CAFÉ SLAVIA
Me fascina la elegancia de los
cafés de Praga, su carta de pasteles irresistibles, servidos por impecables
camareros de pantalones negros, camisas blancas y mandiles, la rica decoración
modernista del Café de la Casa Municipal,
las formas geométricas del Gran Café
Orient -el único de estilo cubista del mundo-, la historia del Café Louvre, frecuentado por Kafka, Rilke o Einstein… pero, de entre
todos ellos, ninguno tiene el encanto del más antiguo: el Slavia.
Situado en el cruce de la calle
Národní con el muelle Smetana, sus enormes ventanales ofrecen una panorámica
inigualable del río Moldava discurriendo bajo el Puente de las Legiones, del
barrio de Malá Strana y del Castillo. Ninguno puede presumir de su ambiente
cultural. La cercanía del Teatro Nacional hizo que entre sus clientes se
encontrasen los grandes compositores nacionales Dvorák y Smetana. En él
buscó inspiración el único escritor checo galardonado con el Nobel de
Literatura: el poeta Jaroslav Seifert,
al que le gustaba tomar café con absenta. El cuadro Bebedor de Absenta pintado
por Viktor Oliva destaca entre la
decoración Art Noveau, las clásicas sillas Thonet, las mesas de madera oscura y
las paredes de mármol verde. Y durante la época comunista fue el punto de
encuentro de la disidencia, encabezada por el dramaturgo y futuro presidente Vaclav Havel.
CAFÉ SLAVIA. Smetanovo nábřeží
1012. https://www.cafeslavia.cz/en/
CAFÉ LOUVRE. Národni 22, Nove
Mesto.
GRAND CAFÉ ORIENT: Ovocny 19, Staré Mesto.
CAFÉ DE LA CASA MUNICIPALI
(OBECNI DUM) Namesti Republiky
PIVOVARSKÝ DUM
Cuando pruebas las deliciosas cervezas
checas entiendes por qué este país es el mayor consumidor de esta bebida del
mundo. En Praga hay centenares de cervecerías, algunas con siglos de tradición
que son visitadas por los turistas, pero la Pivovarský Dum, frecuentada todavía
por un público local, acaba de cumplir veinte años de historia. A pesar de
ello, esta pequeña fábrica de cerveza sirve en su restaurante auténticas
delicias de elaboración propia, sin filtrar y sin pasteurizar, cervezas de alta
fermentación hechas de maltas de cebada y trigo con aromas. Probamos las de
banana y la de ortigas y fueron las que más nos gustaron en nuestra visita a la
ciudad.
El ambiente parece sacado de la Primera
República con sus paredes de madera oscura, del mismo color que las mesas y las
sillas, las lámparas de diseño Art Noveau y los alambiques dorados. Nos
sentamos en una mesa junto a la ventana a la izquierda de la entrada y con
nuestras cervezas disfrutamos de sendos platos de cerdo o ternera asados con
salsa de crema, acompañados de sauerkraut, (la col fermentada que llamamos chucrut) y los
Bohemian Dumplings, las láminas cortadas de bolas de masa de pan o de patata
que siempre sirven de acompañamiento en la ciudad.
Ječná 15, 120 44 Nové Město. http://www.pivovarskydum.com
NASE MASO
No muy lejos del Barrio Judío
podemos encontrar esta pequeña carnicería donde se puede saborear sus productos
en la media docena de mesas con taburetes donde se agolpa el personal. Naše
maso significa nuestra carne en checo y se preparan auténticas delicias a base
de carnes de granjas seleccionados del país. Su hamburguesa es probablemente
una de las mejores que he comido nunca y el bocadillo de pastrami o las
salchichas están riquísimos. Desde las cristaleras que dan a la calle se ve un
local casi siempre repleto donde sus carnes y embutidos parecen aparecen
ordenados en perfecto orden de revista.
