLat38">https://bit.ly/2NLat38</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay fotografías que son un tesoro y que esconden mensajes maravillosos que descubres por casualidad muchas décadas después… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Los personajes que no caben en mi novela” da nombre a una sección del blog donde cuento las historias de personajes que fui admirando a medida que investigaba. De todas ellas hay 3 que me gustaría destacar: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Arthur Koestler, el último mohicano de la prensa en la caída de Málaga</b> <a href="https://bit.ly/2Ga2dHF">https://bit.ly/2Ga2dHF</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El héroe desconocido</b> <a href="https://bit.ly/2x7FFQT">https://bit.ly/2x7FFQT</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El último vuelo de los natachas</b> <a href="https://bit.ly/2MvW9a6">https://bit.ly/2MvW9a6</a></div>
Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-56222371284345821092018-04-30T20:10:00.000+02:002018-04-30T20:14:38.515+02:00Los héroes de La Nueve<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El 8 de septiembre de 1944, solo
dos semanas después de liberar París, la 2ª División del General Leclerc se
puso de nuevo en marcha hacia el este. Antes de entrar en territorio alemán, el
avance aliado debería enfrentarse a un gran obstáculo: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la Línea Sigfrido</b>, 630 kilómetros de defensas con miles de bunkers
y túneles situados en la frontera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Cuatro días más tarde La Nueve
encontró los primeros focos de resistencia alemana en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Andelot</b>, donde tomaron más de trescientos prisioneros. La siguiente
dificultad iba a ser <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">el Mosela</b>. La
Compañía tuvo que dividirse en varios destacamentos para cruzar el río y
establecer una cabeza de puente en la otra orilla, en el pueblo de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Châtel</b>, pero los alemanes estaban
dispuestos a mantenerlo bajo su dominio a toda costa y lanzaron un fuerte contrataque.
A pesar del éxito de su acción defensiva, La Nueve tuvo que aceptar, aunque con
indignación, la orden de replegarse. El 18 de septiembre los españoles cruzaron,
con el agua fría hasta la altura del pecho, de nuevo el Mosela encargándose del
flanco sur del ataque final.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En los días posteriores disfrutaron
de una cierta calma que aprovecharon para reorganizarse. Cuarenta reclutas
reemplazaron a los soldados muertos o heridos. Los alemanes mientras tanto
reforzaban sus defensas en la zona de Los Vosgos. El objetivo principal de los
aliados en el frente sur era Estrasburgo, pero antes de tomar la capital
alsaciana era necesario salvar la línea defensiva situada en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Baccara</b>t. Leclerc ordenó entonces un
ataque audaz por la ruta más difícil, la menos esperada: a través del bosque de
Mondón. El último día de octubre, la vanguardia de La Nueve entró en el pueblo
y durante los dos días siguientes fue tomando diferentes localidades a lo largo
de un frente de una veintena de kilómetros. La Campaña en Lorena había
terminado. A partir de ese momento tenían que avanzar por Alsacia hacia el
último objetivo en suelo francés: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Estrasburgo</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El 10 de noviembre la Nueve recibió
la orden de regresar a primera línea de combate al mando del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">teniente Amado Granell</b>, ya que el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">capitán Dronne</b> había obtenido permiso
para visitar a su familia por primera vez después de cuatro años. La misión de la
2ª División de Leclerc era apoyar el ataque estadounidense que debía abrir una
brecha en el frente, pero había encontrado dificultades imprevistas en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">bolsa de Bandonviller</b>. A pesar de tener
un tercio de la compañía de permiso en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Nancy</b>
