En varias entradas de este
blog he hablado del fusilamiento de mi tío abuelo Paco frente a las tapias del
cementerio de Granada:
Allí fusilaron a más de
4.000 personas durante la represión franquista, pero el castigo a sus familias
se prolongó durante décadas. Las madres de los asesinados no pudieron llorar su
dolor en público, hasta el luto les fue prohibido. El silencio se ha perpetuado
hasta hoy.
No había nada en esa tapia
que recordara el pasado. Durante los últimos años, las Asociaciones de la Memoria
habían colocado allí una pequeña placa que recordaba a los fusilados, pero al
Ayuntamiento de Granada, gobernado con mayoría absoluta por el Partido Popular,
parece incomodarle mucho el recuerdo y la
retiró cinco años seguidos. Cada julio se repetía la historia, el 18 colocaban
la placa y sólo unas horas más tarde el Ayuntamiento mandaba quitarla.
El pasado mes de marzo la Junta de
Andalucía declaró la tapia “lugar de la memoria”. El viernes pasado se señalizó
por fin con una placa que recuerda a las víctimas del franquismo asesinadas en
la tapia por defender la legalidad democrática. Esta vez nadie podrá quitarla.
.
La memoria sigue escociendo
a muchos, que se han inventado un adjetivo: guerracivilista para arrojárselo a todos
los que tratan de negarse al olvido. Pienso que hay que pasar página y mirar al
futuro. No podemos estar siempre anclados en las viejas historias y mucho menos
utilizarlas de forma indebida, pero antes de pasar página, hay que leerla para
aprender de los errores del pasado.
Hace pocas semanas, la
muerte de Santiago Carrillo hizo que se volviera a hablar del espíritu de la
transición. Él fue un buen ejemplo de ello: renunció al pasado y miró al
futuro. Muchos como él lo hicieron en aras del retorno de un sistema
democrático y para cerrar viejas heridas. Ese espíritu fue necesario entonces y
lo sigue siendo hoy que, en la peor situación de la historia reciente de este
país, parecen imposibles los acuerdos para construir un futuro mejor, pero eso
no debe ser incompatible con la memoria y, precisamente por ello, debe
recordarnos hacia donde caminan los extremismos.
Han tenido que pasar 76 años
desde aquellos lamentables hechos -36 de democracia- para que se honre por fin
a las víctimas.
Registro de defunción de Francisco Álvarez López |
En recuerdo de Paco Álvarez
López, fusilado a las seis de la mañana del 22 de Octubre de 1.936 junto a
otros treinta y nueve hombres.
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