Dormidas en el cajón del olvido: Un honor

23 junio, 2013

Para mi es todo un honor que Antonio Muñoz Molina, uno de mis escritores favoritos, una de las personas que más admiro y reciente Premio Príncipe de Asturias de las Letras, publique hoy en su web un texto mío: El calor del verano indigesta los sueños, que apareció en este blog en agosto pasado.

http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2013/06/el-calor-del-verano-indigesta-los-suenos-por-jm-velasco/

PREÁMBULO

De niño empecé a trenzar versos como si fuera un juego, rimar palabras me parecía un puzle donde encajar las palabras con los sentimientos. Luego llegó la adolescencia y con ella la vanidad de pensar que llegaría el día en que vería mis poemas publicados. Para mi ese era el estado al que se llegaba cuando se alcanzaba el nivel de calidad exigido. Aquella secreta esperanza acabó durmiéndose con el paso de los años y las realidades y el parámetro “publicable” fue cambiando de perspectiva cuando fui leyendo poemas, novelas, artículos que inexplicablemente para mi habían alcanzado ese estado sin merecerlo. Afortunadamente, también los años han ido sumando lecturas, cuya hermosura era tan grande como para hacerme ver lo lejos que seguía estando de aquel sueño.

Ahora recuerdo una conversación que tuve con el poeta Javier Egea hace más de quince años. Él me dijo que un buen poeta se ve por lo que destruye y no por lo que publica (según esa perspectiva me estaba convirtiendo en un escritor maravilloso), pero también me dijo que escribir no es solo un orgasmo en el que te dejas llevar por el placer, sino que es fruto de recoger luego la semilla y trabajarla duramente hasta conseguir el fruto. Quizás siempre me faltó la paciencia del trabajo.

Lo que no imaginaba hace casi treinta años era que algún día la tecnología rompería las barreras de lo publicable y democratizaría ese derecho más allá de la calidad y la vanidad. Cuando inicio este blog sigo teniendo el temor del robinsón que lanza un papel dentro de una botella a un inmenso océano, pensando que tal vez nadie nunca la abrirá. Pero al final me he decidido a lanzarla a las aguas.

Estoy recogiendo las palabras dormidas en el cajón del olvido, los viejos poemas, los relatos, los diarios de mis viajes… para meterlos en esa botella, los quiero acompañar de algunas de las citas y las lecturas que más me gustaron. Son las joyas prestadas para esta aventura. Desconozco el resultado, pero espero que te guste y que sirva además para despertar a la musa dormida y no sólo haya viejos papeles sino también me inspire para nuevos retos. Nada de ello sería posible sin mi compañera de tantos viajes cotidianos, la persona que mas me ha animado a despertar esas palabras y darles vida.

Dormidas en el cajón del olvido

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23 junio, 2013

Un honor

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