y la mitad de los vehículos estropeados, Granell consiguió localizar a parte de
sus hombres y cumplir una orden que había llegado de forma imprevista. Las
numerosas bajas diezmaron la compañía que pasó a la reserva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Para entonces La Nueve era menos
“española” ya que las bajas habían sido cubiertas por reemplazos franceses. El
día 22 estaban a las puertas de Estrasburgo después de avanzar más de cien
kilómetros en apenas seis días. Granell, con problemas de salud desde hacía
semanas, fue reemplazado en el mando. A pesar de ello, la tricolor francesa
ondeaba por fin en la Catedral de la capital alsaciana y la Nueve daba por
cumplido el juramento que se había hecho en la ciudad libia de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Koufra</b> al principio de la guerra: la
liberación de Francia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbEcv4_zJiyj_Ky5Skvai9q-7jd0oDwTRjcw6SqJPqsumOPXLz5AE_BDmIs-fMM5ZPblGnR-OlFnhPPXfWdWS_POkXgD8iqmKg2Xvk-Z0GqsQH5ZESv1Ea7mBOljkzd___bRurKpDOoYa6/s1600/Half-track++de+la+2DB+en+la+ciudad+de+Estrasburgo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="497" data-original-width="676" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbEcv4_zJiyj_Ky5Skvai9q-7jd0oDwTRjcw6SqJPqsumOPXLz5AE_BDmIs-fMM5ZPblGnR-OlFnhPPXfWdWS_POkXgD8iqmKg2Xvk-Z0GqsQH5ZESv1Ea7mBOljkzd___bRurKpDOoYa6/s400/Half-track++de+la+2DB+en+la+ciudad+de+Estrasburgo.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">HalfTrack de la División Leclerc en Estrasburgo</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Raymond Dronne, ascendido a
comandante, retomó el mando de una compañía muy diferente, formada en su
mayoría por jóvenes reclutas. Tras la conquista de Estrasburgo comenzó una dura
campaña para la liberación de Alsacia que se iba a encontrar con la fuerte
defensa de los alemanes en la zona de Los Vosgos. Sobre un terreno nevado y con
temperaturas de 20 grados bajo cero, la División de Leclerc recibió la orden de
dirigirse al </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">bosque de Grussenheim</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">,
donde se había visto frenado el avance estadounidense. El malestar entre los
republicanos españoles había aumentado porque a las duras condiciones de
combate se añadía su deseo incumplido de que los aliados atacaran la dictadura
de Franco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEf9itnJB6wkPiieARydmWz-IDMSfapiKt8W9vLYfHeVkpK4qBUUS4auTqHIWRApCJdBRNh9q27QhibVHOWPLcpyyxylDPhvpomq8Dwx54k1IImC4H8uNz0gDpdrcS-rvpbT7TuVgyGBrf/s1600/La+Nueve+descansando+despu%25C3%25A9s+de+Estrasburgo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="265" data-original-width="540" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEf9itnJB6wkPiieARydmWz-IDMSfapiKt8W9vLYfHeVkpK4qBUUS4auTqHIWRApCJdBRNh9q27QhibVHOWPLcpyyxylDPhvpomq8Dwx54k1IImC4H8uNz0gDpdrcS-rvpbT7TuVgyGBrf/s640/La+Nueve+descansando+despu%25C3%25A9s+de+Estrasburgo.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Un descanso de La Nueve después de liberar Estrasburgo</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El 23 de abril la División se volvió
a poner en marcha. Después de cruzar el </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Rhin</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">
y el </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Danubio</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> recibió la orden de
avanzar hasta </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Berchtesgaden</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">. Se
trataba de un objetivo de alto valor simbólico ya que allí se encontraba el </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nido del Águila</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, la residencia de
descanso de Hitler y los altos jerarcas nazis. Entonces se inició la carrera
entre franceses y americanos por ser los primeros en llegar. Y aunque las
películas estadounidenses le atribuyen el mérito a la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Compañía Easy</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> de la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">101ª
