El sol calienta la mañana de febrero en la terraza del hotel en Castell del Ferro. Es martes y trece. A lo largo de los últimos días hemos caminado tres etapas -casi 60 kilómetros- de la VIII Marcha La Desbandá, que se celebra en memoria de los centenares de miles de personas que huyeron de Málaga durante la Guerra Civil. Llevaba demasiado tiempo deseando participar y al hacerlo he saldado una vieja deuda personal. Ha sido un honor y un placer compartir sendero con tanta gente de lugares tan dispares. Me ha sorprendido la cantidad de personas venidas de lejos de Málaga: vascos, navarros, catalanes, madrileños, franceses… con los que he tenido ocasión de conversar a lo largo de la ruta, contando y escuchando historias que se entrelazaban tejiendo complicidades.
He caminado por la memoria de mis familiares que sufrieron esta masacre hace justo ahora 87 años, por la memoria de centenares de miles de personas, en su mayoría mujeres y niños, que caminaron más de doscientos kilómetros a lo largo de la carretera de Málaga a Almería huyendo del terror fascista mientras eran perseguidos por la infantería italiana, ametrallados por la aviación alemana o bombardeados por los barcos franquistas.
Comenzamos la marcha en la 4ª etapa que partió de la Catedral de Málaga. La emoción sólo necesitó unos pasos para aflorar, los pocos que tardaron las mujeres que encabezaban la marcha en cantar el himno de La Desbandá. Más de setecientas personas avanzamos por el parque, el paseo marítimo y las playas de El Palo hasta llegar al Peñón del Cuervo. La etapa acabó en el llamado Paseo de los canadienses, que recuerda la labor desarrollada por Norman Bethune, uno de esos personajes fascinantes que se vieron envueltos por los acontecimientos y del que he hablado en este blog:
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/02/el-heroe-desconoocido.html
La 5ª etapa se inició en Almuñécar y, tras atravesar Salobreña, acabó 18 kilómetros más adelante en la desembocadura del río Guadalfeo. Todo el rato fui justo detrás de Manolo Teniente, el hombre que siempre encabeza la columna con una bandera republicana sobre sus espaldas. Estaba vez acompañada por la bandera palestina, ya que esta marcha -que recuerda una masacre que sucedió hace casi nueve décadas- no podía olvidar otra que está sucediendo en nuestros días. Y al igual que ocurrió entonces, con la completa pasividad de las democracias occidentales. Manolo sabe muchas cosas sobre los hechos históricos que rodean La Desbandá. No sólo los grandes acontecimientos políticos, sino también las pequeñas historias de las personas sencillas que los sufrieron y que son las que a él más le interesan. Para mí, que llevo años obsesionado con este tema, fue un lujo compartir pasos y conversación con Manolo.
