“Cuando 400.000 hombres no podían llegar a su país, su país vino por ellos” anuncia la película Dunkerque de
Christopher Nolan, que se estrenará mañana con unas excepcionales primeras
críticas.
Los británicos -con Churchill a
la cabeza- convirtieron un desastre militar en una evacuación exitosa, pero los
verdaderos héroes de Dunkerque permanecen en el cajón del olvido.
El 10 de mayo de 1940 Hitler
desencadenó la ofensiva invadiendo Holanda y Bélgica y, apenas cuatro días más
tarde, Francia. La línea Maginot, que debía defender a los franceses, no frenó
el avance. La Wehrmacht la superó por Las Ardenas y encajonó a los ejércitos
inglés y francés en un pequeño espacio de terreno, cuya única salida era
Dunkerque, una ciudad portuaria francesa en el Mar del Norte, a solo 10
kilómetros de la frontera belga.
A la desesperada, los británicos
iniciaron la llamada Operación Dinamo para evacuar las tropas acorraladas en
las playas de Dunkerque: el puerto había sido destruido por la aviación
alemana. Los mitos de la historia cuentan que Churchill ordenó que cualquier bote que pudiera flotar zarpara, con el objetivo de rescatar a todos los hombres que fuera posible. La realidad
es que la operación fue ocultada a la opinión pública y llevada a cabo por 40
destructores y 130 buques mercantes y de pasajeros. Solo cuando la situación
era ya crítica, zarpó una flotilla de pequeños barcos pesqueros y de recreo que llegó a rescatar a un reducido
número de supervivientes.
La intervención de los británicos
fue menos heroica de lo que la propaganda de Churchill –que había sido nombrado
Primer Ministro unos días antes- logró transmitir con éxito. La evacuación fue
iniciada el 26 de mayo. A lo largo de los cinco días siguientes solo
permitieron subir a los barcos a los soldados ingleses. Cuando ya estaban a
salvo en su isla, se inició el rescate de los demás: los últimos, los que
aguantaron la embestida enemiga hasta el final fueron los republicanos españoles
que combatían bajo bandera francesa.
La desbandada de las tropas es
descrita de forma magnífica por Ian McEwan en Expiación (2001), una novela que podría ser excelente si no fuera porque la
insulsa historia de amor está muy por debajo de la brillante fuerza narrativa
de las escenas bélicas. (McEwan es uno de los escritores con mayor talento y
oficio, pero a menudo cae en la frialdad ante los sentimientos de sus personajes).
Mientras los ingleses se
retiraban hacia las playas de Dunkerque, el ejército francés intentó retener la
acometida alemana que, inexplicablemente, fue detenida por Hitler, en una muestra
más de su escaso talento militar. Bajo bandera francesa combatían –muchos de
ellos de forma obligada- antiguos soldados republicanos, que tras tres años de
Guerra Civil en España, contaban con una experiencia de la que carecían el
resto de combatientes. Unos 20.000 estaban encuadrados en unidades de
combate como la Legión Extranjera o los batallones de Marcha y otros 60.000
participaban en tareas de fortificación en las compañías de Trabajo, la mayoría
de ellos en primera línea de fuego a lo largo de la línea Maginot y la frontera
con Bélgica.
Muchos españoles de
las ocho compañías de Trabajo (de la 111 a la 118) murieron defendiendo las
posiciones en las dunas de Bray. Buena parte de los legionarios que formaban el
11 Régiment Étranger d´Infanterie, eran antiguos combatientes republicanos
reclutados en los campos de detención del sur de Francia. Tras la instrucción
recibida en Argelia fueron adscritos a la 6ª División que debía frenar el
ataque relámpago alemán. Participaron en los feroces combates en los bosques de
Inor, muy cerca de la frontera belga, donde sufrieron los terribles bombardeos
de los Stukas y el asalto de los vehículos blindados. Combatieron de forma
heroica durante semanas hasta el 17 de junio. Cuando recibieron la orden de
retirada ya era demasiado tarde porque estaban cercados por los alemanes en Saint-Germain-sur-Meuse.
Antes de rendirse quemaron sus banderas para que no cayeran en manos enemigas. Solo
quedaban con vida una cuarta parte de sus miembros.
Miembros de una Compañía de Trabajo |
El 12e Régiment Étranger
d´Infanterie, del que también formaban parte bastantes españoles, fue cercado
en Soissons por blindados y aviones alemanes. A pesar de que las fuerzas
enemigas les superaban 7 a 1, recibieron la orden de resistir a toda costa y en
un solo día perdió un tercio de sus efectivos. Pese a la voladura de los
puentes, unos 300 soldados supervivientes lograron escapar atravesando las
líneas enemigas y llegaron a Limoges el día del armisticio.
Legionarios de los regimientos extranjeros de infantería |
Los Regimientos 21, 22 y 23 de Marcha
de Voluntarios Extranjeros, formados por muchos soldados españoles (también por
emigrantes judíos de Europa Oriental), se destacaron en el combate. El primero
de ellos tuvo muchas pérdidas en los combates de Las Ardenas, donde fueron
diezmados por la Luftwaffe. El 22 rechazó varios ataques alemanes en
Villers-Carbonnel antes de ser aniquilado (se pueden ver bastantes apellidos españoles en las lápidas del
Cementerio Nacional de Mechelot). El Regimiento 23 partió del campo de
entrenamiento de Barcarés hacia el frente del Aisne para combatir con la 7ª
División Panzer de Rommel. Detuvo el avance enemigo durante dos días en
Pont-sur-Yonne, pero un error de transmisión los dejó expuestos a la artillería
enemiga. Cuando el fuego cesó, sólo permanecían con vida la mitad de sus
hombres.
Soldados de los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros |
Se calcula que más de 5.000
soldados españoles murieron defendiendo el avance alemán, pero nadie reconoció
su labor. Ni siquiera sus aliados, que pudieron escapar gracias a su coraje. Cuando
el 31 de mayo finalizó el embarque de los soldados británicos, comenzó el de
los franceses hasta el 4 de junio, fecha en la que se produjo la entrada de los
alemanes en Dunkerque. Los supervivientes españoles de las compañías de Trabajo
(habían sobrevivido ocho mil hombres de los veinte mil que las formaban) no
pudieron subir a los barcos porque no les consideraron miembros del ejército
francés. Todos fueron conducidos por los nazis a los campos de exterminio. Se
puede leer más sobre la historia de los republicanos españoles que construyeron
el Campo de Mathausen en este blog: http://bit.ly/2vlT5Gt
)
Los pocos españoles que lograron
llegar a Inglaterra por sus propios medios, fueron encerrados en cárceles
británicas y algunos incluso devueltos a Francia y entregados a los nazis.
El estreno de Dunkerque reflejará
el heroísmo de los ingleses, pero los verdaderos héroes fueron otros y, por
desgracia, no habrá ninguna película que nos cuente su historia.
Nota del 23 de julio: La película Dukeruqe de Nolan me ha parecido magnífica.
dormidasenelcajondelolvido by José María Velasco is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
Nota del 23 de julio: La película Dukeruqe de Nolan me ha parecido magnífica.
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Me agrada. Ja sabia que Hitler havia aturat un parell de dies als seus exercits, tot i que deien, que era per reagrupar (i donar un descans) una mica als grups motoritzats (sobretot Panzers) amb l'infanteria i els grups de aprovisionament de la reraguardia. I mentrestant, en De Gaulle fent el paripé i fugint com una rata cap a Londres.
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