División Aerotransportada</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> del Ejército de los Estados Unidos, cuya historia
se narra en la magnífica serie </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hermanos
de sangre</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, fueron los franceses los que llegaron un día antes. La Nueve tuvo
que enfrentarse en el </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">desfiladero de
Inzell</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> a dos compañías de las SS, los últimos y más fanáticos nazis habían
minado la carretera y la vía férrea. Mientras tanto, otra compañía francesa
lograba tomar el Nido del Águila por un camino con menos riesgo. En
reconocimiento al esfuerzo realizado, los españoles que quedaban en la Nueve
encabezaron la entrada de las tropas aliadas en el último santuario del nazismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">De los 160 hombres que habían
desembarcado en Francia apenas un año antes, solo quedaban 14, 35 estaban
muertos y el resto habían resultado heridos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Una vez más esos hombres volvieron
a ser traicionados. Habían combatido al fascismo con la ilusión de que, una vez
derrotado en toda Europa, los aliados les ayudarían a vencerlo en España. Pero
tras el final de la guerra los estadounidenses mantuvieron a Franco en el poder
y acabaron así con todas sus esperanzas. Más tarde llegó el olvido. La mayor
parte de ellos sobrevivió en Francia durante décadas. Amado Granell recibió la
Legión de Honor, la más importante distinción francesa, de manos del propio
General Leclerc y rechazó el ascenso a comandante del ejército francés porque,
para ello, debía renunciar a la nacionalidad española. Unos años después decidió
regresar a Valencia, donde moriría en accidente de tráfico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgfbm83UgLq6pLbczz_aXb3ObEyFy_I1ld01sJKSOouIf0AsVxizIS7SnO09Ur4H-370oPHbyJA6JR7J6Kry6tUUOVcv39HdwxJhKXA8aQWqNxoeBSl8V4q3jkS6U3YOH2-SylFpf0bz9p/s1600/Amado_Granell.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1176" data-original-width="741" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgfbm83UgLq6pLbczz_aXb3ObEyFy_I1ld01sJKSOouIf0AsVxizIS7SnO09Ur4H-370oPHbyJA6JR7J6Kry6tUUOVcv39HdwxJhKXA8aQWqNxoeBSl8V4q3jkS6U3YOH2-SylFpf0bz9p/s400/Amado_Granell.jpg" width="251" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Solo queda un superviviente de La
Nueve, el almeriense </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Rafael Gómez Nieto</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">,
un zapatero que entró en París sobre el blindado Guernica y que, cuando llegó la
paz, se quedó a vivir en las cercanías de Estrasburgo sin contarle demasiados
detalles</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">de sus peripecias a sus propios
hijos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjikqXMKERkchbA6wfiexbNk01vsH_wWbzB66OQUXGq4pP3vF_rztAaEPJPng8DcJW8Z_6guRXwknb9lxR3yRmgq2tZlRt9FXE8BYABHBRvFD1COTtttrXVzu2R9x8qhOcebMLKW_Pf_Wof/s1600/rafael-gc3b3mez-carmena-anne-hidalgo-parque-madrid-la-nueve.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjikqXMKERkchbA6wfiexbNk01vsH_wWbzB66OQUXGq4pP3vF_rztAaEPJPng8DcJW8Z_6guRXwknb9lxR3yRmgq2tZlRt9FXE8BYABHBRvFD1COTtttrXVzu2R9x8qhOcebMLKW_Pf_Wof/s640/rafael-gc3b3mez-carmena-anne-hidalgo-parque-madrid-la-nueve.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Rafel Gómez Nieto, único superviviente de La Nueva con las alcaldesas Carmena e Hidalgo</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Como comentaba al final del artículo
anterior, en el año 2004 Francia comenzó por fin a rendir homenaje a los
republicanos españoles que lucharon por liberarla, pero en su país, en España,
su historia permanecía sin reconocimiento. Hace solo un año, en abril de 2017 las
alcaldesas de Madrid y de París, </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Manuela
Carmena y Anne Hidalgo</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> inauguraron en el barrio de Ciudad Lineal el Jardín
de los Combatientes de La Nueve.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">“Ese día las campanas de muchas