Desde la vanguardia podía ver cómo se alargaba la columna, formada por 537 personas, serpenteando entre las curvas. Al llegar al río Guadalfeo charlamos con una mujer francesa que nos explicó la historia de su padre. Podíamos ver la emoción en sus ojos cuando hablaba del comandante del ejército republicano que pudo huir en el último barco que zarpó del puerto de Alicante para acabar en un campo de prisioneros en Argelia, donde ella vivió muchos años antes de trasladarse a Toulouse. Junto a la desembocadura de ese río ahora casi seco que, 87 años antes, bajaba crecido por las lluvias, murieron muchas personas intentando atravesarlo:
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-puente-sobre-el-rio-guadalfeo.html
La 6ª etapa arrancó en Torrenueva. Está vez me quedé en la cola esperando a mi primo Ernesto, que se incorporaba a la marcha. Desde allí los senderistas parecían una larga fila de hormigas que avanzaban entre los rayos del sol por las crestas de los acantilados. Tras el fin de semana, el número bajó a las 154 personas que nos avituallarnos con naranjas, higos secos y pastelitos de guayaba en el Castillo de Carchuna. Otro lugar que guarda una de esas historias que tanto me fascina, ya que allí se produjo la primera operación de comandos de un ejército regular, cuando una treintena de guerrilleros republicanos, entre cuyas filas había bastantes combatientes de las Brigadas Internacionales, asaltó la prisión liberando a más de 300 presos asturianos:
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2009/11/los-hijos-de-la-noche.html
Continuamos caminando por la playa en la que sucedió una maravillosa historia que también he contado en este blog, la de la Escuadrilla España formada por André Malraux:
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/el-final-de-la-escuadrilla-espana.html
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2015/01/la-palabra-del-aviador.html
Y donde se produjo la muerte de un brigadista holandés Jan Frederikus Stolk, uno de esos personajes que vinieron desde tierras lejanas a luchar por la República Española
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2014/12/el-heroe-desconocido.html
Justo cuando el camino comenzó a empinarse apareció por sorpresa mi primo Antonio. En ese momento nos juntamos 4 primos descendientes de personas que sufrieron La Desbandá: el cuarto Pepe Enguix colabora con la organización de la Marcha y es un histórico que cada año camina todas las etapas. Fue un momento especial porque, a pesar de la dureza de la cuesta que sube hasta las trincheras del frente que se estableció tras el avance franquista y que duraría hasta el final de la guerra (el del Almería fue el último frente en rendirse) las conversaciones sobre la historia de nuestra familia hicieron más leve el esfuerzo.
Para nosotros la Marcha acabó en Castell del Ferro, el pueblo hasta donde llegaron los primeros soldados republicanos que lograron parar el avance. Tampoco me pude resistir a contar hace unos años la historia del Batallón Chapaiev de la XIII Brigada Internacional.
https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2013/03/el-final-de-la-huida.html
Todas esas historias se mezclan con las de mi familia: mi madre María, que apenas tenía un año y medio en aquellos dramáticos días de febrero de 1937, mis abuelos José Castro y María Álvarez, y dos hermanos de ésta: Pepe y Ángeles. Pero ésa es otra historia que contaré mañana….
NOTA.- Publico esta entrada en el blog el día en el que el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática ha informado de la publicación este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del inicio del procedimiento de declaración de 'La Desbandá' como lugar de memoria democrática. Hace unos días mientras caminaba junto a mi primo Pepe Enguix, que colabora con la organización de la Marcha, me explicaba cómo los pueblos por los que pasa la ruta y que están gobernados por el PP no permiten que se señalicen con marquesinas que expliquen la historia.
Pepe: ¡Ve preparando esas marquesinas! Vuestro trabajo y esfuerzo para que se conozca el sufrimiento de centenares de miles de personas acabará dando resultados!!!!
Todo un gusto saber de un sitio común donde encontrarse con perdonas comprometidas con la causa republicana, este edición mi mujer y yo hicimos las etapas 5 y 6 hon muchas ganas, acabo de salir de una situación maligna de salud y está experiencia siempre deseada, tenía que hacerla. Combina mis ansias de peregrinaje por los escenarios de la memoria histórica. Soy de Granada, de la misma Granada donde fusilaron a Lorca. La barbarie hizo de las suyas en una capital de provincias, con base aérea y fabrica de polvoras, la cual era fascista antes del alzamiento. Aquí sabemos de los fusilamientos diarios, y del miedo a contarlos. Con 63 años y gracias a mi padre siempre sé de qué lado tengo que estar. Viva la República.
ResponderEliminarJoaquin: Hemos coincidido entonces estos días. Conozco muy bien las historias de los fusilamientos diarios frente a las tapias del cementerio de Granada porque mi tío abuelo Paco fue una de las personas que asesinaron en aquel lugar. Te adjunto un link que cuenta esas historias y que te llevará a otros textos sobre el tema. Un saludo!
Eliminarhttps://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2012/10/las-paginas-de-la-memoria.html