Los mejores caminos son los que nos sorprenden a cada paso y nos llevan por territorios inesperados, los que nos cruzan con compañías que enriquecen el trayecto, los que no tienen un destino establecido, ni una duración precisa.
Hace más de 10 años inicié este blog. Tardé nueve meses en tener mis primeras 1.000 visitas y dos años en llegar a las 10.000, el mismo tiempo que necesitó el contador en alcanzar las 50.000. Seis meses más tarde la cifra se había doblado. En ese tiempo he vivido un divorcio, tres cambios de trabajo y –curiosamente- ninguna mudanza. La novela que acabó dando motivo al camino se reduce solo a un par de centenares de páginas emborronadas, algunas llenas de dudas, pero otras con la luz necesaria para que la convicción y el deseo de terminarla sigan intactos.
Cuando hago la suma, la cifra de entradas alcanza casi las trescientas y, aunque en los tres últimos años solo he publicado una veintena, ahí sigue… como todos… viviendo.
Hace unas semanas se superaron las 200.000 visitas y quizás sea un buen momento para repasar el viaje y destacar, a modo de resumen, diez entradas.
El día que murió Franco fui un niño muy feliz https://bit.ly/2CSa0YN
Éste fue el primer paso del camino, el primer texto que escribí para el blog. Su título era una declaración de intenciones. Describía la muerte de Franco desde la mirada de un niño que no entiende las lágrimas de su abuela. Hoy, que el Congreso ha aprobado la exhumación del dictador, me he vuelto acordar una vez más de ella. Hace décadas que murió, pero María Álvarez López quizás también hubiera llorado (su dolor debía ser inmenso).
La verdadera protagonista de mi novela https://bit.ly/2CPi4JX
Esta microbiografía de mi abuela materna intenta resumir una historia llena de pequeños detalles. Fue publicada por la organización Todos los nombres https://bit.ly/2D0ixJ8 que rescata del olvido las vidas de miles de personas. Y lo hace inspirada en las últimas palabras que Julia Conesa, una de las Trece Rosas, le escribió a su hija: “que mi nombre no se borre en la historia”.
Mi lista de novelas sobre la guerra civil https://bit.ly/2CUBY6p
Es la entrada más visitada de mi blog. Hubo un momento en el que Google la situó la primera de su lista cuando consultabas sobre este tema. Sin buscarlo fui trending. Luego mis amigos del blog Cita en la Glorieta me pidieron desarrollar la idea y publicaron una serie de reseñas más detalladas de algunas novelas ambientadas en ese momento histórico. https://bit.ly/2CTC12g
Los verdaderos héroes de Dunkerque https://bit.ly/2N7HhE2
Aún desconozco el motivo: coincidió con el estreno de la película Dunkerque y fue compartida en redes sociales de temas históricos, pero esta entrada alcanzó las diez mil visitas en apenas una semana, unos registros que multiplicaban por 50 la media de las cifras del blog. Cuenta una de esas maravillosas historias olvidadas que a mi tanto me apasionan. Ésta y otras historias sobre el exilio republicano fueron también recogidas en el blog de mis amigos Cita en la Glorieta. https://bit.ly/2NbAc5t
La causa 595 https://bit.ly/2CRDc2f
Cuando inicié la investigación histórica para la novela no podía imaginar que aún existiesen documentos como el Consejo de Guerra que siguieron contra mi abuela y otras personas que habían ayudado a la resistencia antifranquista. Dentro del maquis, el grupo de los Hermanos Quero (donde participó mi abuelo) “eran la Champion League, los más grandes”, me dijo un día Almudena Grandes cuando en una firma de libros le hablé brevemente del tema. Tras la muerte de Franco, en su archivo personal solo encontraron 9 documentos relacionados con los 40 años de oposición y 4 de ellos estaban relacionados con los Quero.
Las viejas fotos de Cuba https://bit.ly/2NEQmnh
Cuando encuentras un hilo del que tirar luego no puedes parar aunque el ovillo sea mucho más grande de lo esperado. Es lo que me sucedió: encontré documentos sorprendentes que aportaban detalles minuciosos sobre mi abuela María, pero la historia llegó mucho más lejos. En el expediente militar del tatarabuelo Antonio López encontré sus vicisitudes como soldado raso en la Tercera Guerra Carlista y, décadas más tarde y ya como teniente, en una guerra caribeña y lejana. Aprovechando viajes de trabajo al País Vasco y Navarra pude visitar los escenarios de sus batallas carlistas -aún queda pendiente visitar Cuba-, pero el tatarabuelo solo permanecía en la imaginación: no había encontrado ninguna foto suya, hasta que una prima descubrió algunas.
Más vale tarde… https://bit.ly/2NIC8lw
A lo largo de los años han sido bastantes las personas (muchas de ellas desconocidas para mi) que han contactado conmigo a través del blog. Algunos me contaban historias de sus antepasados que habían vivido las mismas circunstancias que los míos, otros simplemente me decían que me leían a miles de kilómetros de distancia. Una mañana leí un mensaje de mi tío Pepe, al que no conocía y que pudo encontrar a sus hermanas y sobrinos gracias a una única pista y a la magia de internet que le llevó a mi blog. Parece una historia de novela, pero como en casi todas las que me han ido apareciendo, la realidad ha superado a la ficción.
Salvoconducto para la esperanza https://bit.ly/2NLat38
Hay fotografías que son un tesoro y que esconden mensajes maravillosos que descubres por casualidad muchas décadas después…
“Los personajes que no caben en mi novela” da nombre a una sección del blog donde cuento las historias de personajes que fui admirando a medida que investigaba. De todas ellas hay 3 que me gustaría destacar:
Arthur Koestler, el último mohicano de la prensa en la caída de Málaga https://bit.ly/2Ga2dHF
El héroe desconocido https://bit.ly/2x7FFQT
El último vuelo de los natachas https://bit.ly/2MvW9a6
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