ciudades del mundo sonaron por la libertad”, afirmó Hidalgo. “Muchas campanas,
pero no las de Madrid. Aquí solo hubo silencio, porque con el franquismo no
había libertad”, agregó Carmena. Setenta años después la gloria de los héroes
de La Nueve fue recordada en el país que tanto quisieron y al que la muchos de
ellos no pudieron regresar. Como dijo la escritora <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Almudena Grandes</b> en el acto: “los de La Nueve no han llegado a
París, sino a Madrid, donde querían llegar”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">“Los hombres de La Nueve habían
abrazado nuestra causa espontánea y voluntariamente. Eran, verdaderamente,
combatientes de la libertad. Las tumbas de sus muertos jalonan la ruta gloriosa
y dolorosa que siguieron desde Normandía a Berchtesgaden, y los supervivientes
tuvieron el orgullo y la satisfacción de terminar la guerra en el santuario del
nazismo del Nido del Águila”. Raymond Dronne.</span><o:p></o:p></div>
<br />
Documental titilado La Nueve. Los olvidados de la victoria<br />
https://www.youtube.com/watch?v=sL6u2XdVpz0<br />
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-941875471568304858.post-68775151574680717572018-04-22T22:33:00.000+02:002018-04-22T22:41:28.599+02:00Los españoles que liberaron Paris<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Unos minutos después de las nueve
de la noche del jueves 24 de agosto de 1944 un escuadrón de 160 hombres, de los
cuales 146 eran españoles, montados en 22 semiorugas y 3 tanques Sherman,
entraban en París por la Porte d’Italie. La plaza estaba llena de personas que
huyeron despavoridas ante el estruendo de los vehículos, pensando que solo
podía tratarse de las tropas alemanas que, con doce mil soldados, aún
controlaban la capital. Más
tarde comenzaron a acercarse y vieron que los vehículos eran americanos,
pero los nombres que llevaban pintados en el carenado: Ebro, Brunete,
Guadalajara… y los banderines tricolores<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>rojo, amarillo y morado recordaban a batallas en España. Eran los
combatientes republicanos que venían a liberar la capital francesa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Tras unos momentos de entusiasmo,
el escuadrón que había llegado hasta allí sin mapas y con la única ayuda de una
guía Michelin siguió avanzando tras un motorista armenio que se ofreció voluntario
para llevarles hasta su objetivo: el Ayuntamiento. Los blindados fueron dejando atrás calles desiertas, cruzaron
el Sena por el puente de Austerlitz y continuaron sin detenerse por los
muelles de la orilla derecha. A las 21:22<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>el destacamento se desplegó en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">defensa
de erizo</i> frente al Hôtel de Ville con órdenes de repeler cualquier
contraataque. Dos minutos más tarde las campanas de Notre Dame comenzaban a
tañer seguidas por las de toda la ciudad, anunciando su liberación. Una
avalancha de gente invadió las calles abrazando a los soldados y el himno de La
Marsellesa comenzó a sonar por todo París.<o:p></o:p></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvmFMGJHkoKhuySYudMpBZSZQlgZMDtTwPDJ37pRm5_UqG1MZgkqHRSJCF7lhl6GXaKYG06aPlA2Bu9ZjJ5pYdktXBf5OkgFa7g2iPbupra_CP7bg5-9nWsw29YcAfytypo65TtwC5Ln5o/s1600/22842a250b7cfcd5e8cc675a89d0dc2a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="791" data-original-width="564" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvmFMGJHkoKhuySYudMpBZSZQlgZMDtTwPDJ37pRm5_UqG1MZgkqHRSJCF7lhl6GXaKYG06aPlA2Bu9ZjJ5pYdktXBf5OkgFa7g2iPbupra_CP7bg5-9nWsw29YcAfytypo65TtwC5Ln5o/s400/22842a250b7cfcd5e8cc675a89d0dc2a.jpg" width="285" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Domingo Barrios, soldado de La nueve en el blindado Guadalajara, frente al Ayuntamiento de París</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Amado Granell</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, un castellonense de Burriana que se había afiliado a
la UGT, había sido concejal por Izquierda Republicana y </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">se alistó como voluntario en la Guerra Civil
donde combatió en “el Batallón de Hierro”, era el teniente que estaba al mando.