Naše maso. Dlouhá 39. https://nasemaso.ambi.cz
MONASTERIO STRAHOV
Situado en una colina sobre la
ciudad, incluso a mayor altura que el famoso Castillo, merece la pena subir por
la larga cuesta que lleva al Monasterio Strahov por 3 motivos: el primero de
ellos es porque al final de la ascensión el mirador ofrece una hermosa
panorámica de Praga; el segundo es que este monasterio de la orden mostense, fundado
a comienzos del siglo XII, que sobrevivió a las luchas husitas, a la invasión
de los suecos durante la Guerra de los 30 años, a las dos Guerras Mundiales y a
la época comunista, alberga una de las bibliotecas más bellas del mundo, con
más de 200.000 obras, incluyendo más de 3000 manuscritos y 1500 incunables; el
tercer motivo se descubre en las mesas de su propia fábrica de cervezas, la de
San Norberto. Nosotros probamos una IPA deliciosa y una tostada con sabores
ahumados simplemente espectacular.
Strahovské nádvoří 1/132. https://www.strahovskyklaster.cz/
La Iglesia de San Cirilo y San Metodio
La Iglesia de San Cirilo y San Metodio
La Iglesia de San Cirilo y San
Metodio es una de las pocas del rito ortodoxo de la ciudad de Praga. El templo
barroco de la calle Resslova tiene un interior
modesto de sobria decoración, pero el interés se encuentra en la cripta, donde
sucedió uno de los hechos más relevantes de la 2ª Guerra Mundial. Allí se
refugiaron los paracaidistas checoslovacos Josef Gabčík y Jan Kubiš que, en el
marco de la Operación Antropoide, habían conseguido atentar contra Reinhard
Heydrich, uno de los más siniestros líderes del nazismo.
Heydrich, conocido como el
carnicero de Praga, había sido jefe de la Gestapo y era el hombre que gobernada
con crueldad el Protectorado de Bohemia y Moravia, anexionado al Tercer Reich.
El 27 de mayo de 1942 Gabčík y Kubiš, que llevaban meses preparando su atentado,
consiguieron lanzar una granada contra el Mercedes descapotable en el que hacia
su ruta diaria el odiado nazi. Aunque pensaron que habían fracasado, su
objetivo murió días más tarde por la septicemia provocada por la infección de
las heridas. Le venganza de Hitler fue cruel. Ordenó destruir hasta los
cimientos dos pueblos cercanos a Praga donde creían, de forma equivocada, que habían
preparado el atentado. Ante la cruel represión desatada, uno de los compañeros
de los paracaidistas los traicionó, rebelando su escondite: la iglesia de San
Cirilio y San Metodio.
En la madrugada del 18 de junio
de 1942 ochocientos efectivos de las SS sitiaron allí a Josef Gabčík y Jan Kubiš,
junto con otros cinco compañeros de la resistencia. Tras siete horas de
disparos y granadas, los alemanes trataron de inundar la cripta pasando
mangueras que arrojaban tres mil litros de agua por minuto a través de un
pequeño hueco de la calle Resslova, donde hoy las velas y flores de convierten
en un homenaje. Los sitiados lograron cortar las mangueras y finalmente los miembros
de la SS se vieron obligados a entrar en la cripta.
Kubis falleció por la hemorragia
que le había producido la esquirla de una granada. Sus seis compañeros
resistieron hasta que, al quedarse sin munición, decidieron suicidarse. Es
imposible pasear en la actualidad por la cripta sin emocionarse. Los bustos de
los héroes, las ofrendas anónimas, el pequeño memorial que mantiene viva una
historia que hemos conocido a través de diversas novelas y películas, hacen que
la visita a esta pequeña iglesia sea una visita obligada.
EL PUENTE DE CARLOS
El Puente de Carlos es el
monumento más famoso de Praga y comunica la Ciudad Vieja (Staré Město) con la
Ciudad Pequeña (Malá Strana). Es el puente más antiguo de los que cruzan el río
Moldava y tuvo en su día 4 carriles destinados al paso de carruajes. Está
decorado por 30 estatuas situadas a ambos lados del mismo, la mayor parte de
las cuales son de estilo barroco.
La primera que se añadió fue la
de San Juan Nepomuceno. Un arzobispo que fue tirado al río por el rey y que
siglos después fue santificado. En el lugar donde se cometió el crimen hay una
cruz con cinco estrellas. La leyenda dice que colocar los dedos de una mano
sobre cada una de ellas concede los deseos. El roce de los turistas mantiene al
menos las estrellas siempre brillantes.
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