"Las campanas de París nos conmovieron. El combate no nos había endurecido
completamente. Todos teníamos lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta. Yo
traté de cantar con los otros pero no pude. Esa enorme emoción, aquel gran
entusiasmo, significaba simplemente la libertad, la victoria".</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A la mañana siguiente llegaron
hasta el Hôtel Meurice en la vía Rívoli, donde estaba situado el cuartel
general del gobernador alemán <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Dietrich Von
Choltitz</b>. El general nazi había recibido órdenes claras de Hitler: “Es
preciso que París no caiga en manos del enemigo, si no es convertido en un
montón de ruinas”. Tres soldados españoles le exigieron la rendición. Ante las
protestas del general por tener que rendirse a un soldado sin graduación, el
extremeño <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Antonio Gutiérrez</b> le
contestó: “Soy español”. Pero… ¿quiénes formaban ese minúsculo grupo de
españoles que se había anticipado en dos días al resto del Ejército de la
Francia Libre y había ignorado las intenciones de los Aliados de pasar de largo
sin tomar París? <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Novena Compañía de
la Segunda División Blindada del general Leclerc</b>, más conocida por su
nombre en español: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Nueve</b>, era un
batallón de choque que siempre combatía en primera línea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRjTyRmjO2lEw9-pQhdNLq8mdRiAk2jDcO8Ue9KLy4tIXhceQldtYbZKbq7j2HUpMljgDSLsEaYfIgbyr78cm2EOJLxHZY_U8UdL0G6TsIkbvi4L1v96WBBuOw7WPOpIGT1HhgkSZxLdld/s1600/El+general+Von+Cholzit%252C+gobernador+del+Gran+Par%25C3%25ADs.+conducido+prisionero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="474" data-original-width="534" height="353" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRjTyRmjO2lEw9-pQhdNLq8mdRiAk2jDcO8Ue9KLy4tIXhceQldtYbZKbq7j2HUpMljgDSLsEaYfIgbyr78cm2EOJLxHZY_U8UdL0G6TsIkbvi4L1v96WBBuOw7WPOpIGT1HhgkSZxLdld/s400/El+general+Von+Cholzit%252C+gobernador+del+Gran+Par%25C3%25ADs.+conducido+prisionero.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Soldados de La Nueve acompañan a Von Choltiz detenido</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Tras el avance alemán sobre
Francia y el desastre de Dunkerque al principio de la guerra, la mayor parte de
los republicanos españoles que no habían sido apresados por los nazis fueron
acuartelados en los centros de instrucción de la Legión Extranjera en el norte
de África.</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Descontentos con la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Francia de Vichy</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, colaboracionista con
el enemigo, muchos de ellos atravesaron el desierto del Sáhara y las selvas
ecuatoriales hasta llegar a Libreville para unirse a las fuerzas </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">del </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Corps
Franc d’Afrique</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> de la Francia Libre comandadas por el </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">General De Gaulle</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Combatieron a los franceses
colaboracionistas de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Petain</b> en
Siria, a los italianos de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mussolini</b>
en Sudán y a las tropas del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Afrika Korps</b>
del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">General Rommel</b> en los desiertos
de Libia y Egipto, participando en las batallas<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Bir Hacheim</b> o <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El-Alamein</b> y tomaron el puerto de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Bizerta</b> en Túnez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En mayo de 1943, al finalizar la
campaña en el norte de África, las diferentes unidades de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las fuerzas combatientes francesas se unieron
en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">2ª División Légère Française Libre</b>
que no estaba dispuesta a ser una comparsa como querían los Aliados, sino a participar
de forma activa en la liberación de su país. Casi dos mil voluntarios españoles
acudieron a la llamada de De Gaulle a combatir al fascismo, buena parte de
ellos estaban enrolados<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la 9ª Compañía de Marcha del Chad</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Pese a su mala fama de soldados
rebeldes y las suspicacias que levantaban sus fuertes ideales de izquierdas,
los republicanos españoles se ganaron pronto la confianza de sus mandos. Con
experiencia en combate durante la Guerra Civil, mantuvieron algunos de sus
principios: elegían a sus propios jefes de sección y arreglaban de forma
interna sus problemas disciplinarios. Cuando Leclerc le encargó a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Raymond Dronne</b> el mando de la Nueve le
advirtió que se trataba de una compañía especial: “esos hombres dan miedo a
todo el mundo, pero son buenos soldados”. La hija de Dronne afirmó: “Los
soldados españoles eran los preferidos de mi padre. No eran soldados fáciles de
dirigir, querían<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tener al frente a un
oficial que se los mereciera. Capitanearles era un honor”. El idioma oficial
era el castellano, en sus uniformes lucían la bandera tricolor republicana y,
siguiendo la costumbre francesa de bautizar todos los vehículos, pintaron en
los suyos los nombres de las batallas en las que habían combatido en España.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiIboPfaUw6ZSKl8r8raOX58MsxGJgqV61sO7wEAjeKsO8wmUNMCA04BPCRCzNxU8I9VUq0fudLWJfMSSraK90P6rnqf_vEuP-B9UCnMbfFEi4QwUXWxw3akYWVA0kv_Dw0SMe1OsXu5cS/s1600/Preparando+el+asalto+a+la+telef%25C3%25B3nica.+Raymond+Dronne+en+el+centro%252C+Amado+Granell+a+la+derecha+de+la+forto%253B+Mart%25C3%25ADn+Bernal+en+el+centro+y+el+soldado+Pirlian+al+fondo.+25+de+agosto+de+1944..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="640" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiIboPfaUw6ZSKl8r8raOX58MsxGJgqV61sO7wEAjeKsO8wmUNMCA04BPCRCzNxU8I9VUq0fudLWJfMSSraK90P6rnqf_vEuP-B9UCnMbfFEi4QwUXWxw3akYWVA0kv_Dw0SMe1OsXu5cS/s640/Preparando+el+asalto+a+la+telef%25C3%25B3nica.+Raymond+Dronne+en+el+centro%252C+Amado+Granell+a+la+derecha+de+la+forto%253B+Mart%25C3%25ADn+Bernal+en+el+centro+y+el+soldado+Pirlian+al+fondo.+25+de+agosto+de+1944..jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Raymond Dronne, capitán al mando de La Nueve con su segundo: el teniente Amado Granell</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">La compañía se formó en </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Didjelli</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> (Argelia) desde donde se trasladaron a Marruecos. En </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Casablanca</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> fueron equipados con material
americano para combatir como infantería mecanizada con unos medios muy
diferentes </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">a los que estaban
acostumbrados en la infantería tradicional. </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Tras un periodo de formación para adaptarse a
sus nuevos vehículos, partieron hacia la zona de </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pocklington</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> en el norte de Inglaterra. En agosto de 1944 cruzaron
el Canal de La Mancha. Tras varios días de espera, el día 4 desembarcaron en
las playas de </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Normandía</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> cantando “La
cucaracha” por la lentitud de la operación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3IdPHdbT4lHtn5AB4wjMkkXqybhrXa4VPJEcvsUGfwrEWU0jvJU4hbKLAcQdzKERmXXz15t9d452-BLOFcPIiM5nvrM18bIe5GBnlPkIhhV7oAZY-xz_6F3B9pW0RenIVTHTaW7YEQZHD/s1600/Poncklington.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="861" data-original-width="1600" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3IdPHdbT4lHtn5AB4wjMkkXqybhrXa4VPJEcvsUGfwrEWU0jvJU4hbKLAcQdzKERmXXz15t9d452-BLOFcPIiM5nvrM18bIe5GBnlPkIhhV7oAZY-xz_6F3B9pW0RenIVTHTaW7YEQZHD/s640/Poncklington.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: x-small;">La Nueve fotografiada en <span style="text-align: justify;">Pocklington</span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Su primera misión en terreno
francés fue apoyar a los estadounidenses en su intento de frenar los contraataques
enemigos. Su bautismo de fuego se produjo el 14 de agosto en </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ecouché</b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">, el pueblo fue tomado tras
varios días de combates en los que sufrieron las primeras bajas</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Pese
a su inferioridad numérica un golpe de mano les permitió capturar a 130
soldados enemigos y a un coronel.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana, sans-serif;">Los mandos aliados habían dado instrucciones de rodear la
capital francesa. No querían hacer frente a la logística que representaba abastecer
a una ciudad de cinco millones de habitantes, ni tampoco fortalecer el papel de
los franceses en la guerra, al menos hasta que De Gaulle no se impusiera al
liderazgo comunista de la Resistencia. Sin embargo en París no estaban
dispuestos a esperar y el </span><b style="font-family: verdana, sans-serif;">Partido
Comunista francés</b><span style="font-family: verdana, sans-serif;"> convocó una huelga general. Tras la toma del Ayuntamiento
solicitaron la ayuda de las tropas del general Leclerc, que dio la orden a sus secciones
de carros de combate </span><span style="font-family: verdana, sans-serif;"> </span><span style="font-family: verdana, sans-serif;">de avanzar sin consultar
al mando aliado. Faltaban doscientos kilómetros por la carretera nacional 20 hasta
su objetivo que iban a cubrir sin apoyo aéreo. La Nueve iba en cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Después de vencer los primeros focos de resistencia en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Longjumeau</b> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>continuaron hasta <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Antony </b>y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Fresnes </b>donde tuvieron
que superar las defensas alemanas<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">. </b>A
poco más de veinte kilómetros de su objetivo,<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>cuando la ruta parecía abierta, el capitán Dronne recibió de forma
inesperada la orden de detener su avance y replegarse hacia al sur de la
Croix-de-Berny. Aunque desobedeció la primera vez, tras dos nuevas
confirmaciones, se vio obligado a acatar una orden que no compartía. El general
Leclerc se dirigió entonces hacia donde se habían detenido para decirle a
Dronne que las órdenes absurdas no deben obedecerse y avanzara hacia París con
la mayor rapidez posible.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El resto es ya historia, una
historia silenciada. Cuando dos días después de la liberación se produjo en
París el desfile de la victoria, los vehículos con nombres españoles tuvieron
un lugar destacado en la celebración en los Campos Elíseos, donde los soldados
republicanos desfilaron con todos los honores, a pesar de que el general
estadounidense <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Gerow</b> había vetado su
presencia por desobedecer las órdenes del alto mando aliado. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWBIAAYsDQ7souxn6j5RN-kPSaqCcVdETauCpKkQ1zobfLcVc7_8GorUw7w7M1SZ2wGHwRXmx4N4PB3jCrkHp5Oz5EHOLq6N1QOO_TGXrvCmc8NnUsTCGGTg-jEKEtmHurrTzY9ngJrCJi/s1600/2ff67677f0328ba74ce71f804f57175c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="665" data-original-width="564" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWBIAAYsDQ7souxn6j5RN-kPSaqCcVdETauCpKkQ1zobfLcVc7_8GorUw7w7M1SZ2wGHwRXmx4N4PB3jCrkHp5Oz5EHOLq6N1QOO_TGXrvCmc8NnUsTCGGTg-jEKEtmHurrTzY9ngJrCJi/s400/2ff67677f0328ba74ce71f804f57175c.jpg" width="338" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Más tarde Francia se
olvidó de ellos. A De Gaulle y al chovinismo francés no les interesaba
reconocer el mérito y la heroicidad de los españoles. Cuando el diario <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Libération</b> publicó en portada la foto
del encuentro del teniente de la Nueve con el jefe de la Resistencia, se olvidó
de que se llamaba Amado Granell y era español.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK4ksxruRCnf8P_2H156Q5OUFeLXohtxhNLDE1kkEsmlWy5OmClZfN1U2EOKVxMP_OeuhPir2JEt0xhKIe9YJAN539_q4_R46alWBT-6PKLFyulQ6H6WmM6jxx4bOb4dokgE6FOXPzTPlx/s1600/imagen-sin-titulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="557" data-original-width="992" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK4ksxruRCnf8P_2H156Q5OUFeLXohtxhNLDE1kkEsmlWy5OmClZfN1U2EOKVxMP_OeuhPir2JEt0xhKIe9YJAN539_q4_R46alWBT-6PKLFyulQ6H6WmM6jxx4bOb4dokgE6FOXPzTPlx/s640/imagen-sin-titulo.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Durante décadas la gesta de La
Nueve durmió en el cajón del olvido hasta que una periodista española, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Evelyn Mesquida</b>, rastreó la maravillosa
historia de los españoles que liberaron París y, con la ayuda de la entonces
concejal de París <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Anne Hidalgo</b>, una
gaditana hija de republicanos, consiguió que se reconociera a nuestros héroes
en el año 2004. Sesenta años después se inauguró una placa que reza: “A los
republicanos españoles, principal componente de la columna Dronne”. El alcalde
de París <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Bertrand Delanoë</b> recordó en
su breve discurso de homenaje: “Si hoy Europa construye su democracia en
libertad se lo debemos a quienes en su momento supieron resistir”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Pero la gloria de la Nueve no
acaba con la liberación de París y su gesta merece otro artículo de este blog.</span><o:p></o:p></div>
<br />Jose Maria Velascohttp://www.blogger.com/profile/09522372134947064382noreply@blogger.com4